Y un día me cansé. Me cansé de llorar por los rincones, de ocultar mi dolor, de esperar a que todo mejore. Me cansé de sentirme mal e inferior todo el tiempo. Me cansé y entendí que nadie vendría a rescatarme. Que por mucho que las ame, las historias de cuentos de hadas no son ni serán reales. Al menos no para mí.
Sin embargo, me ayudaron mucho, porque me hicieron notar que la única persona con la que realmente puedo contar, esa que jamás me mentirá, traicionará o me lastimará de forma alguna, soy yo misma. Me enseñaron que no necesito a nadie para ser feliz. Que si mi felicidad depende de la presencia del resto algo anda mal conmigo, no con los demás. Que la verdadera felicidad está en el amor a uno mismo y que si los demás quieren unirse y ser parte de mi vida, bienvenidos sean. Pero conmigo me basta y me sobra.
Me cansé y dije basta. Basta de menospreciarme. Basta de pensar todo mil veces antes de hacerlo. Basta de no dejar a mi corazón decidir, de arrepentirme más por las cosas que no hice que por las que sí. Basta de vivir con miedo y dejar que ese miedo al futuro oscurezca mi presente. Basta de sentir que todos están mas felices que yo, que no tienen problemas. Basta de encerrarme en mi mundo y no escuchar las historias de los demás. Basta de sentir que la vida es una carrera que voy perdiendo. Basta de andar a toda prisa y no detenerme a apreciar el paisaje. Basta de preocuparme por cosas que todavía no pasan. Basta de hacerme la cabeza. Basta de sufrir.
Me harté e hice que mi mente diera un giro de 180°. Todos sufrimos. Todos tenemos problemas que no le contamos a nadie. Todos fingimos estar felices en momentos de tristeza. Todos tenemos una mascara que tapa parte de nuestro verdadero ser ante el resto, y está bien. No podemos mostrarnos tal cual somos todo el tiempo. Los momentos de pura honestidad, esos momentos en los que se desnuda el alma, son muy escasos, así que hay que disfrutarlos cuando ocurren. Todos siempre deseamos lo que no tenemos y sentimos que nuestra vida es mas miserable que la de los demás. Todos nos sentimos incomprendidos. Todos tenemos temores.
Que nadie te diga cómo vivir tu vida. Que nadie te diga que la estas desperdiciando encerrado en tu habitación. Esa es su manera de ver el mundo, no la tuya. Que no te hagan sentir menos, que no te condicionen. No dejes que las criticas te afecten. Aprende a que los comentarios negativos te resbalen y a soltar a la gente que te hace mal, aunque los ames. Aprende a no dejarte pisotear por nadie, aprende a defenderte. Entiende que si alguien te hace sentir mal o inferior es porque tu lo permites. No te sientas menos que los demás solo porque ellos tienen cosas que tu no. Aprende a mirar el alma de las personas. Cállate un poco y escucha. Aprende cosas nuevas. Cosas random. Cualquier cosa que llame tu atención. Mira películas que te hagan llorar y reír. Reflexiona sobre la vida. Hazte preguntas que jamás obtendrán respuesta. Crea teorías conspirativas y compártelas con gente tan loca como tú. Debate hasta hartarte. Escucha nuevas ideas, estate abierto al cambio. Se una persona libre, sin restricciones. Haz felices a los demás si eso te hace sentir feliz a ti. Consiéntete. Tomate todo el tiempo que quieras para estar a solas. Para escribir, para leer, para pensar. Dibuja, chatea, descarga juegos en el celular. Que te sangren los ojos de ver tantas series. Vuélvete fanático de lo que sea que quieras, ignorando la opinión del resto. Apasiónate por algo. Encuentra hobbies y hazlos hasta que te aburran. Escucha toda clase de música. Mantén la mente abierta a nuevas ideas, a nuevos pensamientos y culturas. Convive más con tu perro, gato o la mascota que tengas, porque al fin y al cabo los animales tienen los sentimientos más puros de todos y son los seres menos prejuiciosos del mundo. Si no te gusta o no puedes viajar tienes a todo el mundo literalmente en la palma de tu mano. Investiga lo que sea en internet. Mira tops en YouTube de los lugares mas extraños que hay en el mundo. Inventa historias en tu cabeza de las que nadie más sabrá. Desarrolla tu imaginación. No juzgues a otro hasta no haber conocido su interior. Investiga costumbres antiguas, cosas inexplicables o tu propio árbol genealógico, tal vez tengas antepasados que hicieron cosas que parecen haber salido de cuentos fantásticos. Hazte amigos de diferentes edades que nutran tu mente, que te hagan pensar en cosas que jamás se te hubieran ocurrido. Rodéate de gente que te haga bien. No te preocupes de antemano, lo que deba llegar llegará y ya habrá tiempo de hacerle frente. Disfruta cada segundo con las personas que amas como si fuera la última vez que los fueras a ver. Memoriza cada momento de felicidad, porque podría salvarte en momentos de tristeza. Cuando te sientas en el fondo del pozo piensa que no puede pasar nada peor, y que todo lo que te queda por hacer es subir. Dales un cierre a las discusiones, habla, empatiza, escucha. Aprende a no aferrarte a las cosas porque, cuando el mundo tire para abajo, será mejor no estar atado a nada. Pero por sobre todas las cosas explora tu pasado, vive tu presente y no te preocupes por el futuro.