Capítulo 16

– Celeste, necesito hablar contigo sobre algo importante.
– Claro. ¿Qué sucede?
– Verás, desde la primera vez que nos vimos, cuando me salvaste de las llamas, supe que me parecías conocida, y cuando me revelaste que perdiste tu memoria le he estado dando vueltas a este pensamiento en mi cabeza una y otra vez.
– ¿Entonces recuerda haberme conocido antes?
– La verdad es que yo nunca te conocí.
– ¿Pero, entonces por qué me dice todo esto si nunca me conoció?
– Porque a la que conocí fue a tu madre. –Cuando me dice esto siento que el corazón se me quiere salir del pecho. ¡Conoció a mi madre!– Yo estaba viviendo con mi esposa en Missena, cuando la conocimos de casualidad y nos hicimos buenos amigos. Ella estaba embarazada de ti en ese entonces y vivía con tu padre. ¡Eran felices! Pero unas semanas antes de que nacieras tu papá se fue y la dejó en el hospital. Nosotros estuvimos con ella hasta que naciste, pero luego mi esposa murió... y después de eso no la vi más. – No sé qué responderle, estoy sin habla.
– En... entonces... ella, ¿sabe dónde está?
– Ella no está. Después de unos años sin verla me enteré que falleció en un incendio. –Tan pronto dice estás palabras mi vista se nubla y un grupo de recuerdos aparecen de la nada. Las llamas del incendio, el día en el parque, el funeral, lo recuerdo todo sobre ella. –Lo siento.
– Melena, ese era su nombre verdad. La recuerdo. –Una sonrisa aflora en mi rostro y una lágrima recorre mi rostro hasta dar con mi clavícula. –Pero y mi padre, ¿no sabes dónde puede estar?
– Ella no nos contó nada sobre a donde pudo haber ido, ella no quería hablar de él realmente. Yo tenía una foto de ambos en mi casa, pero como ya sabes, todo se perdió en el incendio.
– Entiendo. –Me siento feliz por haber recordado, pero a la vez abrumada.