C a p í t u l o 1 6

16.

Llego al circuito, estaciono al lado de los hermanos americanos y Riley baja de la motocicleta para reunirse con ellos.

—Hola —saluda Elise muy alegre.

—Creí que irías a casa luego de tu tarde fuera de clases —le sonrío.

—Papá se fue de viaje de última hora —se encoge de hombros— debo aprovechar eso.

De pronto cinco motocicletas llegan y estacionan justo al lado de la zona de partida. Riley me toma de la cintura como por inercia y al reconocer a los sujetos siento el coraje dispararse.

Moisés se mueve con nosotros. Sé que es nuestro amigo y está de nuestro lado pero entiendo lo difícil que debe ser tener a la persona que le gusta del otro lado del round.

—¿Qué hacen ellos aquí? —pregunta Andrés.

—Vienen a competir —Alan se une a nosotros—parece que Carl les pidió que vinieran.

—¿Por qué hizo eso Carl? —pregunta Riley.

Nadie responde.

La algarabía de los recién llegados es el centro de atención. Sin embargo, mi visión apunta a una sola persona con quien aún no he saldado cuentas.

Eliah mira hacia nosotros con la mirada interrogante.

—¿Alguien más quiere correr hoy? —pregunta Andrés sin dejar de mirar al frente— porque yo sí.

—Correré yo...

—No —corto a Riley mientras me acerco al grupito bullicioso.

Sólo Cayetana, la chica rubia que bailaba en el puente, vislumbra mi llegada hasta ellos.

—Ey, imbécil —suelto a espaldas del sujeto.

Ezra regresa la mirada y me sonríe burlonamente.

—Caramba, pero miren a quién tenemos aquí, ¿vienes por más?

—Ezra no empieces —advierte Amanda.

—Ezra, dije que no hicieras nada estúpido —advierte un hombre que nunca he visto.

—Pero si es ella quien se ha acercado a saludarme —contesta burlonamente— yo no tengo la culpa que atraiga a las débiles.

Hago puños con mis manos.

—¿Cómo te…?

—Nos debemos un duelo ¿no es así? —corto la amenaza Riley cuando trata de defenderme.

Ezra sonríe.

—¿En serio? —suspira— ¿qué tendré que atraigo a las mujeres?

Lo miro con repulsión.

Otro idiota más.

—¿Qué dice tu noviecito al respecto?

Siento la mano de Riley sobre mi espalda.

—Él no tiene porque decir algo al respecto, esto es entre tú y yo.

—La otra vez también era entre nosotros y todos se metieron —sonríe— ¿qué me asegura que no se meterán nuevamente?

—Oye, pobre imbécil —Moisés llega junto al resto— ¿crees que por querer drogar a una mujer todos te van a aplaudir?

—Tú no te metas, Moisés.

—Ya deja de balbucear y corre con ella —apoya Andrés.

—No lo sé —se toca el mentón— no me gusta perder mi tiempo, es muy valioso y vine a ganar mucho dinero hoy —me guiña el ojo.

—¿Acaso tienes miedo? —dice Elise en burla.

—Controla a tu muñequita, Andresito.

—Me llamo Elise no “muñequita”, imbécil.

La gente aplaude y aulla el comentario de mi amiga.

—Entonces… ¿la niña quiere competir sola? —el hombre que no conozco interviene

—Creo que ya conoces el por qué de este enfrentamiento, Óskar —explica Riley.

¿Es el líder?

He escuchado su nombre antes, pero es la primera vez que puedo verlo. Es de cuerpo tosco pero musculoso, con tatuajes en los brazos.

—Corre con ella Ezra —articula Norman a su lado.

—Hoy vine a ganar dinero, no a perder mi tiempo…

—Las apuestas se harán —lo corta Eliah que aparece de repente— te puedo apostar incluso que todos aquí aumentarán la cifra.

—No quiero otra pelea como la otra noche —interviene Óskar— si vamos a correr, háganlo de la mejor forma.

—Con tal que no se quiera pasar de listo… —escucho a Moisés decir entre dientes y el rostro de Amanda es de molestia ahora.

—Perfecto —Ezra hace una palmada— si hay apuestas de por medio, estoy dispuesto a volverme millonario en una noche.

Asiento y me alejo a preparar mi moto.

La gente se vuelve loca después del comunicado que hace Eliah sobre la carrera dúo. Carl recibe las apuestas y es cuando empiezo a tomarme muy en serio esta lucha.

Muchas de las personas presentes me han visto correr varias veces; pero también sé que al menos la mitad de ellas han presenciado carreras en otros lugares, de lo contrario, no estarían apostando también por Ezra.