-También te amo.
Rut se sobresaltó al escuchar aquella voz. Abriendo los ojos de par a par, buscando al responsable de ella. Tras ella se encontraba Andrew, traía consigo un ramo de flores de diversos colores, claveles, azucenas, rosas y lirios, pudo identificar Rut. Con las piernas temblorosas y un nudo en la garganta habló.
-¿Qu-qué haces aquí? -Su voz se escuchó tan baja que incluso Andrew tuvo que procesar lo dicho.
-Supuse que estarías aquí cuando no te vi en casa y Deneve estaba en ella. -Se encogió de hombros, acercándose a ella.
Allí estaba él, justo a solo un par de centímetros de ella, con un ramo de flores en sus manos y sus manos temblorosas. Andrew nunca fue persona de demostrar sus sentimientos, tampoco se le daba bien el romanticismo y Rut más que nadie lo sabía. Rut traga grueso en su lugar.
-Tú...
-Rut, necesito que me perdones. Pensaras que soy un cobarde al dejarte aquella vez y...
-Lo fuiste...
-Estaba asustado Eva, contigo fue la primera vez que -Estaba avergonzado en ese momento, bajó su cabeza con un tenue rubor en sus mejillas.
-¿Crees que para mí no lo fue¡? Andrew me guarde para ti siempre, desde que comencé a sentir sentimientos hacia ti, fuera de la amistad, me imaginaba estar a tu lado, tomar de tu mano, demostrarle al mundo que éramos el uno para el otro.
-Rut... Aun lo podemos ser.
-¡Dos meses y medio llore por ti! -Gritó, retrocediendo un poco. Aquella confesión le tomó por sorpresa. -Andy, me dolió cuando me dejaste allí en la cama, como si solo fuera sido un juego para ti. -No podía seguir hablando, estaba dolida, pero más que nada, decepcionada.
-Te amo Rut y estoy aquí para demostrártelo. -un vuelco en su estómago se apoderó de ella, su pulsó se aceleró de una forma exorbitante. Siempre había querido escuchar esas palabras provenientes de él. Sabía que lo decía de verdad. Andrew nunca le metería o bromearía con ello.
-¿Cómo lo harás? ¿Con flores y besos? -Preguntó sarcástica, pues aún se encontraba dolida.
Andrew llevó su mano derecha a su nuca, encogiéndose de hombros.
-No... -Metió las manos en el bolsillo de su pantalón, al momento de acercarse más a ella. Dejando las flores a un lado. Rut solo lo miraba interrogante, pues aquel acto la había desconcertado. -Rut, quiero hacer las cosas bien, por eso me alejé de ti por un tiempo, tanto porque no podía asimilar lo que habíamos hecho, como los sentimientos encontrados aquella vez. Rut te amo porque tú me entiendes, te amo por cada sonrisa que me has sacado, te amo porque tú eres la única que me comprende, me alienta a seguir adelante siempre, me quieres y porque quiero que seas la única dueña de mi vida. -Le había costado más de lo que pensó, y eso no iba a ser lo que le costaría a partir de ahora, no fue abrirse a ella, sino lo que seguiría después.
-Andrew. -Tapó su boca al verlo como se arrodillaba, no podía creer lo que su mejor amigo por años haría.
-Eva Rut Thompson, ¿Te... Te quieres ca-casar conmigo?
No lo podía creer, ni en sus mejores sueños había logrado imaginar lo que aquel chico hacía en ese momento, no quería ser su novia, él no quería que fuera su novia, pues a pesar de todo lo que pasaron desde la adolescencia, siempre lo fueron, aunque no hubieran portado ese título como tal. Porque para ellos siempre lo fueron, desde que habían comenzado a celarse, fueron novios, solo que eran tan estúpidos que nunca se dieron cuenta.
Cuan idiotas podrían llegar a ser...
-Y-yo... -Su mirada se posó en la de él. Andrew se estaba logrando sentir tonto en ese momento, Rut solo lo miraba. Su mente era un conglomerado de sentimientos e interrogantes ¿Acaso eso no era lo que ella quería?
-Rut...
-Antes de darte mi respuesta. -Tomo valor para hablar. -Quiero que me prometas que no importa lo que te diga o ase, nunca me dejaras.
-Rut, ¿Por qué?
-Solo promételo si lo sientes.
-Rut yo te amo y...
-Estoy embarazada -. Soltó de un momento a otro sin miramientos, él debía saberlo. Quería saber si contaba con él a pesar de todo.
Andrew no cabía en sí mismo, aquella confesión lo había dejado estático. Como de un acto... Y como una cachetada llegaron los recuerdos. Nunca se protegieron...
-Tú... ¿Rut cómo?
-Tengo dos meses y medio, exactamente desde que estuvimos juntos. Es de nosotros... -Se abrazó a ella misma. Estaba preparada para cualquiera de las respuestas que le daría Andrew. Tal vez él aún no se quería atar con un bebé. Él estaba en su último año de universidad y ella, se graduaría en un año y medio. Un bebé no iba a ser fácil, pero había jugado, allí estaba las consecuencias.
-Yo te apoyo... -Habló con decisión. Debía enfrentar las secuelas de sus actos. Así como lo hizo su padre cuando supo que él venía al mundo. -Rut, estamos juntos en estos.
-Acepto. -fue su contestación, reprimiendo las lágrimas de alegría de sus ojos. -Andrew si quiero casarme contigo. -se acercó a él, llegando hasta su frente, examinándolo con sus ojos, notando que al igual que ella, él no estaba durmiendo bien, las bolsas bajo sus ojeras lo demostraban.
Andrew sonrió, se encontraba feliz, el ser más afortunado en la vida. Rut se acercó a sus labios, fundiéndose en su tierno y lago beso. Aún se negaba a soltar sus labios, había estado demasiado tiempo lejos de él, como para poder dejarlo ir tan rápido, podía sentir las enormes y suaves manos de Andrew clavarse en su espalda perderse en su hermoso cabello.
Se aferró a su cuerpo, un poco más, una vez que el aire vital para los dos se fue agotando, miro al joven por encima de todos los demás...
-Te amo -, masculló este contra sus labios, sin importarle más que ellos dos y ese pequeño ser que crecía en su vientre.
-Te amo mucho más -. Contestó esta, con una sonrisa, poniéndose en puntillas, depositando un suave y gentil beso en sus labios, antes de pasar, su dedo índice por su pequeña boca, enfocando sus ojos, perdiéndose en ese mar en el que, gustosa se ahogaría. -Andrew me alegra saber que de una amistad...