Capítulo 39

Faltaban tan solo quince minutos para que el partido acabará, íbamos a bajo por solo cuatro puntos.Dí una respiración profunda, mí cuerpo ya estaba agotado y no sé cuánto tiempo resistiría.

Le pasé el balón a Michelle quién no dudó ni un segundo y lo lanzó logrando un triple. Los aplausos por parte de nuestros compañeros se hicieron presente en el coliseo. Todas retrocedemos volviendo a nuestro lugar.

El sonido del silbato se hizo presente, tras un par de señas entendí que se trataba de un cambio de jugador por parte de mí equipo, y a quién sacaban era a mí. Corrí hasta la banca y me senté, el entrenador palmeó mí espalda seguido de un "muy bien jugado, Shepard", Sonreí en modo de  respuesta.

De mí mochila saqué una botella de agua y la tomé de manera desesperada, sentí como el agua enfriaba mí garganta provocando una sensación de relajación.

— Juegas bien. — Gus se sentó a mí lado. Guardé mí botella y me giré un poco para observarlo mejor. Por un momento en mí vida pensé que me dejaría en paz, pero desde su repentina relación siempre se acercaba a mí.

— Gracias. — Dije lo más cortante posible, en estos momentos no me apetecía conversar con él.

— ¿No sientes qué falta alguien?, Diré, ¿ No sientes qué faltan dos personas?.— Decidí no responder y al notar que no tenía ni la más mínima intención de hablar siguió con su diálogo. — Hace unos minutos Black se encontraba sentado mirando jugar a su "novia" y ahora ya no está al igual que una de tus jugadoras.— Centré mí vista en el partido, sabía muy bien a dónde iba está conversación, sabía que buscaba que me moleste o tal vez quería lastimarme. — Si no me crees puedes girar y comprobarlo por ti misma.

A mitad de medio tiempo había visto a Tatiana retirarse, una parte de mí deseaba que al darme la vuelta él estuviera ahí pero la otra sabía que no lo estaría. Me di la vuelta y solo lo confirme, él no estaba.

— Tal vez fue al baño. — Gus ensanchó su sonrisa.

— Salió hace veinte minutos, uno no se tarda tanto en el baño.

— ¿Ahora lo vigilas?.

— Tal vez. — Se acercó un poco a mí. — Solo quiero que veas la realidad. Él no te quiere, aún sigue enamorado de mí novia. Yo te advertí que él no era bueno, jamás te quiso y solo ha jugado contigo. — Puso un mechón detrás de mí oreja.

Sentí mis ojos picar, aunque lo quisiera evitar sus palabras realmente me estaban lastimando y de la peor manera que puede existir. No quiero creerle pero las acciones de Black hace que todo se ponga en duda.

— Black es un completo misterio para ti, está lleno de secretos, cosas que jamás piensa decirte, cosas que Tatiana sabe y tú no, ¿Sabes por qué?.— Niego. — Porqué a ella realmente la quiere y no es un juego para él. Solo quiere estar contigo porque sabe que tú me gustas y siempre me ha quitado todo.

— Y ¿Piensas que estaría mejor contigo?. — Habló de manera tajante.

— No lo pienso, lo sé. Yo no te cambiaría por nadie y te trataría como te lo mereces, no existiría ningún momento en el que no te hiciera feliz pero lastimosamente tú elegiste al equivocado. — Fue lo último que dijo para luego retirarse.

Los gritos eufóricos de todos mis compañeros se hicieron presente, habíamos ganado. Todos se felicitaban y celebraban mientras yo estaba aún estática en la banca, intentando analizar cada una de las palabras de Gus.

Deseaba no creerle pero la espinita de la duda estaba ahí, lastimando mí corazón y martillando mí cerebro. Si él tenía razón significa que todo lo que vivimos y cada una de sus palabras fueron falsas, deberían darle un premio Oscar al mejor actor, sin duda alguna me creí su actuación.

Los minutos pasaban y mis dudas aumentaba, no sé cuánto tiempo llevaba sentada, solo sé que ni siquiera se había acordado de mí. Ni una llamada, ni un mensaje, ni siquiera una señal de humo, era como si yo no existiera.

Limpie mis lágrimas y me levanté de la banca, necesito un baño y después tendré que ir a recoger la tarea que dejaron hoy.

Gracias a Dios todas las duchas estaban vacías, podría bañarme con tranquilidad. Abrí la regadera y me adentré, entonces dejé que fluyeran todas las lágrimas que estaba reteniendo.

No sabía porque lloraba, o tal vez era porque la persona de la cual estoy enamorada no me quiere, o eso es lo que pienso.

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Los pasillos del colegio estaban vacíos, era hora del almuerzo y seguro todos estarían en la cafetería. Llevaba alrededor de cinco minutos buscando a mis amigas. No sabía nada de Michelle desde el partido.

Salí a la cancha recordando que la última vez comimos ahí, y no me equivoque. Debajo de un árbol se encontraba Nadine junto a Jess pero no había rastros de Michelle.

Llegué hasta donde estaba y me senté frente a ambas. — Hola. — Saludo a ambas.

Jess busca en su mochila y me pasa un montón de hojas que sé que son la tarea que han dejado. Por suerte nos han dado el día libre por ganar y puedo hacerla tranquila.

— Gracias. — Guardó las hojas en mí mochila. — ¿Han visto a Michelle?.

El semblante de Jess cambia a uno de confusión. — ¿No está contigo?. — Negué. — Pensé que lo estaría, nosotras no las hemos visto. — Miró a Nadine y ella se encoge de hombros.

— Entonces tendré que irme sola al departamento. Nos vemos luego.— Me despedí de ambas y comencé a caminar hacía la salida.

Algunos chicos que me encontré en el camino me felicitaban por la victoria que habíamos logrado, chicos que nunca antes había visto.

Una voz muy conocida llegó a mis oídos, caminé en dirección hacía ella para lograr encontrarla y entonces los vi. Me oculté detrás de los casilleros para que no pudieran verme.

— ¡Necesitas decirle!, ¡Su vida está en riesgo!.— Esa era Michelle.

— Claro que no, por el momento todo está bien y nada le sucederá. Él no tiene ni la menor idea que ella está aquí. — El tono de Black era serio.

— ¡¿Qué pasará cuándo se entere?!, no tiene ni la menor idea de lo que está sucediendo a su alrededor, en cualquier momento la pueden encontrar, ella no debe entrar a ese mundo. Deberías preocuparte más por Blake en vez de irte siempre detrás de tu ex Elsa. — ¿Espera qué?, ¿Yo qué tengo que ver?.