En una ciudad, había una chica llamada Briana.
Siempre pensó que le gustaban los hombres.
De hecho, le gustaba su mejor amigo, que además era su compañero de clase.
Él era dulce, divertido, y con él se sentía segura.
Pero un día, caminando por la calle, vio a una chica.
No la conocía.
No sabía su nombre.
Pero algo en ella la dejó sin aire.
Desde ese momento, no podía dejar de pensar en esa chica.
Su forma de caminar.
Su sonrisa.
La sensación que le dejó con solo mirarla.
Y entonces, Briana se sintió confundida.
—¿Me gusta mi mejor amigo… y también esa chica?
—¿Eso está mal?
—¿Estoy rota?
—¿O solo… descubriendo quién soy?
Buscó en su celular:
"¿Qué pasa si me gustan los hombres y las mujeres?"
Y leyó una palabra que le hizo sentir paz:
Bisexual.
Briana sonrió.
No todo estaba claro.
Pero algo sí lo estaba:
✨ Su corazón no estaba equivocado. Solo era libre.