Historia De Una Prostituta

AYUDA

No se por cuánto tiempo lloré en el pecho del anciano, y la verdad tampoco es algo que me desagrade; fue una paz inmensa al hacerlo, al sentir el calor de su mano en mi espalda tome una decisión, esa misma noche preguntaría a mis padres a cerca de mi madre y de mis abuelos ¿por qué nunca conocí a ninguno de los cuatro? Limpie mis lágrimas,  agradecí al anciano su compañía y confianza, el sonrió diciendo que estaría para mí cuando yo lo necesitara y por increíble que parezca no quería que eso fuera mentira.

Salí de la habitación y fui directamente a la revisión de los demás pacientes asignados, de vez en cuando miraba el celular esperando que llegara algún mensaje de Nurit, no había nada. En cuanto termine mis deberes decidí llamarla para ver si comeríamos juntos.

-Bueno –escuche su voz alegre

-Señorita quisiera saber si usted puede otorgarme una linda tarde para comer juntos –le dije sin dudarlo, y alcance a oír una sonrisa

-Claro que te doy todo el tiempo que desees, tengo algo increíble que contarte, ¿nos vemos en la habitación de Alexis?

-De acuerdo, ahí nos vemos

-Cinco minutos y estoy ahí, muero por contarte lo bien que comenzó mi día… creo que me trases buena suerte campeón, no tardes

-Ya llego… - colgué el teléfono, por increíble que pareciera, sentía una gran necesidad de hablar con ella, de estar cerca, de sentir su aroma a fresas, de hacerla mía de nuevo, de sentir el roce de su piel con la mía.

Cuando llegué a la habitación ella ya estaba ahí, estaba muy entusiasmada hablando con Alexis, me detuve y dude un poco en entrar, al final lo hice

-Sabes que es lo mejor Alexis, que ha tenido muy buena aceptación; Javier y todos los de la empresa ya pusieron manos a la obra, verás que pronto muy pronto encontraremos a tu familia, y te prometo que le daré una patata en los huevos al imbécil malagradecido de tu hijastro –lo dijo abrazándole y dándole un beso en la frente

-Espero entonces que no lo encuentres, es mi hijo, no quiero que nada malo le pase

-Era una broma abuelo, solo quiero que vea que al final solo se tienen el uno al otro, nosotros lo necesitamos a tu lado

-Creo que debería de estar emocionado, pero estoy algo preocupado, ¿y qué pasa si no quiere ser encontrado?

-Eso no pasará, la gente madura, y espero que él lo haya hecho

Me detuve, no quería escuchar su plática, pero no tenía mucho tiempo para comer, así que los interrumpí.

-Lamento la interrupción, pero Alexis ¿me concedería unos minutos a su hermosa nieta? Quiero invitarla a comer

-Alexis, llévatela; habla demasiado y quiero dormir un poco –dijo riendo- me gustaba más cuando se la pasaba callada

Nurit le enseño la lengua como una niña pequeña, y sonrío, tomo su bolso saco su celular, abrazo de nuevo al anciano.

-Vámonos, aquí no me quieren –dijo sonriendo –pero ni creas que te libraras tan fácil de mí, prometo regresar al terminar de comer, quiero que me cuentes una historia linda, de esas que sólo tú sabes… -le guiño el ojo y me tomo de la mano jalándome hacia afuera de la habitación.

-Regresamos en una hora –alcance a decirle al anciano, me detuve y la detuve a ella, quedamos frente a frente, la tome de la cintura, nuestras miradas se encontraron, sonreímos como dos idiotas

-¿Me regalas un beso?

-No, vámonos que no tenemos mucho tiempo para comer

Nunca sabemos cómo cambiara nuestra vida de un momento a otro. Hace un par de horas era un loco casanova y ahora un loco enamorado de un ratón de biblioteca; estaba pensando que comer pero era más fuerte mis ganas de verla, intentaba acomodar su cabello detrás de la oreja y movía los labios de un lado a otro.

-¿Sabes que me incomoda un mucho que me mires así? –me saco de mis pensamientos

-No, de hecho pensé que no me prestabas atención

-Pues…-dejo su móvil en la mesa y me miró fijo –siento perfectamente cómo me miras, es como… un don –sonrío

-Pensaba que la vida cambia de manera radical de un minuto a otro, y que bueno… creo y me siento afortunado de que llegaras a mi vida

-Suenas a viejito solterón –se río –pero a decir verdad, también me alegra que nos hayamos encontrado… aunque bueno las circunstancias no fueron las más agradables

-Cada quien tenemos historias propias y ahora estamos viviendo una historia juntos; en otras circunstancias estuviera echando rayos por estar en Geriatría

-Bueno eso me consta, tu actitud el primer día parecía de enfado

-En realidad lo estaba, la verdad es que los ancianos se me hacen la parte de la población menos activa; son bastante quejumbrosos, enfermizos,  y  se la pasan pensando en la inmortalidad del cangrejo

-¿Enserio? ¿Acaso no quieres a tus abuelos?




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