Huellas Fragmentadas

09 Paseo

Los días pasaron como si se trataran de segundos, mis días de supervivencia, no tenían sabor, me sabían más que insípidos, me dediqué a mi rutina de siempre, a excepción de los paseos con Tyson.

A pesar de que en verdad quería salir con él y sí, quería verla. Me quedó un sabor amargo en todo el cuerpo al despedirnos aquel día.

—¿Cuándo saldrás a pasear con Tyson?, el pobre ocupa salir y tú también. Ya serán como dos semanas que no lo paseas. —Mi madre es quien se dedicaba a pasear al pobre.

—Lo siento mamá, esta nueva firma de negocios de la que ahora soy jefe, consume esos tiempos de caridad, procuraré darme tiempo libre, pero no prometo nada.

Mi madre asintió no del todo satisfecha.

<<Todo gracias a Otis>>

—No te quejes, tampoco he disfrutado de mi familia. —Otis estaba absorto en su mesa de dibujo, molesto.

—Deberíamos de contratar más personal.

—Deberías trabajar, en lugar de estar exigiendo cosas. —Contestó aún absorto en su trabajo.

—No sé para qué me molesto contigo, soy también el patrón así que contrataré a los que consideré necesarios.

—No digas tonterías, somos más que suficientes y si lo haces, saldrán de tu cartera— Se desperezó un poco para luego mirarme de arriba a abajo.

—Si queremos ampliar la empresa, pues la realidad es que por lo menos aún no—En verdad me sentía explotado y a punto de hacer una rabieta infantil. Pero tenía razón y eso me fastidiaba. La empresa ha

crecido los últimos dos años bastante rápido. Así que para solventar este crecimiento. Hemos trabajado como estúpidos.

—Haz horas extras y deja de hacer pucheros. —Me sorprendí al no darme cuenta de que hacía muecas infantiles, igual que Evelyn.

<<Vaya, hasta que la recordé>>

—Ya hay quejas de los trabajadores por la cantidad de trabajo, o les aumentamos el sueldo o contratamos más personal, de una forma u otra me salgo con la mía.

Otis exclamó con un fuerte gruñido, pues Valeria hace un par de días pidió un aumento. Pronto los demás trabajadores harían lo mismo.

—Carajo —Sonreí —Li deja de cucarme y prepara las cosas para dentro de dos días más, no quiero que Valeria se entere.

—Me lo pides como amigo o como jefe.

—Como amigo, carajo.

No pudimos evitar reírnos. Salí de su oficina contento de salirme con la mía. Por fin tendría el tiempo libre que mi familia necesita y que yo también necesito. Quizá así deje el cigarro.

Por lo pronto, terminé llevando el trabajo a casa, no era la intención, pero rendía más, al menos hasta las nuevas contrataciones y aumentos. Era conveniente trabajar en casa, al menos para mí, utilizando el tiempo de transporte y de acicalamiento para trabajar. Literalmente saltaba de la cama al escritorio, afortunadamente tenía mi propio estudio en casa. Este trabajo lo tomé como algo personal, si no lo aprovechaba para mí, al menos mi madre lo aprovecharía y así ese nuevo crecimiento sería más pronto. Consideré lo que Otis me dijo esa vez, antes de la junta, pues tiene razón siempre cuando se trata de su familia, mueves el cielo, mar y tierra.

—Apestas. —Mi madre estaba al pie de mi estudio, yo solo miraba mis planos, la escuché, pero no le contesté.

—¿Ya desayunaste?, seguro no has comido. —Seguí ensimismado en mi trabajo.

—Tu habitación es un asco, tú eres un asco, esta oficina …

—Es un asco, ya entendí, cuando tenga tiempo limpiaré.

—Eso me dices todos los días, es momento de que lo cumplas, al menos ¿has pensado en el pobre Tyson? —No contesté, me estaba avergonzando.

—Te extraña y yo también, no sirve de nada que “estés” aquí las veinticuatro horas del día si realmente no estás. —Miré sus ojos tristes, pero se veía molesta en su cuerpo, trataba de forzar la molestia. Tenía razón.

—Perdóname, sé que lo prometí, lo siento, pero no te preocupes, ahora cenaré contigo ¿sí?, yo hago la cena —Trataba de que mi voz sonara dulce, pero creo que en realidad me escuche como un vil mentiroso, ella solo meneó negativamente la cabeza, mirando el suelo en busca de consuelo para luego salir de mi estudio. Sé que en ocasiones no soy buena persona, pero al parecer no me había dado cuenta de que soy una mierda de hijo, creo que eso es peor y es lo único que no quiero ser, mi madre no se lo merece.

Dejé el trabajo y salí a la cocina.

No estaba seguro de la hora, pero al terminar la cena con mi madre, entré a mi habitación y mierda, sí que olía mal, pero era una especie de humedad extraña, abrí mis ventanas y organicé un poco el lugar para luego darme un buen baño. De repente no se escuchaba ruido alguno, me asomé a la sala y me percaté que en la barra de la cocina había una nota de mi madre “Salí con mis amigas de lectura, regreso pronto, gracias por la cena, Te amo”, olvidé que era jueves, es cuando iba a su club de lectura, Volví la mirada en busca de Tyson, estaba echado en el patio, se veía algo triste y sentí una punzada en el pecho.




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