Capítulo 9

La luz del amanecer ilumina la habitación de Kirill Laurence, algunos rayos del sol entran por la ventana pegando directamente en el rostro, provocando que despierte pero cierre nuevamente sus ojos al sentir la luz lastimando su vista por la intensidad de esta. Recordando los momentos de la noche anterior sonríe con incredulidad, «Esto es una verdadera locura pero no importa, vale la pena intentarlo.» piensa sintiendo unos tibios labios sobre su hombro izquierdo.

–Buenos días, cariño.

–Buenos días–responde girando para abrazar a su acompañante–, ¿Dormiste bien?

–Mas que bien, he dormido como hace mucho no lo hacía–replica ella con una amplia sonrisa.

Kirill se limita a mover su cabeza de manera afirmativa devolviéndole la sonrisa, ella lo abraza sin ocultar la adoración que siente por aquel hombre que la acompaña en ese momento, incluso aun le parece estar soñando. Mientras tanto, René se prepara para salir de su departamento, necesita pensar en un cumulo de situaciones que se han aglomerado en su cabeza y que logran confundirlo, cuando nunca antes se ha sentido de esa manera es difícil entender lo que le sucede y es por lo que ha decidido salir a correr por el parque cercano con la intención de poder despejarse un poco y pensar con una mayor claridad.

Cerca del medio día, Arlen se encuentra tranquilamente en su departamento, bebiendo un jugo de naranja en la barra de la cocina cuando el timbre de la puerta suena, de manera inmediata se encamina a abrir, dejando sobre la barra su vaso a la mitad.

–Cariño–saluda Kirill abrazándola de manera sorpresiva –. Discúlpame, ayer tuve que irme y no pude informarte, lo siento de verdad.

–No me interesa escuchar tus excusas–responde la joven liberándose del abrazo en el que la mantenía Kirill.

–Arlen, yo comprendo tu molestia, se que en tu lugar me encontraría de la misma manera pero de verdad estoy arrepentido, no lo hice de manera intencional, si por mi hubiese sido me habría quedado acompañándote y…

–Seguramente lo habrías hecho–lo interrumpe con evidente sarcasmo, avanzando al interior de su departamento para tomar asiento en el sofá de su sala–. Es bueno que vinieras porque debemos hablar muy seriamente.

Kirill ingresa cerrando la puerta detrás de él, «Un debemos hablar, nunca es buena señal, no pensé que esto se tornaría tan complicado.» piensa avanzando para tomar asiento al lado de la joven. Preocupado por la actitud y el semblante lleno de seriedad de la joven, guarda silencio esperando a que ella decida hablar, Arlen de inmediato se aleja un poco y gira para mirarlo.

– ¿Que sucede? –cuestiona Kirill con impaciencia al ver que ella no comienza a decir lo que sea que desea decirle.

–Estuve pensando mucho, ¿Realmente quieres casarte conmigo, Kirill?–cuestiona sin apartar su mirada de él y manteniendo en su rostro una expresión llena de seriedad.

–Por supuesto que sí, cariño, no se a que se debe esa pregunta, tu sabes que te amo, eres la mujer de mi vida–responde con una sonrisa intentando alcanzar el rostro de la joven quien retrocede de manera inmediata ante su movimiento.

–No estoy segura de continuar con todo esto, Kirill, tal vez lo mejor sería posponer la boda, darnos tiempo para pensarlo bien y tomar la mejor decisión, después de todo, estamos hablando de la decisión de nuestras vidas.

–Yo no tengo nada que pensar, se perfectamente bien lo que siento y lo que quiero para mí–replica mirándola directamente a los ojos, en los que ella puede encontrar una creciente angustia que le resulta inexplicable porque algo en su interior le hace saber que no es por el hecho de posponer la boda–. Te quiero a ti, Arlen.

–Más que palabras juzgo acciones, me dejaste sola ayer y no es la primera vez que me haces cosas parecidas pero sabes que la he pasado muy mal últimamente y que me aterra salir de noche, especialmente si estoy sola, si no fuese por el profesor Walker...

– ¡De nuevo ese sujeto! Te gusta, ¿No? Es eso, ¿Cierto? ¡Ese recién llegado te interesa y por eso quieres tirarme al bote de basura como si no valiera nada!–expresa iracundo interrumpiendo a la joven al tiempo que se pone de pie y pasa sus manos por su cabello con frustración–, ¿Te has acostado con él? ¡Respóndeme! ¿Has estado con él?

– ¿Qué clase de persona piensas que soy? Al parecer no me conoces ni un poco, Kirill Laurence–replica moviendo la cabeza de manera negativa y frunciendo el ceño llena de indignación.

–Entonces, explícame, ¿Porque se preocupa tanto por ti? ¡Siempre defendiéndote, trayéndote y demás cosas que hace por ti! Discúlpame pero nadie hace algo por nada, algo debe estar obteniendo a cambio de esa amabilidad–insinúa mirándola con reproche, « Increíble que cambiará toda la situación de esta manera.» piensa Arlen sumamente sorprendida por sentirse en el banco de los acusados siendo completamente inocente.

–Piensa lo que quieras, Kirill, no me importa más, olvídate de posponer la boda porque esta tontería se termina ahora mismo–indica quitando de su dedo el anillo de compromiso y entregándoselo–. Todo se cancela, vete y no vuelvas a molestarme nunca más en tu vida.

–Arlen, no hagas esto–suplica tomando asiento nuevamente, sujetando las manos de ella y buscando la mirada–. De acuerdo, lo siento, me he equivocado mucho últimamente, no debí dejarte y menos decir lo que he dicho recientemente pero no seas tan drástica, yo te amo y mi reacción ha sido simplemente ocasionada por los celos que me han invadido a causa de tu cercanía con ese individuo.

–Deja de buscar pretextos para ocultar lo que sucede, Kirill, lo nuestro no está funcionando, nuestra boda esta cerca y tu ni siquiera sabes cómo son las invitaciones o de menos la fecha, y como ese ejemplo, hay muchas cosas más.

–Me involucraré más, Arlen, lo prometo, haré todo lo que esté en mis manos para hacerte feliz, dame una oportunidad para demostrarlo, tenemos mucho tiempo juntos, tirar todo eso por algunos problemas no me parece adecuado.