Huellas Fragmentadas

02 Narices

Justo después de ayudar limpiando la casa, me retiré a mi habitación a descansar. Mis descansos consisten sólo en permanecer acostado en cama, mirando el techo, con música de fondo. Me gusta la comodidad de estar solo, con shorts y camisa ligera y en ocasiones sin playeras. La soledad me relaja, pero al mismo tiempo me hace sentir intranquilo, me hace sentir repleto y de repente vacío. Yo sé que es extraño y contradictorio, pero así soy yo.

Así normalmente son mis días de descanso cuando no tengo nada más por hacer, perderme en mis pensamientos y en mis sueños, si es que mi madre no me interrumpe como constantemente le gusta hacer. 
—¿Has comido algo el día de hoy? —dijo, lanzándome una cajetilla de cigarros vacía. Una de las orillas me lastimó, justo en el estómago por lo que me incorporé para revisar el golpe, mi madre, aunque pequeña y aparentemente frágil y delgada, es realmente una fiera.

—No, aún no, ¿era necesario? — le contesto mientras froto mi estomago adolorido. Sus ojos me escudriñan hasta el alma con su típico reproche, odio que haga eso, pero, ese es el trabajo de todas las madres, supongo, lo que para un hijo es molestia, para sus padres es preocupación.

—Ya es tarde como para que le llames comida a lo que sea que ingieras a esta hora. —prosiguió mientras daba palmadas a Tyson en el vientre, que se encontraba tirado junto a mí en mi cama.

—Se le llama cena. —Contesto bromeando, mi madre me estudió con ojos severos. A veces odio que haga eso, ese tipo de miradas solo te juzgan, pero tratándose de mi madre, ella habla con ellos en lugar de palabras —No te preocupes, en un momento voy a comer algo. — Relajó su cuerpo mientras se alejaba hacia la puerta de mi habitación.

—En ese caso te espero para cenar juntos —sonreí un poco —, ¿al menos

podrías recoger tu habitación?, apesta demasiado a cigarro y al perro — Ella arrugó la nariz en dirección a Tyson, el pobre me miró y luego la miró a ella, esta vez me reí —, creo que necesita ya un baño.

—Quizá después de cenar o mañana, por hoy ya fue mucha limpieza — solo asintió al tiempo que salía de mi habitación con ropa sucia con Tyson tras de ella.

Me levanté de la cama y me senté en mi escritorio, la silla a veces es más cómoda que la cama, pero esta vez se siente rígida, por ello elegí la cama. Necesito distraerme en algo, pero sencillamente nada me llama la atención, quizá un paseo con Tyson me dé ideas por hacer hoy, aunque ya es demasiado tarde, como para pensar en pasar por el parque. Ya ha pasado una semana en la que no he asistido. Por motivo de mi trabajo, solo he podido pasear a Tyson ya entrada la noche.

Tyson entró a la habitación con la correa en el hocico, era obvio que mi madre se lo dio, era como si ella a veces me leyera la mente, me sorprendía bastante, pero quizá solo sea porque me conoce demasiado bien, o quizá solo es por Tyson, ya que hoy no ha tenido su paseo, cualquiera que sea el motivo, no me importaba realmente. El resto lo hice en automático, ponerme un abrigo, tenis y unos pants, era cualquier cosa que ni siquiera mi cerebro se molestaba en procesarlo.

Tyson y yo pasamos frente al parque canino, estaba cerrado obviamente, pero por alguna razón todos los días desde aquel momento en que la vi, o para ser sinceros, ella me vio, la he pensado en ocasiones.

No he tenido el tiempo de volver a traer a Tyson al parque. Es un lindo parque nuevo que Tyson disfruta demasiado pero no me apetece volver aquí. No veo la necesidad de volver. Fue mera casualidad el que llegáramos aquí aquel día.

Parece egoísta de mi parte el no volver. ¿Pero por qué no?, ¿con qué motivo?, entonces el rostro de esta chica aparece en mi mente como un destello. ¿Es por ella?, ¿Para verla?, ¿además que haría cuando la vea?, no tiene sentido, aunque por mis ideas egoístas, Tyson no pueda disfrutar

de convivir con otros perros, ¿y por qué, por ella?, nada me dice que la vuelva a ver, en el mismo lugar y mismas circunstancias ¿qué probabilidad hay de que eso ocurra? El viento comenzó a arreciar por lo

que jalé la corre para ir a casa, pero Tyson comenzó a gimotear

mientras miraba la puerta cerrada del parque.

—No te preocupes, mañana después de trabajar te traeré a jugar Mire la fachada del parque frustrado, realmente no creo que pueda cumplir esa promesa, por trabajo o por ella. Me incomoda ella demasiado.

De regreso en casa, desde la cochera se percibía un olor a comida dentro de casa, el ambiente familiar emana calidez. Mi madre nos recibió muy contenta.

—Hice spaghetti, ya que no comiste nada, por lo menos para que cenes algo bueno

 —Nos examinó de arriba a abajo—, tienes las mejillas y la nariz roja, no te abrigaste bien y Tyson no tiene puesto el abrigo que le compré hace poco —volvió a ponerme esa expresión de madre reprendiendo.

Solo la evadí dirigiéndome a poner los platos en la mesa. Muy a pesar de sus gestos acusadores de madre protectora. Ella es muy lista y sabe lo que hago sin embargo decide dejarlo pasar.

Sentados en silencio, cenando, me sumí tanto en mis silencios que…

—¿Alguna vez evitaste ir a algún lugar solo porque no querías toparte con alguien? — escupí la pregunta en automático, odio eso de mí.

<< ¿Mi boca habla por sí sola?>>




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