Esto es lo que no quería que pasara, tener que vivir con él. Salimos de la empresa y caminamos hasta mi auto. Mis padres venían detrás de mí, mientras Andrew trataba de ser positivo yo venía maldiciendo en todos los idiomas posibles.
-Hija ¿Estarás bien? – Pregunto mi madre.
-Si mama, recuerda que mi padre me enseñó a defenderme. Así que quédate tranquila, estaré llamándote todos los días. En caso de que no pueda te mandare un mensaje. – Dejé salir un suspiro.
Andrew y yo subimos al coche, mis padres hicieron lo mismo. Antes de encender el coche me hundí en mis pensamientos tratando de analizar todo lo que estaba pasando, no quiero vivir con él. No sé que es lo que voy hacer ahora. Todo el camino de regreso a casa, hubo un gran silencio y agradecí que él no emitiera ni una sola palabra. Al llegar me estacione en el lugar con el número del departamento y baje del auto. Continuó el silencio, espere a que Andrew sacara sus cosas de mi auto para caminar hacia el elevador. Subimos hasta el doceavo piso y entramos en el departamento.
-Puedes dormir en la tercera habitación de lado izquierdo en ese pasillo. – Señale este con mi mano izquierda y con la derecha toqué mi frente.
El asintió, camino por el pasillo y entro en la habitación. Cuando lo vi desaparecer en ella, me dirigí a la cocina para tomar un buen trago de whiskey. Mientras pensaba jugaba con el pequeño vaso encima de la barra. Tengo unos días libres antes de empezar con mi empleo, me quedare en casa por si a este desconocido se le ocurre robarme. No quiero pensar mal de él, pero tampoco quiero quedarme tan confiada. Por lo tanto, si mis padres o mis amigos quieren verme les pediré que vengan a mi casa. Tome asiento en el sofá y encendí la televisión, un poco de entretenimiento no haría mal después de todo lo que paso. A los pocos minutos oí unos pasos acercándose a la sala. Mire sobre mi hombro y claramente se trataba de Andrew.
-Tal vez no nos llevemos bien por todo lo que paso, pero espero que en un punto nos hagamos amigos. Tampoco quiero que pienses que te robaré, tengo modales y a una dama no se le hace eso. – Dijo un poco apenado.
¿Me has leído la mente?
-Toma asiento.
Andrew hizo lo que le pedí y me acomodé en el sillón de forma que quedará frente a él.
-Hay ciertas reglas que debes seguir. Te las diré y tendrás que cumplir con ellas, sino tendremos un gran problema tu y yo. Aceptare que te quedes aquí en lo que solucionan nuestro problema. – Me cruce de brazos. El asintió y continúe con las reglas.
-1 deberás aportar dinero para la casa.
2 cuando sea día de limpieza, me ayudaras.
3 cada quien lavara los platos que ocupe.
4 ambos debemos respetar los alimentos de los otros.
5 no tomaras nada sin preguntar.
6 si vas a traer amigos, deberás avisarme un día antes.
7 nos turnaremos al sacar la basura.
8 debemos tomarnos en cuenta si queremos hacer algo.
9 al llegar a la casa te colocaras las pantuflas y dejaras los tenis en el mueble.
Esas son las reglas, si tienes alguna duda dímela ahora. – Lo mire esperando una respuesta.
-Si tengo una, ¿Cómo sabre que alimentos son tuyos? – Pregunto confundido.
-Le pondremos una nota con nuestros nombres. – Conteste a su pregunta llevando mi mirada de nuevo al televisor.
-Muy bien, de todas formas, aun no tengo amigos. Me mude desde Portugal. – Por el rabillo de mi ojo pude ver como jugaba con sus dedos.
Me sentí un poco mal por él, debe ser un poco difícil llegar a un nuevo lugar donde no conoces, pero no es excusa para que me agrade. Su acento es portugués, por esa razón se me hizo familiar cuando hablo por primera vez.
-Bien, eso es todo. – Seguí mirando el televisor.
-Um… –
- ¿Sí? – Conteste levantándome del sofá.
-Perdón no quiero entrometerme en tu vida, pero eres la única persona que ha entablado una conversación conmigo desde que llegue al país. Y por eso quería preguntar sí ¿Podría mirar el televisor contigo? – Dijo cabizbajo.
- ¿Ya lo haces, no? – Dije sin más.
-Oh si, perdón. – Respondió.
¿Por qué siempre pide perdón?
Este chico es diferente a todos lo que he conocido, pero tal vez es solo la apariencia que muestra al principio y después saca su lado oscuro. Eliminé los pensamientos y me levanté de mi lugar para ir a la cocina por palomitas. Caminé de regreso al sofá y pensé en ofrecerle un poco de palomitas, pero al final no lo hice.
9:12 pm. La película termino hace cinco minutos. Tenía un poco de hambre, así que fui a la cocina para hacerme la cena.