Recibí mil llamadas de mi madre, Otis e incluso de David, creo que también de Valeria. Silencie el celular y me acurruque con el perro. Entonces me quedé dormido, tuve pesadillas solo recuerdo vagos fragmentos , había conejos blancos, jaurías de pitbulls, sangre y gente sin rostro a mi alrededor que cuchicheaban apuntándome entonces a lo lejos estaban aquellos que me importaban sufriendo, lloraban por algún motivo y entonces… desperté, la alarma de mi celular sonaba fuertemente, Tyson me lamía la cara y chillaba, me senté frotándome el rostro espantando el sueño y todo rastro de nubes, no cabía de mí el asimilar mi pesadilla, nada era real, solo el dolor de mi pecho y las lágrimas tibias que tenía derramadas.
—¡¿Dónde carajos estabas?! —Miré con enfado a Otis, lo pasé de lado y entré a mi oficina, me recargue en la silla y me desparrame como de costumbre —, ¡Te estoy hablando! ¿sabes lo preocupada que está tu madre? —me encogí de hombros, a pesar de lo mucho que amo a mi madre, no es justificación lo que dijo, así que tengo todo el derecho a molestarme con ella —, ¿eres tan imbécil que no dirás nada? — una mueca se asomaba en mis labios como si intentara reír. Error, Otis resoplaba el aire como viento en la costa.
Lo mire nuevamente de soslayo y Otis estaba que echaba humo por las orejas y rojo como jitomate.
—Estaba por allí, ayer tuve un… un percance, discutimos, solo llegué a casa a dejar a Tyson y de inmediato vine para la oficina —No quería mirarlo fijamente.
—¿Percance?, ¿me tomas por estúpido?, ayer tu madre estaba histérica, llamaba en la madrugada a David preguntando por ti, ya sé todo lo que pasó Pensé lo peor —volví a encogerme de hombros, entonces Otis se pellizcó el puente de la nariz, cerró fuertemente los ojos, su tonalidad volvía a ser pálida, habló más sereno —, En verdad a veces no te soporto, idiota, informare a tu madre que estas bien, de nada. —en su última frase me arrojo al escritorio varios documentos, es común en él que me arroje cosas —Supongo que te lavaste un poco en los baños. —Asentí. Otis gruño en desacuerdo para luego salir de la oficina cerrando tras de sí la puerta delicadamente. Puedo entender por qué se comporta de esa forma y por qué se preocupa, pero en este momento no me interesa lo más mínimo volver a casa, solo para hablar con mi madre de lo inevitable. Sé que soy un cobarde, que no soy capaz de afrontar situaciones como estas, que en realidad solo las retraso. En estos momentos solo quiero centrarme en mi trabajo hasta quedarme ciego, sería…
En mi mano el celular comienza a timbrar, no quería ni ver de quien se trataba porque obviamente sería mi madre, Otis a estas alturas ya le informó sobre mi repentina aparición en la oficina a medio peinar, con ropa sucia e informal con tenis sucios. Valeria nunca hace comentarios de mi aspecto, pero es buena atendiendo las necesidades. Aparece en mi oficina con una charola en mano. Me entregó una taza de café con una bolsa que contenía desayuno.
—Ya preparé en los vestidores un cambio para usted.
—Gracias Val, pero no me apetece cambiarme, me quedaré poco. Pasa de favor mis pendientes a mi WhatsApp.
Valeria asiente obediente e inexpresiva. Se retira dejándome solo y resignado. mire de reojo el número para verificar la llamada perdida.
Era Evelyn. Estoy un poco molesto con su plantón, pero también agradecido de que no haya presenciado el numerito que hice en el parque.
No me siento seguro de remarcar, pero al menos quiero escucharla.
—¿Hola? —Evelyn contestó casi al primer timbrazo. Me quedé mudo al escucharla, de alguna manera una voz ajena a mi círculo familiar me reconfortaba—, ¿estás allí?, recuerda que no te puedo ver asentir a través de una llamada, necesito que esta vez me contestes y que sea fuerte y claro —escucho una suave risa. Me agrada su risa. Es como un consuelo.
—Discúlpame, pero no esperaba tu llamada, disculpa si no contesté, estaba ocupado.
<<En realidad no, ¿por qué me llamó?>>
—Quería pedirte perdón por lo ocurrido ayer, es que yo… —Se quebró su voz.
<< ¿Va a llorar?>>
—No te preocupes, no me quedé mucho tiempo, tenía pendientes.
<<Que mentira más bruta>>
—Ya veo me alivia, pues será mañana entonces u otro día.
—Quizá hoy… —Se empezaron a escuchar ruidos extraños al fondo.
—Entonces no te molesto más para que puedas trabajar más rápido, cuídate, nos vemos pronto, ¡adiós!
—¿Adiós?
Ella colgó la llamada demasiado rápido antes de poder despedirme o incluso de organizar una nueva salida.
—Pero, aunque no estoy muy seguro, capte un tono de voz en ella un poco ….
—¿Un poco qué? —Otis iba entrando con su laptop en mano y con mirada penetrante, es claro que sigue molesto.
<<Tengo que dejar de pensar en voz alta>>
—No es nada —odio que me mire de esa forma tan acusadora.
—¿En verdad?, es mejor que no mientas. —Ufff …
—Me llamó esta chica —su semblante cambió rápidamente a uno más relajado. Pronto tomó asiento frente mío exigiendo detalles con esa simple acción.
—Ya deja de ser tan grosero y llámala por su nombre —Su voz era pesada, voz de padre enfadado.
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Editado: 10.07.2024