_Debes estar bromeando-Añadió con un tono soberbio y con notable desaprobación y reproche.
_Ya te dije mil veces que no estoy bromeando, ademas no es una decisión que ya este tomada, aun quedan varias cosas que debo hacer antes de que...-Irina contrajo los músculos de la mandíbula y cerró los ojos con aparente frustración al ser interrumpida por su madre nuevamente.
_Ya eh dicho que no, y es mi respuesta final,no se discutirá mas del tema Irina y espero que no vol amos a discutirlo-Sentenció Rosalie levantando ligeramente el tono de voz sobresaltando a su hija para finalmente y después de una larga discusión de aproximadamente 10 minutos ,levantarse del taburete de la cocina, con paso firme girarse en sus botas de tacones para tomar su celular y encerrarse en su habitación dejando su hija inmersa en rabia.
Desde el día que Irina le planteó a su madre la idea de asistir a un instituto universitario de música en lugar de la carrera de medicina quirúrgica,las discusiones entre ambas se había desencadenado de forma semanal,para la joven de 16 años, solo pensar en la sencilla idea de estar cerca de una persona con todos sus órganos fuera su cuerpo, le provocaba un revuelco en su estómago.
No, eso no era para ella,no y mil y un veces no.
Muy al contrario,la música parecía encajar con su ser, la idea de pasar cada día de su vida deslizando sus dedos, rozando las teclas de un piano, sentir sus vibraciones, el escalofrío recorriendo su cuerpo, subiendo desde sus dedos hasta su pecho,la llenaba de placer, la hacia sentir viva,eso si le gustaba,eso estaba hecho para ella,eso necesitaba.
Pero su madre siempre fue así de estricta, dura e inflexible con ella, nunca había segundas oportunidades,respuestas agresivas,actitudes prepotentes o miradas amenazadoras, eso equivalía a un castigo de tiempo indefinido.
Usualmente los castigos que ella recibía no eran de mucha importancia para Irina,su madre le prohibía salir, le sacaba el celular,la dejaba encerrada en su habitación, etc.
Irina hacia todo lo posible por complacerla,obtenía las mejores calificaciones que le fueran posible, obtuvo el diploma de mejor asistencia, mejor promedio y aun así no era suficiente.
A ella no le importaba los métodos de restricción de diversión de su madre, por que ella no pedía ir a fiestas, no pedía dinero,no salia con chicos, nunca pedía permiso o dinero para salir en grupos,ni le exigía la compra de entradas caras para conciertos.
Aún con todas sus actitudes y sus enésimos intentos de ser responsable ante los ojos de Rosalie, no lograba volverla menos inflexible,Irina no comprendía el porque su madre la quería tener encerrada en su casa, no era una hija problemática,no causaba malestares físicos ni psíquicos a Rosalie,nunca comprendió la razón de censura de su parte.
Solo quería sentirse libre sin pedir permiso para serlo, y en ocasiones sentir libertad equivale a ser uno mismo sin prejuicios, ni segundas opiniones, solo estar con uno mismo y sentirse satisfecho con lo que uno es realmente.
Tomó su mochila, bebió su café en menos de diez segundos, apago las luces de la cocina y subió a su habitación,cerro la puerta sin hacer ruido,para no molestar a su madre,mas problemas a su lista es lo que menos le hacía falta, subió ambas piernas a su cama y las rodeo con ambos brazos en su cama,hundió la cabeza en el pequeño hueco.
Luego de permanecer en la misma posición por aproximadamente 5 minutos, cambió de postura a causa de la incomodidad,al girar la cabeza en dirección a su ventana con vista a la calle, sus ojos se abrieron grandes por la sorpresa,casi grita del susto.
Su mejor amigo, Daniel estaba ahí, con sus desordenados rulos matizados color negro oscuro y su luminosa sonrisa resaltando sus dientes blanquísimos, tenia uno de sus dedos pálidos en el vidrio de su ventana, pidiendo que la deje entrar.
Daniel e Irina se conocieron en segundo grado,desde el día que él le ofreció un pedazo de su pastel de cumpleaños, ambos se habían vuelto inseparables.
Se puso de pie con un poco de dificultad ,estirándose perezosamente se acercó para abrir la ventana con una sonrisa bastante forzada.
_Hola¿porque esa cara?-Él deslizó sus piernas en el pequeño espacio de un metro,haciendo mas ruido de lo necesario cuando sus converse golpearon el metal.
Irina le hizo un gesto de silencio con el dedo mientras torcía la cabeza en dirección a la puerta indicando que si madre podía oírlo desde su habitación, Daniel se disculpo mientras se sentaba en el piso con cuidado de no hacer ruido ante la sugerencia de precaución de ella.
Irina por su parte,suspiró pesadamente y se arrojó nuevamente en su cama con las sabanas desordenada hundiendo la cabeza en la almohada de cubierta naranja, no le apetecía contar lo ocurrido hace algunos minutos,aunque su cara pareció delatar que nada bueno había ocurrido.
El se dio cuenta.
_¿No vas a decirme el porque de esa cara de culo?-
_Mi madre-Pronunció con voz agotada y levantando ligeramente la voz.
_¿Volvieron a discutir sobre la carrera?-Dijo Daniel al mismo tiempo que se sentaba a su lado, apoyo una mano en el brazo de ella, mientras sacando su móvil con su mano libre.
_"Hm hm"-Repondió la chica volviendo a bajar la cabeza en un gesto de frustración.
_Venga ya se le pasara, ademas vas a obtener tu legalidad dentro de dos años,y es justo el momento cuando terminan las clases así te vas a librar de esa bruja-Replicó con voz animada.
_Aun así seguiré viviendo en su casa, ya sabes como son las cosas, su casa, sus reglas-Se dio vuelta mirando las vigas del techo, pero al cabo de cinco segundos se llevo ambas manos a los ojos cubriéndolos por completo.
_Seras adulta,tu vida, tus decisiones, tus cagadas, tus lecciones así es el ciclo de la vida que llevamos-Dijo Daniel con voz tranquila.
_Con la excepción de que en mis cagadas las lecciones son demasiado crueles-Cerro los ojos
Editado: 19.05.2019