Hilos del destino

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Skay

Apenas llegó a la mansión de los Dash Roma de baja del auto con rapidez. Es evidente que está enojada y no quiere ni verme. Me entristece pero es lo mejor, lo nuestro ya era imposible antes, ahora después de lo de su madre sin duda alguna no hay oportunidad de arreglar absolutamente nada.

Bajo sus maletas y las llevo hasta la entrada. Veo a dos doctores y a una ambulancia cerca. Pienso en mi hermana, en que le ha podido pasar algo malo y se me paraliza el corazón.

—Ella está bien, no debes preocuparte.

Martha Dash me calma y yo siento como me vuelve el alma al cuerpo.

—¿Por qué están aquí? ¿Acaso ha sucedido algo malo?

Cuestionó aún inseguro y angustiado.

—la he trasladado a la casa, así puedo tenerte cerca cada que te nececite.

Camina hacia mi y se acerca lo suficiente. Estoy enojado de que haya sacado a Emma sin mi permiso, pero poco puedo hacer al respecto. Su dinero es lo único que mantiene viva a mi hermana.

— ¿Que va a decir Harry, Roma y también El señor Dash?

Intentó hacerla entrar en razón pero no hay nada, que hacer. Cuando a Martha Dash se le Antoja algo, lo toma sin más. Está vez yo soy su antojo. Estoy atrapado.

—No te preocupes por nada, solo ve al segundo piso, al lado de la habitación de Roma y mira tu recompensa.

Martha me índica y Siento miedo. Aún así corro, necesito ver a Emma. Subos las escaleras con rapidez y me encuentro con Roma en el camino.

—No me sigas, después de lo que me has dicho, no hay nada que puedas hacer para que logre perdonarte.

Sus palabras están cargadas de ira, pero se que es solo porque está dolida.

— Lo siento Roma, ahora mismo no Puedo hablar contigo.

Le indicó y sigo mi camino hacia la habitación de al lado. Abro la puerta y mis ojos se llenan de lágrimas al ver a Emma, despierta y sentada en la cama.

—La niña Emma ha despertado... Esto es realmente un milagro — su enfermera de siempre está sosteniendo su mano llorando emocionada.

Estoy paralizado, perplejo, inmóvil. Parece un sueño, el mejor de los sueños. Temo despertar.

—¿Skay donde esta mamá?— pregunta con esa voz que pedí tantas veces a Dios volver a escuchar. No se que está pasando, pero corro hacia ella y la cubro en un abrazo.

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Anabelle

Leticia por inercia sube el vidrio del auto y cierra los seguros del auto, Mike B lo golpea fuertemente al punto de hacernos estremecer.

— ¿Acaso tienes miedo de mí? — cuestiona a través del cristal con una risa perturbadora. Leticia está temblando, yo también.

— Llama a la policía Anabelle — me indica saliendo del trance y recuperando el juicio.

—¿Que le vamos a decir?— cuestionó nerviosa mientras saco mi móvil.

—Que hay un hombre aputandonos con un arma — me asustó muchísimo más.

—¡¿Tiene un arma?!— exclamó con angustia. Miro hacia la ventana donde está parado y confirmo que el muy cabron apunta disimuladamente a Leticia a través del cristal.

—Trata de mantente la calma, y procura que no te vea el celular — agrega con una calma que no se en qué momento ha recuperado.

— ok— sigo instrucciones y marco a emergencias desde mi reloj inteligente.

—Baja del auto Leticia, no me gustaría tener que manchar la bonita tapicería de tu Audi.

—911 ¿Cual es su emergencia?— la voz de la operadora suena a través del reloj.

—Estoy en el estacionamiento C2 del hospital de Dignity Healt, California Hospital Medical Center. El ex de mi madrastra nos apunta con un arma de fuego a través del cristal de nuestro auto. Lleva un pantalón Beige y una chaqueta de cuero negra. También una gorra de color rojo. Es blanco, cabellos y barba rubia.

Termino de dar las instrucciones cuando veo que Mike B vuelve a golpear el cristal de la ventana del auto.

—Tienes 30 segundos para bajar Leticia, sino lo haces tendré que dispararte.

El hombre comienza su cuenta regresiva.

—Voy a bajar Anabelle.

Me indica desajustandose el cinturón

—No, espera un poco por favor.

Insisto.

—19,18,17, 16, 15,14,13...

El infeliz sigue contando. Leticia va abrir la puerta.

—Tengo un plan, solo confía.

—No inventes, es peligroso. No podemos jugar con él.

—Se quien es, se que mató a la madre de Skayler.

Leticia abre los ojos y me mira sorprendida.

—Se te acaba el tiempo Leticia. Ya he llegado a 10.

Agrega en tono burlon, es evidente que este es un juego para él

—9, 8,7,6...

Continúa contando. Leticia me mira con angustia

— Confía en mí. Le digo y abro la puerta del copiloto rápidamente, le rocío en la cara el líquido del extintor portátil que Leticia siempre lleva en auto.

—¡¿Pero que mierda?!— Mike B de queja.

— enciende el motor— le indicó a Leticia mientras me subo en cuestiones de segundo al auto. Está me escucha y actúa rápido, lo enciende y acelera en retroceso. Mike B se incorpora y nos dispara.

«Leticia tenía razón no jugaba, el realmente iba a disparar

Afortunadamente la bala atraviesa el cristal delantero. Leticia sale del estacionamiento en una maniobra de conducción prohibida mientras Mike B sigue disparando al auto y Leticia conduciendo.

Creemos que lo perdemos de vista, y notamos que se está subiendo a un auto gris que lo espera a las afueras del hospital.

—¡joder! Puto psicópata nos va a perseguir — Leticia grita. Y da una vuelta en U, entrado en el carril de dirección contraria.

—¿PERO QUE HACES? ¡NOS VAMOS A ESTRELLAR!— Le digo ajustandome el cinturón. Mientras ella conduces como si fuera un personaje de rápido y furioso.Mike B nos sigue infelizmente.

— estoy salvando nuestro pellejo, a como de lugar, tú solo sostente — agrega subiendose a la acera y volviendose a incorporar en el carril correcto. Un auto frena de golpe para no estrellarse con nosotras y Mike B frena para no estrellarse contra el.




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