Honest (editando)

Final alternativo 3

—Yo no asesiné a nadie.
—No directamente...
—¿Qué?
—Eres culpable, Alex. Eres responsable por las muertes de tus seres queridos.
—No.
—Por tu culpa están muertos.
—No...
—De no ser por ti, ahora vivirían felices sus vidas, pero se relacionaron contigo y el precio por eso fue la muerte.


Lo miré con terror. Pequeñas imágenes de mis pesadillas pasaban por mi mente rápidamente en pequeños destellos, mi cabeza comenzó a dolerme. No pude evitar hacer un gesto de dolor.


Ana... Roberto... Mis padres...


Me llevé una mano a la cabeza, la herida en mi brazo seguía abierta, no sé cuánta sangre había perdido, pero empecé a sentirme débil.


—No...—musité con un gesto de dolor.


El remolino de mis pesadillas volvió con gritos desesperados y súplicas a mi alrededor. Escuchaba mi nombre por todos lados en susurros y gritos de agonía.


—La culpa te come vivo, ¿no es así?—comentó él.


No le presté atención, tenía la mirada fija el suelo, estaba aterrado, no podía reaccionar y al ver eso, Christopher sonrió macabramente.


Quizás él tenía razón...


Mis ojos se volvieron cristalinos.


De no ser por mí... todos seguirían con vida, todo seguiría bien.


Lágrimas cayeron por mis mejillas


Nadie habría muerto... Y si eso no fuera cierto, ¿por qué me sentía tan culpable?


Hubo un pequeño silencio, solté el arma y dejé que mis brazos cayeran a mis costados. Me sentí vacío, sin emociones.


—Parece que te hice ver tu realidad...—comentó—pero no te preocupes, acabaré lo que comenzaste.


Levanté la mirada lentamente y un disparo sonó. Vi una sonrisa en el rostro de Christopher y sentí como la bala entró en mi pecho.


El impacto me hizo retroceder un poco, el calor me quemaba. Lo primero que sentí además de dolor fue como la sangre salía como si de agua se tratase, agua caliente corría como un rió por mi abdomen. Quería correr o al menos caminar, pero mi cuerpo no respondía. Sujeté la herida pero la sangre no se detenía, estaba en shock. Caí en el suelo y miré el cielo nocturno.


Pude escuchar un disparo más, no volteé la mirada, pero lo poco que escuchaba eran sirenas de patrullas. Por un momento me sumergí en un vacío donde solo escuchaba mis pensamientos y el latir de mi corazón. Recordé a los que amo y a los que aprecio, ¿en verdad me esforcé lo suficiente?


Recordé los momentos más felices de mi infancia, veía a mis padres y a Ana conmigo, recordaba a los chicos, a Josh, a Sara...


Mis ojos cristalinos volvieron y lágrimas se deslizaron.


La luna iluminaba mi rostro y mis ojos aterrorizados, podía sentir el charco de sangre a mi alrededor que cada vez se extendía más.


Mis párpados se sintieron pesados y lo último que vi antes de cerrarlos fue la luna, que cada vez se hizo más brillante hasta que me cegó por completo.


Sara


Llegué corriendo agitada, los chicos habían logrado alcanzarme, incluso Cris. Todos miramos con terror la escena.


—¡Alex!—grité.


Corrí y evadí a los policías, me tiré frente a él, mis rodillas se llenaron de sangre al igual que mis manos. Su cabeza estaba de lado y sus mechones de cabello cubrían sus ojos cerrados.


—¡No, no, no!—dije con ojos cristalinos—. ¡Alex, respóndeme!


Mis ojos dejaron salir un par de lágrimas.


—¡Despierta, por favor!


Me apoyé encima de él, no me importaba la sangre, no me importaba nada, solo quería que despertara.


—Por favor...—imploré.


Recargué mi cabeza en su pecho aún con lágrimas en mis ojos y fue cuando lo noté. Su corazón aún palpitaba y seguía respirando.


—¡Aún respira!—grité.


Los chicos se acercaron rápidamente a nosotros. Josh se agachó y revisó su pulso.


—¡Alex, no te vayas!—imploró.
—¡Una ambulancia, rápido!—pedí.


Los policías no tardParecia estar en lo profundo de un cenoteron y minutos después dicha ambulancia llegó, los paramédicos lo subieron y se fueron directo al hospital.


Alex


Abrí los ojos lentamente. ¿Dónde estoy?


Miré a mi alrededor, era un cuarto lúgubre. Había una ventana a mi lado por la cual entraba una tenue luz y yo estaba sumergido en una tina cubierta de agua. Respiré lentamente, intenté salir, pero sentí que algo me sostuvo de la cara con la intención de llevarme bajo el agua. No pude mantenerme afuera mucho tiempo y terminó por jalarme al fondo.


Ya no era una tina, ahora parecía estar lo profundo de un cenote vacío, con un rayo de luz que golpeaba mi rostro a través del agua. Por alguna extraña razón no sentí la necesidad de respirar, no sentía nada, solo escuchaba el típico sonido cuando estás sumergido. Veía los destellos de luz fuera del agua y poco a poco me hundí más.


No hice ningún esfuerzo por moverme o intentar salir a la superficie, dejé que el peso o lo que sea que me estuviera llevando al fondo lo hiciera, la oscuridad me tragó en pocos segundos. Cerré los ojos y llegó un momento donde sentí que toqué fondo.


Al abrirlos noté que todo era de color blanco.


Me incorporé y empecé a caminar, no veía ningún horizonte o algo que me indicara que avanzaba. El lugar me daba tranquilidad, no había ruido, no había gritos, no podía pensar en otra cosa que no fuera ese lugar. 
Intenté recordar qué había pasado. Me dispararon y perdí la conciencia, miré mi pecho, pero no había nada. No sentía dolor en absoluto.


Los lugares blancos comenzaron a llenarse con escenas de mi vida, todos esos recuerdos que atesoraba en mi memoria pasaban frente a mis ojos uno tras otro. ¿Este lugar era la nada? ¿Estoy muerto?




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