Frío.
De ese elemento estaba hecho el corazón de Hanns Hoffmann. Un joven que desde pequeño le ha tocado ser testigo de las atrocidades en las que se puede convertir un ser humano, incluso, teniendo tanto dinero en su poder. Que según él, era lo que los convertía en verdaderos montruos.
Fuego.
Así era esa chica, Annelisse Koch. Una joven criada bajo las costumbres de una familia humilde. Estudiosa, trabajadora, chistosa y un poco sentimental.
Él.
En el frío témpano de hielo que tiene por corazón, estará a punto de descubrir qué es el fuego.
Ella.
En sus ardientes llamas de fuego estará a punto de descubrir que tan fría se puede llegar a ser.
Y como añadidura, éste dicho:
El que juega con fuego, tiene que estar dispuesto a quemarse...
O al contrario, hacer que del otro no queden ni cenizas.
¿Preparados?
Novela única y exclusivamente MÍA.
Reservado por derechos de autor.