Cap. 13 Susto

Mientras la extraña situación se vivía en la mesa de los Prewet, los demás estaban, o bien charlando en alguna otra mesa, como era el caso de Altair, quien en ese momento distraía a su madre y a su abuela, pero mientras Dominique reía con la misma desvergüenza que le había heredado a su hijo, Fleur tenía las mejillas coloradas, pues pensaba que todos los hijos de Dominique exhibían un descaro muy superior al de Louis, aunque la pobre estaba tristemente engañada, y lo que sucedía era que su hijo adorándola como lo hacía, y a pesar de que nadie lo hubiera creído, en verdad se había esforzado mucho en no mortificarla tanto, mientras que a sus nietos los traía sin cuidado a quién mortificaban.

A unos cuantos metros de aquella mesa, Anette miraba la escena y como de costumbre, su corazón se lanzó a correr cuando Altair sonrió. Sin embargo, después de reñirse, compuso expresión de concentración.

• ¿Qué está sucediendo contigo, señor Black? – murmuró

Aquello obedecía a que, si bien ella no poseía la habilidad de Geraldine, había notado lo mismo que ella, es decir que, aunque Altair iba por ahí incordiando a todo el mundo, rodeado de chicas, exhibiendo su descaro y la sonrisa que enamoraba a todas, la mencionada sonrisa nunca llegaba a sus ojos, pues los mismos parecían un azul abismo de dolor.

• Anette – escuchó y se giró para encontrarse con la mirada triste de Pauline
• Me asustaste, mujer
• ¿Hasta cuándo, Anette? – preguntó la chica, lo que hizo emerger el mal carácter de la francesa
• ¿Hasta cuándo, qué? Y, en cualquier caso, deberías estar con tu precioso Arthur antes de que el sinvergüenza ese comience a correr tras otra

Dicho esto, la hizo a un lado y se marchó, y aunque apenas había dado unos pasos, sintió el impulso de volverse y disculparse con su prima, pues sabía que había descargado su ira en quien no la merecía, algo innecesario porque Pauline lo sabía, en ese momento el grito de Louis hizo que Anette mirase en la dirección en la que lo había escuchado, solo que no lo veía, pero, aun así, comenzó a correr.

Aunque había muchas personas en la pista de baile, solo aquellos que estaban más cerca de donde se desarrollaban los hechos, fueron los que escucharon la voz de Louis, mientras que todo el mundo había visto el descomunal relámpago.

• ¡Wow! – exclamó Akima que bailaba en ese momento con su amigo John – Parece que nuestros anfitriones darán uno de sus espectáculos convirtiendo esto en un salón cerrado
• ¿Por qué iban a hacer eso?
• Para protegernos de la lluvia – le contestó ella, pero él miró hacia el cielo
• No parece que fuera a llover – opinó y luego se le dibujó una sonrisa en los labios – Quizá es solo que el Dios del trueno estaba aburrido y decidió ponerse a lanzar rayos – concluyó y Akima lo golpeó en la cabeza
• Pues lástima, habría sido genial verlos en acción

Si bien todos los presentes eran magos, en el mundo mágico sabían que Bill y Jason, por ejemplo, eran tremendamente hábiles, y aunque en realidad, casi nadie los había visto en acción, como acababa de decir Akima, quienes sí, habían echado a andar el rumor de que eran capaces de transformar, ocultar, o desaparecer por completo, cualquier edificio sin importar sus dimensiones, en un abrir y cerrar de ojos, así como echar abajo cualquier hechizo de ocultamiento. Aunque aquello en general era cierto, muchos pensaban que era solo otra de las muchas cosas que se decían de aquellas personas, y no sabían lo muy equivocados que estaban, y mucho más lejos de saber que algunos otros como Cassander, las gemelas Black, Jordan o J.L., tenían la misma habilidad, y aunque aun no la habían desarrollado por completo, ya se encontraban a años luz de casi cualquier mago.

Otras dos parejas que bailaban muy cerca de la mesa de los Prewet, eran Demian y Arkania, y Vladislav y Monique, así que ellos también se sorprendieron más con la exclamación de Louis llamando a Sandy, que con el relámpago. Sin embargo, si bien Arkania había soltado a Demian y había corrido hacia la mesa, él había comenzado a seguirla, pero se detuvo por otro asunto.

Vladislav y Monique, que sabían, como todos en la familia, que Louis no llamaba a Sandy por su nombre y el motivo, se miraron y comenzaron a correr, pero casi fueron atropellados por Iván quien había dejado a una de las primas francesas sin explicación alguna y había emprendido la carrera.

Todos aquellos que habían estado en Avalon, es decir, Anthar, Tyler, James, Albus y Jeremy, habían escuchado a Morgana, y aunque se hicieron la misma pregunta, en el sentido de qué significaba aquello, el único que corrió fue Tyler, pues finalmente Jason había completado su mensaje.

Otros tres que, aun cuando no habían estado en Avalon, también escucharon, fueron Ben, Altair e Iván, pero si a ninguno le dijo nada aquella frase, Iván quien ya la había escuchado muchas veces durante el tiempo que duró la búsqueda de los chicos, sabía que aquella mujer parecía especializarse en mortificar a Jason y a Louis, así que, aunque él no escuchó la exclamación de Louis, al ver el relámpago era que había emprendido la carrera.

Y si ninguno de los anteriores tenía idea de por qué habían escuchado a Morgana, había otro individuo que no solo no la tenía, sino que tampoco la tenía con relación a quién pertenecía aquella voz, pues el otro que la había escuchado había sido Demian y era lo que lo había paralizado haciéndolo pensar, de forma inmediata, que estaba perdiendo el juicio.