Honest (editando)

Capítulo 81

—¿Q-qué dijiste?
—No lo voy a repetir, Sara—la alejé de mi y me puse de pie.
—¿Por qué dices eso?


Me quedé en silencio.


—Es una broma, ¿verdad?—sonrió.
—¿Te parece una broma?—la miré de reojo.


Reaccionó asustada ante mi mirada de frialdad.


—Pero, no entiendo...


Tomé su bolsa y se la acerqué con la mano.


—¿Hablas en serio? ¿Después de todo lo que dijiste?


No contesté e insistí en que tomara su bolsa.


—¿Por qué quieres alejarme de ti tan de repente?


Deja de hacer las cosas más difíciles, si no lo hago de esta forma no lo entenderás.


—¡Contéstame!—reclamó triste.
—Te dije que te fueras—repliqué.
—¿Por qué...?


Abrí la puerta y le indiqué que saliera.


Me miró enojada, se acercó a la puerta y la azotó.


—¡No me voy a ir!—reclamó—. ¡Sé que no puedo ayudarte en esta situación, pero no tienes por qué hacer esto!


Detente...


—¡Haré lo que pueda por ti, pero no me alejes así sin darme una explicación!


Por favor...


—¡Soy una inútil lo admito, pero no creo ser un estorbo para ti!


Ya basta...


Apreté los ojos.


—¿O lo soy?


Basta...


—¡¿Lo soy?!


Ya no...


—¡Di algo!
—¡Ya basta!


Dio un sobresalto.


—¡¿No entiendes lo que pasa?!—reclamé.


Me miró asustada.


—¡Dos personas queridas para mí están muertas!... ¡Muertas! ¡No pude protegerlas!


Se quedó en silencio y respiré agitado.


—Intento hacer algo bien... estoy...—musité.


Sara permaneció en silencio, llevé mis manos a mi cabello, estaba a punto de estallar, volví a respirar agitado.


—Alex...—llamó triste.


Me di la vuelta en intenté recuperar la calma.


—Vete de aquí.
—Alex...
—¡Vete!—giré a verla.


Sus ojos se pusieron llorosos y la miré con tristeza. Soltó un último sollozo, salió corriendo por la puerta y la azotó detrás de ella.


Me quedé de pie por unos segundos, mi corazón latía rápidamente. Recargué mis manos en la mesa y mi vista se fue directamente a la tarta.


Cerré los ojos cabizbajo y suspiré.


—No quiero verte sufrir, no quiero que pases por lo que estoy pasando...


Una imagen de su familia vino a mi mente en un destello y abrí los ojos.


—No quiero verte en una caja de madera... no podría sopórtalo. Ya no quiero que alguien más muera por mi culpa.


Mis ojos se volvieron cristalinos y apreté los puños.


—Si para protegerte debo hacer esto...


Recordé a Ana y a Roberto.


—Si debo alejarte de mí…


Recordé a mis padres.


—Lo voy a hacer—dije con una mirada decidida.


Mi teléfono empezó a sonar, era una llamada. Suspiré e intenté volver a la realidad.


—¿Sí?
—Alex, ¿estás ocupado?—preguntó Josh.
—No, estoy... estoy bien, ¿qué pasa?
—Encontré algo que quizás nos pueda servir.
—Está bien, envíamelo y lo revisaré.
—De acuerdo—asintió y colgó.


Tengo que concentrarme... ya era suficiente drama.


Sara


Salí corriendo de ahí, no sabía a dónde iba pero no me detuve por nada. Limpiaba seguidamente mis ojos, las lágrimas nublaban mi vista y caían por mis mejillas.


Corrí varias cuadras hasta que me cansé, llegué a un jardín y me senté en una de las bancas.


No podía respirar bien, sentía un horrible nudo en la garganta. Intenté tranquilizarme, pero no podía parar, las lágrimas salían sin querer detenerse.


¿Qué había pasado? ¿Por qué dijo esas cosas? Todo iba bien, ¿qué pasó?


Escuché que mi teléfono sonó una y otra vez, pero no quería contestar. Estaba segura de que ni siquiera podía hablar.


Seguí con mis sollozos, veía a las personas pasar con el rabillo del ojo y cubrí mi cara, no quería que me vieran llorar.


Seguían y seguían pasando, hasta que noté que una se detuvo repentinamente, se acercó e intenté contener el llanto.


—¿Sara?


Paola


—Demonios, Sara contéstame.


Estaba nerviosa, no sabía qué había pasado, de solo pensar que está con Alex me enojo más.


—Pero me va a oír, muchachita mentirosa, sabía que tenía que ponerle un rastreador—comenté al caminar de un lado a otro.


Mi mamá llegó a mi habitación y me dijo que me buscaban en la puerta, me levanté rápidamente y corrí hasta allá.


—Que sea Sara, que sea Sara...


Abrí la puerta, pero no me encontré con Sara, fue con una figura más alta que yo y masculina.


—Hola—sonrió.
—¡Josh!
—Lamento molestarte…
—¿Q-qué haces aquí?
—Sé que esto es muy repentino, pero me comentaste que unos policías vinieron a verte y quisiera saber si puedes ayudarme con algo.
—¿A-ahora?
—Si no estás muy ocupada lo apreciaría.
—Ah, pues...
—Si te parece, puedo empezar con Sara, supongo que también fueron a visitarla a ella.


Me puse nerviosa.


—¿Puedo verla?—preguntó.
—Ella... no está aquí.


Me miró confundido.


Demonios, no contaba con esto, Sara solo contemplaba a su madre como "problema", creo que nunca se le pasó por la cabeza que Josh también podría serlo. Después de que nos dio explicaciones, nos dijo que la situación era muy peligrosa y nos advirtió sobre esto, por una razón no acudió a ellos en primer lugar.


Voy a matarte, Sara, si es que Josh no me mata primero...




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