Honest (editando)

Capítulo 84

Alex


Después de hablar con Abigail, se fue con Alfred en su coche. Me dispuse a planear mi siguiente movimiento cuando tocaron la puerta.


—¿Acaso habrá olvidado algo?—pensé.


Iba a abrir, estuve a punto de quitar el pasador, cuando escuché que la puerta trasera se abrió. Fui a ver rápidamente qué había pasado, era Josh, estaba fatigado.


—¡Josh! ¿Qué haces aquí? ¿Estás bien?


Lo ayudé a incorporarse y tocaron de nuevo la puerta principal.


—Espera aquí, debo...
—No abras—contestó agitado.
—¿Por...
—Son ellos.
—¿Qué?


Tocaron de nuevo la puerta.


—Tenemos que salir de aquí—dijo Josh.
—Pero, ¿cómo sabes que...
—Los vi llegar, afortunadamente llegué antes que ellos, pero tuve que planear algo rápido.


Golpearon insistentemente la puerta.


—¡Abran la puerta! ¡Es la policía!—gritaron desde afuera.
—Vamos, Alex—insistió Josh.
—Pero, ¿qué vamos a hacer?
—Tranquilo, tenemos todo bajo control.
—¿Tenemos?
—Confía en mí.


Fuera de la casa


Una pareja de policías tocaba la puerta fuertemente y al no obtener respuesta, sacaron sus pistolas, uno de ellos disparó en la cerradura para volverla inútil y abrieron la puerta con violencia.


Apuntaron sus armas y buscaron al dueño del lugar con la mirada sin éxito.


—Registra las habitaciones—ordenó un policía.


Su compañero se adentró y él espero en ese lugar.


Dos personas se acercaron a la puerta mientras platicaban, la abrieron preocupados y se escuchó un grito agudo.


Thomas y Carl entraron por la puerta y vieron al policía con el arma.


Carl estaba disfrazado de mujer con una peluca larga y maquillaje, hizo su voz lo más "femenina" que pudo para poder pasar como chica. Thomas iba normal y fingió ser el dueño del departamento y la pareja de Carl.


—¡¿Qué demonios?!—exclamó Thomas.
—¿Qué hace usted aquí?—preguntó Carl.
—¡Arriba las manos!—ordenó el policía al apuntarles.


Ambos acataron la indicación.


—¡Esto es inaudito!—exclamó Thomas—. ¡Rompieron mi puerta!
—Esto va a salir caro, querido—dijo Carl.
—Tenemos informes de que un fugitivo se esconde en esta propiedad—aclaró el policía.


El otro policía se acercó para ver qué ocurría.


—¡Eso es una estupidez! ¡Largo de aquí!—indicó Thomas.
—Querido, cálmate—dijo Carl tímido.
—¿Ustedes viven aquí?—preguntó el otro policía.
—Así es, oficial.
—Comenzamos a rentar este lugar hace un mes—añadió Carl.


Los policías se miraron entre ellos confundidos.


—Por favor, espero que no hayan roto nada más—dijo Carl.
—¡¿Quién les dio derecho de entrar en nuestra propiedad?!—reclamó Thomas—. Si no hubiéramos llegado...
—¿Tienen alguna forma de probar que viven aquí?—preguntó el policía.
—Tengo los papeles del contrato...—aclaró y Carl asintió.
—Muéstrelos—ordenó el policía.


Thomas los miró con desprecio, empezó a avanzar a la habitación y el segundo policía fue con él sin dejar de apuntarle. El primer policía se quedó con Carl, quién aún tenía las manos arriba.


—Por favor, ¿puede bajar la pistola?—pidió Carl—. Me dan pavor las armas de fuego...


El segundo policía salió de la habitación con Thomas mientras guardaba su arma.


—¿Qué encontraste?—le preguntó el policía que apuntaba a Carl.
—Dicen la verdad—afirmó su compañero—. Los papeles están en regla.


El policía dejó de apuntarle a Carl y él, sin salir de su personaje suspiró aliviado.


—Andando—ordenó el policía.


Ambos se dirigieron a la salida camino a su patrulla.


—¡Oigan! ¿Quién va a arreglar esto?—reclamó Thomas al señalar la puerta.
—Enviaremos a alguien para que lo repare—contestó el segundo policía.


No dijeron más, subieron a la patrulla y se fueron.


—Estuvo cerca—suspiró Thomas.
—Esta cosa me da comezón—dijo Carl son su voz real.
—Ya puedes quitártela, ya se fueron—confirmó al mirar por la ventana.
—¿Por qué soy yo el que se tuvo que vestir de chica?—dijo disgustado.
—Porque eres el que más se parece a una—rió.


Carl le dedicó una mirada de desprecio.


—Buena actuación, creo que lo logramos.
—El "querido" lo aprendí de Abigail,—se quitó la peluca y sacudió su cabello—creo que da un toque femenino muy notorio.
—Parece que sí—sacó su teléfono.
—¿Qué vas a hacer?
—Le diré a Josh que lo logramos.


Hubo un pequeño silencio.


—¡¿Me tomaste una foto?!—exclamó Carl.
—No...
—No quitaste el flash, baboso—respondió con seriedad.


Thomas lo verificó y miró a Carl apenado.


—Ups—dijo sonriente.
—¡Borrarla!—ordenó Carl.
—¡Es para el recuerdo!
—¡Borra eso!
—Vamos te ves linda, "Carlita"—rió.


Carl lo miró molesto.


—Lo pondré de fondo de pantalla—sonrió y configuró el teléfono.
—Me las vas a pagar...


El teléfono de Thomas sonó repentinamente y contestó.


—¿Qué pasa, Fred?
—¿Todo bien?
—Sí, ya me encargué de ellos, se fueron sin sospechas, fue más fácil de lo que pensé—rió.
—Menos mal, Josh ya está con nosotros.


Carl se pegó a la bocina del teléfono para escuchar.


—¿De verdad crees que sea buena idea que Alex esté con nosotros?—preguntó Thomas.
—Ya no hay otro sitio seguro en estos momentos...
—Supongo que no...—suspiró.
—Además, Alex quiere acabar con esto de una vez por todas.
—¿Él está bien?—preguntó Carl.
—Sí, ya está más tranquilo.
—Llegamos a tiempo—aclaró Thomas.
—Afortunadamente—asintió Fred.
—¿Ya les dijo algo del plan?
—Nop.




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