Capítulo 30

Abrí la puerta del estudio y pasé dentro. Había papeles por todas partes, hojas de periódicos, revistas con todo tipo de artículos. En el centro de la habitación había una mesa de estudio y sobre esta una laptop de color rosa con pegatinas de colores. El lugar parecía más una habitación de un detective de alguna novela de misterio que de una periodista. 
  – Tienes alguna idea de que es lo que estaba haciendo antes de desaparecer.
  – Si te digo te miento. Antes éramos unidos, trabajábamos buscando noticias y lo disfrutábamos. Pero de un momento a otro todo cambió. Te distanciaste y te encerrarse aquí. Decías que buscabas algo pero nunca me contaste. –Su rostro parece distante, como si se adentrara en el pasado y desde allí me contará todo esto. –Sea lo que sea, esta laptop debe tener alguna información no crees.
  Prendió la computadora y de repente su cara pasó de seria a decepcionada.
  – Tiene contraseña. ¿Alguna sugerencia? 
  Miré el teclado por un buen rato, intentando sumergirme en el pasado al igual que Estefan había hecho antes. Y como un rayo atravesando el tronco de un árbol en medio de una tormenta, unos diez dígitos pasaron de mi cerebro a mis manos, las cuales teclearon estas letras y números, como si lo hubieran hecho miles de veces. 
  Después de esto, la laptop fue desbloqueada y la pantalla de inicio quedó brillando delante de nosotros. En ella solo había varias carpetas y documentos, pero hubo uno que llamó mi atención de inmediato. El documento tenía como nombre “Woodside”, y estaba escrita con letras mayúsculas.
  Al abrir el artículo no pude evitar llevarme una mano a mi boca. Tal vez fue por la sorpresa, tal vez para evitar gritar ahí mismo del enojo y del asombro, o simplemente para evitar no vomitar.
  – No me lo puedo creer. –soltó Estefan totalmente pasmado.
  Intenté articular alguna frase pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta por cada línea que leía.
  El artículo estaba encabezado con letras negras y grandes:
        “Empresas Wood&Make: peligro para la salud de un pueblo.”
  Al principio hablaba sobre mi padre y el funcionamiento de su empresa. No había nada interesante, hasta que llegabas a un párrafo que cambiaba la dirección y el sentido del artículo.
  (...) Hace unos años se han empezado a dar casos de enfermedades misteriosas en diferentes pueblos, como ejemplos tenemos el poblado de Creps, Valery, y uno de los más significativos es el pueblo de Wilhelm, con un gran número de enfermos durante estos años. Diversas investigaciones han dado a entender que el río Acapulco que atraviesa estas localidades es el causante. Esto ha sido acallado por las autoridades y por la prensa por más de dos años y todavía se sigue manteniendo en silencio con el pretexto de no crear un alboroto en la sociedad. 
  Según algunas fuentes de total confianza, logré conocer que toda esta contaminación se debe a diversos químicos que han llegado a parar a las aguas del río.
  Cómo pudieron leer anteriormente la fábrica de la empresa Wood&Make tiene una base de desagüe que da a las aguas del río, aunque ellos aseguran que solo son deshechos naturales, se sabe que esto no es del todo cierto. Los trabajadores afirman que en ente lugar se procesan gran cantidad de químicos.
  Debajo de estas palabras aparecen imágenes de la fábrica y de la base de desagüe de esta. 
  Todo el resto del artículo habla sobre la contaminación, las personas que han fallecido y de la forma en que mi padre Tomas Woodside lo ha mantenido oculto.
  Mi cerebro no reacciona y mi cuerpo no deja de temblar. Estefan no ha dicho una palabra y está leyendo el artículo con el ceño fruncido. Y de repente, sin siquiera intentarlo o esperarlo, mi cabeza se sumergió en un mar de recuerdos.