—¿Sabes algo al respecto?— Le pregunto a Max en nuestro corto descanso. Que bueno que el entrenador tiene un día ajetreado.
—No... Pero siempre quisiste vengarte, del alguien en particular. Lamento no poder decirte más...— Toma de mi agua. Se la quito de las manos y lo miro mal.— ¿Desde cuándo es ilegal tomar agua?
—Desde que es la mía... En fin, esto me trae pensativa. Sé que es una pista, pero no le encuentro sentido. Me causa intriga y miedo...
—Relajada, yo después te ayudo... Ahí viene nuestro verdugo...— Efectivamente viene el entrenador y no muy contento...
—¡Smith, Jones!— Grita y nos acercamos. —A la biblioteca...
—¿Por qué?— Pregunto confundida.
—Aparentemente todos deben sufrir por igual. Así que allá terminarán su dichoso castigo...— Está muy molesto. Tomamos nuestras cosas y vamos rumbo al lugar indicado.
—Deben estar locos, esto nunca había pasado...— Dice Max
—Supongo... Oye, nunca me contaste ¿Por qué te castigaron?— Llegamos a la biblioteca y una chica está discutiendo con una señora de avanzada edad.
—Pero señorita Patterson, no necesito más ayuda...— La chica hace movimientos exagerados.
—Fue una decisión tomada por el consejo, no puedo hacer nada...— Habla la señorita Patterson con calma.
—Parece que te quitaron el título de histérica...— Susurra Max en mi oído y le ofrezco una mirada matadora.
—¿Max y Abril?— Pregunta la bibliotecaria tras vernos parados en la puerta. Asentimos. —Ella es Dolly, les enseñará lo que tiene que hacer...
Ella está de brazos cruzados, voltea la mirada y la enfoca en Max. Su cara de disgusto cambia totalmente por una sonrisa. —Un gusto... Siganme...— Me mira con indiferencia, pero no le presto atención.
—Le agradaste...— Susurra Max con sarcasmo. —¿Y qué nos toca hacer?— Pregunta dirigiéndose a Dolly.
—Organizar, clasificar y no crear problemas...— Lo último lo dice mirandome con detenimiento. —Espero y se comporte, Abril...
—Lo hará, me encargaré de ella... Y dime Dolly, ¿Es complicado lo que se hace?.
Ella empieza a jugar con su cabello. —No, yo te enseño como se hace...— Se quedan muy sonrientes y me alejo.
—Organiza eso...— Indica la señorita Patterson. —No le caes muy bien a Dolly, pero tranquila ella es así...— Sonrie con amabilidad. —En el tomo encuentras toda la información para saber en dónde ponerlos... Mira...— Señala números y el número de los tomos.
—Ok, entiendo... ¿Ella por qué la está ayudando?— Señalo groseramente a Dolly.
—No sé exactamente...— Trae más libros en un modesto carrito. —Pero los dos chicos que ayudaban, motivo de sus castigos, claro está...— Aclara la sustraían, por eso los mandaron a ustedes dos... Ya no soportaba la situación. Ojalá y tú amigo se comporte, porque si no, me tocará tomar medidas...
—¿Qué clase de medidas?— Mi curiosidad sale a flor de piel.
—No lo querrás averiguar Abril... Por cierto, es verdad lo que dicen, ¿No recuerdas nada?— Se quita las gafas.
—Si...— Me limito a decir.
—Es una pena, seguro tú libro favorito te ayudará...— Me da uno, algo extraño. Lo otro rápidamente y son formas de tortura.
—Espero y no...— Antes de volver a la recepción, me ofrece una sonrisa. Camino rápidamente hacia Max y lo halo del brazo. —¿Me lo prestas?— Dirijo mi mirada a Dolly y antes que conteste agrego.— Gracias...
Lo fui hacia donde estaba y me observa de brazos cruzados. —¿Qué te pasa? ¿Qué fue eso?...
—Te diré algo... ¿Pero no te molestas?
—¿Debería hacerlo?— Frunce el ceño.
—Primero, aléjate de ella. Porque por ella no estamos con el entrenador... Y segundo, la bibliotecaria me dio esto...— Le muestro el libro. — Aseguró que era mi favorito...
—Tendré que agradecerte, esa chica es insistente, ya estaba cansado. Pero debería agradecerle, ya no más entrenador... —Tomo unos libros y empiezo a acomodarlos. —Te ayudo...— Me alcanza los libros y yo los organizó. —Y confirmo, pasabas horas y horas leyendo esto. Hasta creo que te lo aprendiste...
—Pues no me siento diferente al verlo. Me causó escalofríos tenerlo en mis manos... Mejor llevatelo...— Lo empujo hacia él. —Y si es preciso quemalo, nl lo quiero volver a ver, nunca...— Especifico.
—Ok, pero cálmate...— Me bajo un segundo de la escalera y la corro unos centímetros hacia mí derecha, para volver a subir. —¿Por un momento pensé que estaba celosa?— Lo miro con los ojos como platos, me sorprendió su pregunta, o más bien, me alarmó.
Paso saliva. —No... O, bueno... —Tartamudeo.
Rie. —Tranquila... No pasa nada...— Me mira por cortos segundos y sonrio, él hace lo mismo.
—Ehhhh, Max... —Interrumpe Dolly. Ciero mis ojos y vuelvo a lo que estaba haciendo. —Me ayudarías con algo...— Ruedo los ojos.
—Lo siento. La señorita Patterson me dijo estrictamente que terminara aquí con Abril, lo siento... —Veo como se aleja indignada y Sonrio en mis adentros. —¿Así?
—¿Así, qué?— Me perdí de la plática.
—¿Así, debo hablarle?— Especifica.
—Pues yo solo lo decía porque eso me dijo la señorita, pero bien puedes seguir hablando con ella. Para así cumplir el resto de mi castigo sola... —Hablo a la defensiva.
—¿Eso quieres? —No respondo.
—No.— Digo con frialdad.
—¿Aceptaras que estás celosa? —Sonrie egocéntricamente.
Me quedo en silencio, no pienso seguir peleando por algo que no tiene nada que ver. En ocasiones vigilo que hace, porque después de media hora de silencio se fue. Pero no lo veo por ningún lado, me muevo de pasillo en pasillo y nada. Desisto de buscarlo y reviso la hora. Son las cinco, hora de partir.