Epílogo

Tiempo después, cuando Michael, Nilo, Alia y Kágrel regresaron a Silon, estos fueron recibidos por todo el pueblo con los brazos abiertos.

Pero, pese a que este era un momento grato, había alguien en la lejanía, que los vigilaba como un cazador.

Un hombre oculto entre los árboles que bordeaban el Bosque del sonido, cubierto totalmente de hojas para evitar ser descubierto, veía este reencuentro con un catalejo similar al de los piratas.

A un lado de su ubicación, yacían apiladas las partes de una armadura, junto a un escudo con el símbolo del reino de Kala.

Este individuo no era otro que, el caballero líder que Michael permitió escapar con vida, luego de sacarle información junto a Kágrel.

Si bien la condición para dejarlo huir era mentirle a sus superiores, este hombre pasó la amenaza de Michael por agua tibia, y fingió escapar, solo para alejarse lo suficiente y vigilarlos desde la distancia.

El motivo de esto es muy simple.

Aquel hombre obtuvo información del mismo Michael, mientras entregaba información confidencial propia. Un gran sacrificio, a cambio de no irse con las manos vacías.

Cualquiera pensaría que Michael no dijo nada extremadamente revelador, pero hubo algo, una afirmación del propio Michael, que este hombre no pasó por alto.

"Tengo algo que quiero proteger."

Fueron las palabras que atrajeron la curiosidad de este hombre, y en base a ellas, decidió investigar a aquel misterioso joven, que fue capaz de domar a una Bestia de batalla.

—Un mocoso como él no puede ser tan fuerte… —murmuró el caballero— Tiene que haber algo más… Algo que pueda usar a mi beneficio. El jefe no tomará de buena manera que llegue sin esa criatura, tengo que averiguar cualquier cosa.

Observó a todos en aquel reencuentro con mucha atención, pero no hallaba nada especialmente relevante. Solo personas normales, la Bestia de batalla, y… una chica de cabello rubio y ojos azules.

—Imposible…

El caballero volvió a mirar a aquella chica con mayor atención, en un intento de confirmar lo que sus ojos le mostraban, llevándose una enorme sorpresa.

Inmediatamente guardó su catalejo, y procedió a tomar un trozo de papel oculto en las piezas de su armadura, junto a un trozo de carbón que utilizó para escribir.

Escribió información específica y extremadamente relevante, como la ubicación del pueblo de Silon, los datos sobre un chico problemático para sus planes, y sobre la chica en la que se basó su descubrimiento.

Una vez terminó, sopló un pequeño silbato que traía colgado de su cuello, y una pequeña ave de plumas negras apareció en la escena. Amarró el pedazo de papel a una de sus patas, y luego la envió a volar para entregar el mensaje.

El caballero cogió su armadura y se la puso nuevamente, para luego bajar de aquel árbol en donde se encontraba.

En su rostro se formaba una macabra sonrisa, digna de un demonio a punto de desatar el caos.

—Con esta nueva información, ya no necesito nada. Ese mocoso y su Bestia de batalla pueden irse al infierno, mientras que yo gozaré de un sin fin de lujos luego de que reciban mi nuevo descubrimiento.

El caballero líder aceleró el paso en dirección a su destino tan esperado, el reino de Kala, y no se detuvo ni por un segundo, motivado por las jugosas recompensas que le aguardaban.

—¡Jajajajaja, muy pronto volverás a casa, y sabrás el gran error que fue haber escapado! ¡¡Prepárate, porque todos en ese pueblucho morirán por tu culpa, Juna Erden!!