Historias cortas

La morgue

Los cuerpos están siendo vaciados, sacan todo lo de su interior para así poder seguir con el proceso de ser enterrados, pero dime, ¿sabes a dónde van esos órganos?,¿los donan?,¿los usan para enseñar a nuevos doctores?,aquí la respuesta.

 

Mi nombre es Jude Miller y trabajo en una morgue, voy empezando por lo cual, mis compañeros aún  me tienen que explicar algunas cosas, por ejemplo: a donde van los órganos que le sacan a las personas muertas.

 

--Miller,¿lista para su primer trabajo oficial?--preguntó Daniel el chico con más experiencia en esto.

--claro que sí, creo que lo haré bien-dije intentando no sonar nerviosa--.

--mmm, algo si que te tengo que pedir, cuando saques los órganos y no los necesites para revisión, los tienes que dejar en el sótano, pero me avisas para acompañarte, ¿sí?

--entendido--dije con una sonrisa.

Procedí a hacer la autopsia y al terminar como era de muerte natural, los órganos iban a el sótano más rápido que los demás que tienen que hacer revisión, fui en busca de Daniel para ir a dejarlos al sótano pero no estaba así que decidí dejarlos yo por mi cuenta,los llevaba en una caja de metal que no pesaba. Al bajar se escuchaba un ruido que solo se podía oír desde las escalera para abajo, habían estanterías grandes con cajas parecidas a la que yo traía y la iba a dejar ahí pero una voz un poco lejos dijo:

-- gracias,linda-- sonó como un anciano que no ha tomado agua en semanas,¿quién podría vivir así?--eres nueva, nunca te había visto por aquí.

--¿quién es?-- pregunté nerviosa porque estaba muy obscuro el lugar y no podía ver nada.

-- ¿no te han hablado de mí?, yo trabajo aquí, hago el trabajo fácil...o bueno eso es lo que dicen.

--muestrate-- dije desconfiada.

Una persona o mejor dicho cosa porque no era del todo humano se asomó. Era de una estatura de 1,60 y muy poco pelo, la piel muy seca y amarillenta, tenía los dientes muy afilados y manchados de algo rojo, los dedos muy largos y no tenía uñas, vestía una bata de color cafe claro y manchada de rojo.

-- ¡¿qué diablos eres?!-- dije asustada e impactada.

--soy un Jistamita-- dijo orgulloso.

--¿eso que significa?-- dije confundida.

--vengo de el planeta Jistam está a 143 billones de años luz, somos más avanzados que ustedes,¡simples mortales!

-- ¿qué estás haciendo aquí?-- dije curiosa.

--me capturaron cuando caí por accidente aqui, y me tienen encerrado para poder examinarme y conocer a fondo a que se están enfretando-- señalo la caja que traía-- eso es para mi--aseguro--.

--no lo sé, no debí de entrar sola, tengo que volver con Daniel--dije apresurada.

--¡eso es mío! ¿A dónde crees que van los órganos que nadie necesita? Son para mí, ¡yo me los como! A hora dámelos que estoy hambriento.--dijo empezando a desesperarse.

Solté la caja y salí corriendo de ahí, solo alcanze a ver que el Jistamita extendió la larga mano para alcanzar los órganos y después comerlos, no volvería a ese lugar ¡están locos! ¡no estamos solos!

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.