Capítulo 14: La Tormenta de Sombras

El aire se volvió denso en Thornevale, como si el pueblo contuviera la respiración en anticipación. Las llamas parpadeaban alegremente alrededor de la plaza, donde la comunidad había reunido sus fuerzas y esperanzas. Aiden, Lyra, Kael y Maelis estaban listos para enfrentar a Azhara, la Devoradora de Auras, pero sabían que la oscuridad siempre acechaba, buscando la oportunidad de consumir la luz.

Con las defensas levantadas, los rostros de sus amigos llenaban el lugar de energía y determinación. El pueblo se había transformado en un bastión de unidad, pero la llamada de la batalla aún provocaba una inquietud palpable. La sombra de su enemigo se cernía sobre ellos, y la incertidumbre de lo que vendría pesaba en sus corazones.

“A medida que se acerca el enfrentamiento, cada uno de nosotros deberá estar listo,” dijo Aiden, mirando a sus amigos y a la multitud de Thornevale. “No solo debemos luchar por nosotros sino por todos los que aman este lugar y luchan por su libertad.”

“Sí,” afirmó Kael, empuñando su espada con firmeza. “Esta vez no permitiremos que la oscuridad nos derrote. El fuego arderá en nuestros corazones. Y juntos podemos ser más fuertes que nunca.”

“Recordemos por qué estamos aquí,” añadió Lyra, su voz resonando en el aire. “Cada uno de nosotros ha enfrentado sus propias batallas, y ahora estamos unidos.”

“Cuando la sombra de Azhara avance, recordemos que no estamos solos. La luz nos une, y juntos, somos la aguja que atraviesa la tela de la oscuridad,” concluyó Maelis, sintiendo el aliento de la esperanza danzando en la atmósfera.

Con los corazones llenos de valor, se prepararon para el asalto inminente. A medida que el día se convertía en noche, las nubes comenzaron a reunirse, oscureciendo el cielo y recordándoles que Azhara no se detendría.

“Debemos mantener la guardia y estar listos para lo que venga,” dijo Aiden mientras sus amigos se dispersaban en sus posiciones.

La noche cayó, y pronto el silencio fue reemplazado por el suave murmullo del viento, que se convirtió rápidamente en un rugido ensordecedor. Las sombras comenzaron a moverse, danzando como serpientes alrededor del pueblo, mientras la energía oscura hervía en el aire.

“¡Ha llegado!” gritó Kael, apuntando hacia las sombras que emergían del bosque. “¡Prepárense!”

De pronto, un profundo silbido resonó, y Azhara apareció en el horizonte, envuelta en un manto de oscuridad serpenteante. Su presencia era imponente, y los ecos de su risa resonaban como una advertencia en la mente de todos los que la escucharon.

“¿Creíais que podíais escapar de mí tan fácilmente?” la Devoradora de Auras se burló, sus ojos brillando con una luz maliciosa. “El fuego siempre es consumido por la sombra, y vuestro hogar caerá esta noche.”

La valentía resonó en el corazón de Aiden. “¡Nunca! La luz siempre encontrará su camino a través de la oscuridad,” gritó, mientras los presentes se unieron a él. La energía comenzó a fluir, unida por fuego ardiente que surgía de ellos, iluminando la noche.

“¡No dejaré que la oscuridad consuma este lugar!” las palabras de Aiden resonaron en el aire, mientras levantaba la mano hacia el cielo, haciendo surgir las llamas que los rodeaban. El fuego se intensificó, expandiéndose y formando un escudo brillante.

A medida que Azhara avanzaba, la oscuridad comenzó a arremolinarse, creando un titán de sombras completamente formado que se abalanzaba sobre el pueblo. Pero el fuego flameante del pueblo no retrocedió. Aiden sintió que cada miembro de la comunidad estaba unido en esta lucha; el fuego ardía en sus corazones, y juntos formarían un frente impenetrable.

“¡Avanzad!” gritó Kael, lanzándose hacia adelante con su espada, ahuyentando a los oscurantistas que intentaban quebrantar la defensa.

Con una explosión de coraje, el pueblo comenzó a luchar contra las sombras. Aiden, Lyra y Maelis se mantuvieron juntos, luchando lado a lado, moviéndose en una danza de luz contra la oscuridad.

“¡Concentrad vuestros poderes!” exclamó Aiden mientras se formaban vórtices de calor alrededor de ellos. “La unidad es nuestra mejor defensa.”

Mientras las sombras continuaban atacando, él sintió el eco del Sello de Luz resonar en su interior, un eco de coraje y determinación que alimentaba su fuego. “¡Por la esperanza y la luz!” gritó, intensificando el fuego a su alrededor.

Las llamas ardientes iluminaban la noche, empujando a las sombras hacia atrás, mientras el pueblo se unía, luchando con valentía y fe. Cada ataque estaba lleno de pasión, cada movimiento resonaba con la luz que llevaban en su interior.

Sin embargo, la sombra oscura de Azhara continuaba extendiéndose. La Devoradora de Auras se unió al ataque, enviando una onda de oscuridad que parecía absorber la luz misma. Su risa resonaba en el aire mientras se movía, buscando desesperadamente cercenar la unidad del pueblo.

“No permitiré que esta sombra caiga sobre vosotros,” exclamó Aiden, sintiendo que su conexión con sus amigos ardía con un fuego incontenible. “¡El fuego siempre prevalecerá!”

Con poder, levantó las manos y conjuró una ola de fuego que se elevó hacia Azhara, su luz rompiendo la negrura. El ataque chocó contra la Devoradora, empujándola hacia atrás mientras la oscuridad comenzaba a consumir sus sombras.

Pero la defensa fue corta. A medida que la sombra se disimulaba, Azhara lanzó una explosión oscura, y las criaturas de la noche arremolinaron hacia ellos, envolviendo al pueblo en un eco profundo de venganza.

“¡No, no podemos fallar ahora!” gritó Kael, mientras las criaturas comenzaban a abalanzarse, dejando atrás la luz.

“¡Unidos! ¡Por el fuego que llevamos!” exclamó Lyra mientras levantaba su mano, haciendo surgir llamas que formaban una barrera.

Los miembros del pueblo comenzaron a recuperar el coraje y la determinación, sintiendo la luz de la unidad fluir a través de ellos. “Juntos somos más fuertes. ¡La luz nunca se apaga!” resonó la voz de Maelis, invocando las poderosas corrientes de aire para dispersar la oscuridad.