Hikari intentaba deducir que era el lugar, pero estaba segura de que había una fuga de químicos que dejaba el lugar con ese terrible olor. Algunas paredes estaban caídas dejando ver el interior de el lugar, nisiquiera se imaginaria una razón de por que su abuela la mandó a venir aquí. La chica prosiguió a entrar en el extraño lugar, dónde el olor a químicos se sentía tan fuerte que tubo que ponerse un pañuelo cubriendo su boja y nariz, pero aún quedándose con oxígeno.
Vio una puerta, o lo que quedaba de ella, ya que estaba acabada gracias al comejen. Todo estaba destruido, pero dio un salto y de sus labios salió un pequeño grito al notar que había una persona, pero no exactamente normal. Aquel chico de piel pálida y cabellos negros se encontraba dentro de una cápsula totalmente extraña
¿Cuanto tiempo a estado aquí? Se preguntó en su interior.
¿Por esto la abuela le mandó a venir? ¿Conocía a este chico? Que por sierto, era muy atractivo, sus labios eran algo grandes y carnosos, y parecía un bebé durmiendo. Hikari trató de encontrar la manera de abrir aquella cápsula. Vio un tubo de hierro y lo tomó en las manos, con eso intento abrir la cápsula. Y tuvo resultados, al parecer aquella cápsula era bastante vieja pero aquel chico se veía joven, unos 19 al menos. Antes de que el pelinegro callera, Hikari intentó tomarlo pero ambos cayeron al suelo. La chica tocó el pecho del chico, y comprobó que aún estaba vivo.
Recostó su cabeza en sus piernas, ¿como podía existir alguien tan atractivo? Al pensar eso, la chica peli azul se sonrojó de tan solo ver al chico al rostro. Pero se pegó un buen susto al ver que el chico abrió los ojos.

Editado: 01.01.2021