Capítulo 4

El momento más esperado por los universitarios había llegado, el famoso baile de bienvenida dará comienzo en un par de horas en el salón de eventos de la universidad, para René presentarse en ese evento es una verdadera tortura, en éste se encuentra todo lo que detesta, música estúpida y sin el más mínimo sentido, estruendosa y molesta pero eso no es lo peor de todo ese circo, lo peor de todo es la cantidad de personas en un mismo lugar, paseándose por aquí y por allá sin sentido alguno, bebiendo y gritando como si no hubiese un mañana, «Un sacrificio mas para poder obtener lo deseado.» se dice mientras trata de controlar el fastidio que lo corroe de manera interna y termina de prepararse. Mientras tanto, Arlen Carpenter en casa de su mejor amiga, se prepara para acudir como es su responsabilidad, Christelle la convenció de prepararse en su hogar y después ir juntas a la universidad.

–Todo esto me recuerda tanto nuestro baile de despedida en la universidad, ¿Recuerdas? Fue ese día cuando te propuso matrimonio Kirill.

–Lo recuerdo, Christelle, ese día me tomó por sorpresa, aceptar ese compromiso no estaba en mis planes y lo sabes bien.

–Comprendo, Arlen, en realidad hay cosas que no se planean, simplemente suceden.

–Tienes razón, es por eso que ahora que falta tan poco tiempo para la boda, me siento tan emocionada aunque en un principio me encontraba todo menos segura de esta locura–comenta con sinceridad.

– ¿Por qué aceptaste si no estabas segura?–cuestiona con un tono de amargura evidente en su voz.

– ¿Amor? No lo sé, Christelle, debió ser amor de otra manera no hubiese aceptado y debe ser amor porque si no, de tantos desplantes que me ha hecho últimamente, ya habría terminado este compromiso.

– ¿No estás con él por interés, cierto?– cuestiona con poco tacto y mirando de manera acusadora a Arlen–. Sabes que es mi mejor amigo y no permitiré que lo lastimes de ninguna manera, jamás.

– ¿Qué es lo que te ocurre? Somos amigas, ¿Acaso no me conoces? Yo jamás acepté a Kirill por lo que tiene, lo acepté por la persona que es, porque siento cosas por él.

– ¿Cosas? ¿Sientes cosas? ¿Qué cosas, Arlen? No te confundas por favor, debiste decir, siento amor–replica sin poder ocultar la molestia que le producen las palabras de Arlen–, ¡Si no amas a Kirill deja ese compromiso ahora y no pretendas hacerlo el día de la boda!

– ¿Qué es todo eso que dices? Sabes bien a lo que me refiero, Christelle, no comprendo tu reacción y menos esa actitud agresiva hacia mi–responde Arlen llena de confusión, sabiendo perfectamente bien que debe controlarse, Christelle respira de manera profunda y sonríe.

–No me hagas mucho caso, me cuesta estar en medio de ustedes–comenta con una risilla nerviosa–. Ambos son mis amigos y quiero verlos felices.

–Lo entiendo, Christelle, ahora por favor, compréndeme tú a mí, en ocasiones no es tan sencillo y menos ahora que él siempre está ocupado.

Las jóvenes continúan su conversación mientras terminan de prepararse, Arlen se ha molestado por los comentarios y el tono de Christelle, con todo ese arranque le ha hecho vislumbrar que no puede confiar en ella del todo. En la universidad, los estudiantes arriban con sus respectivas parejas y algunos en soledad, de la misma manera los profesores encargados de supervisar el comportamiento de los jóvenes, llegan e inmediatamente toman su lugar tal como les fue indicado. René llega, usando un elegante traje de color negro, camisa blanca y corbatín, luciendo su rizado cabello negro perfectamente peinado y colocando una encantadora sonrisa en su rostro, a pesar del desagrado que siente por encontrarse en ese lugar. Con gran calma busca un buen lugar en el cual pueda vigilar a esos jóvenes y nadie tenga la oportunidad de molestarle con su proximidad, por suerte para él, rápidamente encuentra el lugar idóneo para tolerar todo ese evento.

–Un gran escondite, profesor–comenta alguien con tono bromista llamando su atención.

–Al parecer no es tan bueno–replica de manera astuta–. Se ve hermosa, señorita Carpenter.

–Muchas gracias, no debería ocultarse, se ve realmente bien, vestido para presumir y no para estar oculto.

–Digamos que sé que me veo muy bien y por ende no cualquiera puede verme–replica con seguridad, Arlen lo toma como si fuese una broma y sonríe divertida.

René centra nuevamente su atención a la pista, esperando que la joven profesora se retire a reunirse con su amiga, la otra profesora que no tiene interés en tener cerca; sin embargo, para su sorpresa, la joven se queda de pie a su lado mientras bebe de un vaso color rojo. Desconcertado la observa de reojo, parece encontrarse sumida en sus pensamientos, dejando de lado el atípico actuar de Arlen, mira nuevamente al frente con un semblante estoico.

–Dígame, profesor, ¿Le gustan estos eventos?

–No realmente, he venido porque es mi responsabilidad, de otra manera preferiría descansar.

–A mi si me gustan, especialmente la parte del baile, ya sabe, la música sonando y las parejas en la pista, me resulta sumamente romántico; sin embargo, he de confesar que durante toda mi época de universidad no tuve la oportunidad de disfrutar estos eventos como me hubiese gustado– comenta dejando que su mente la guíe tiempo atrás.

Era el primer año de Arlen en la universidad y Christelle, quien en ese entonces era su única amistad, organizó una fiesta, en la que invitó a los más populares de la universidad, en esta conoció a Kirill Laurence, un encantador joven, educado y divertido, quien tenía muchos temas de conversación; sin embargo, detestaba bailar, durante toda la noche permaneció al lado de Arlen y Christelle que fue quien los presentó, a pesar de lo aburrida que se sentía, Arlen no se atrevió a ser grosera con aquel amable sujeto. Algún tiempo después habían comenzado una relación, por lo que a pesar de que se presentaban a los bailes de la universidad y otros eventos similares, él jamás invitó a la joven a bailar de menos una pieza musical, y considerando el disgusto que tenia Kirill por el baile, ella jamás se atrevió a exteriorizar su deseo.