Historias de terror

Historia 1

Era una noche oscura y tormentosa cuando Clara decidió tomar un atajo a través del bosque para llegar a casa más rápido. Sabía que el bosque estaba lleno de leyendas y misterios, pero su cansancio la hizo ignorar las advertencias que había escuchado toda su vida.

A medida que se adentraba en el bosque, el aire se volvía más frío y denso. Los árboles parecían cerrarse sobre ella, sus ramas formando figuras inquietantes a la luz de la luna. Cada crujido de hojas bajo sus pies resonaba como un eco en la vastedad de la noche.

De repente, Clara notó que no estaba sola. A lo lejos, vio una figura entre las sombras. Era un hombre alto y delgado, vestido con un traje antiguo y desgastado. Su rostro, pálido como la cera, estaba parcialmente oculto por un sombrero de copa. Los ojos, sin vida, brillaban con una luz antinatural.

Clara intentó ignorarlo, pensando que sería su imaginación, pero la figura comenzó a acercarse lentamente, arrastrando los pies por el suelo. A cada paso que daba, un escalofrío recorría la espalda de Clara. Sin pensarlo, comenzó a correr, pero cada vez que miraba hacia atrás, el hombre estaba más cerca, sin importar cuán rápido corría.

Finalmente, Clara llegó a una vieja cabaña en el corazón del bosque. La puerta estaba entreabierta, como si estuviera esperando su llegada. Sin otra opción, se lanzó dentro y cerró la puerta de golpe, tratando de recuperar el aliento.

La cabaña estaba vacía, pero algo no estaba bien. El aire olía a moho y muerte. Las paredes estaban cubiertas de antiguos retratos, todos mostrando a personas con miradas vacías y siniestras. Uno de los retratos era del hombre que la había estado persiguiendo.

De repente, las luces parpadearon y se apagaron. El silencio que siguió fue abrumador, hasta que Clara escuchó un susurro cerca de su oído. "Estás en mi casa ahora", decía la voz. Unas manos frías la agarraron por los hombros y la arrastraron hacia la oscuridad.

Esa fue la última vez que alguien vio a Clara. Al día siguiente, la cabaña estaba vacía, como siempre lo había estado, pero un nuevo retrato colgaba de la pared: una joven con el rostro desencajado de terror, atrapada para siempre en la casa del hombre sin vida.



#259 en Terror

En el texto hay: terro, historias breves

Editado: 05.09.2024

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