Ilusión Mariposa

Capitulo 16

Arlen lo único que desea hacer es poder marcharse a su hogar; sin embargo, él evita una y otra vez que se marche, «No era lo que tenía en mente pero no importa, se terminó, por fin se terminó.» piensa aquella mujer mientras observa la manera en la que Arlen discute e intenta marcharse, en realidad no esperaba que Arlen llegara al departamento de Kirill e ingresara sin anunciarse pero eso es lo de menos en ese momento.

– ¡Es suficiente, Kirill! Entiende de una vez, por favor, ¡No hay nada más que decirnos!–expresa Arlen intentando marcharse nuevamente, su paciencia se encuentra en el límite y no sabe cuánto más será capaz de controlarse.

– ¡Te besaste con el profesor y yo lo dejé pasar, Arlen y tú…!

– ¡No te confundas! ¡Yo no te pedí que lo hicieras y lo sabes bien! Si pretendes usar eso como justificación, ¡olvídalo!–interrumpe el reclamo de Kirill–. Ya no importa, todo se terminó y como dije como cinco veces antes, no hay nada más que decir.

Arlen gira para marcharse de una vez por todas, no comprende la razón por la cual Kirill insiste de esa manera en continuar con algo que evidentemente para ambos no tiene sentido, ni ella lo ama y él tampoco lo hace. De pronto, el grito de dolor proferido por el joven, la hace girar, viéndolo caer al piso con una clara herida de arma de fuego, todo lo observa como si de una cámara lenta se tratara, no comprende absolutamente nada y la sorpresa la hace cubrir su boca ahogando un grito.

– ¡Kirill!–exclama la mujer que estaba en el departamento, tras haber ubicado un punto rojo apuntando directamente al joven salió corriendo con la esperanza de evitar que lastimaran al joven; sin embargo, se percató tarde y al llegar al exterior, Kirill se encontraba cayendo al suelo, con rapidez se aproxima hasta donde se encuentra Arlen, quien se mantiene sin reacción alguna–, ¡Pronto, llama a emergencias!

Los gritos desesperados de la mujer hacen reaccionar a Arlen, quien toma su teléfono de manera inmediata y con manos temblorosas, se comunica al servicio de emergencias para solicitar una ambulancia, al terminar la llamada se enfoca en la mujer que sujeta la cabeza de Kirill sobre sus piernas sin poder controlar el llanto. 
Arlen quita de su cuello la bufanda que lleva para poder usarla y detener la hemorragia hasta que lleguen los paramédicos, Kirill ha perdido la conciencia por el dolor y la rápida pérdida de sangre, el teléfono de la mujer suena anunciando un mensaje, sin dudarlo lo toma intentando controlar su llanto.

Desconocido: No llore tanto, la herida no es mortal aunque podría complicarse pero eso queda en sus manos, mañana a medio día quiero tener el pago total en mi cuenta, Christelle Greene, de otra manera, comenzara lo divertido, no únicamente conozco su nombre, si no, que sé absolutamente todo de usted mientras usted no conoce ni mi rostro.

El rostro de Christelle se descompone en cuanto termina de leer aquel mensaje, cuando aquel desconocido terminó la llamada dándole como mensaje un simple: “Ya lo veremos.” Jamás imaginó que esa evidente amenaza, se viera acompañada de un acto inmediato, como el ataque a lo más valioso que tenia, «Es un maldito demente, se supone que no sabía quién lo había contratado.» se dice recordando las palabras que le dijeron cuando se lo recomendaron.

–No llores mas, Christelle, Kirill es muy fuerte y estará bien–indica Arlen tratando de consolar a quien consideraba su mejor amiga, a pesar de su traición no puede olvidar lo mucho que ella la ayudó y en esa situación no es el momento de enfrentarla como debería tras encontrarla con quien era su prometido.

Christelle guarda silencio, asumir tantas cosas en poco tiempo le está costando bastante; además, le resulta incomprensible que Arlen, después de descubrir la relación entre ella y Kirill se muestre de esa manera, es simplemente absurdo, ella en su lugar la tomaría del cabello y la arrastraría por la calle, de menos, odiarla y desearle lo peor pero Arlen se muestra demasiado tranquila, « Debe estar planeando algo.» piensa llena de desconfianza.

Horas más tarde, en la sala de espera de urgencias, se encuentran los familiares de Kirill, Christelle se mantiene sola en un rincón sin poder controlar su llanto, la impresión recibida aunada al inmenso temor de un nuevo ataque, le vuelve imposible tener un poco de paz. Los médicos continúan en el quirófano atendiendo al joven, quien lucha por su vida, decidida a no permitir que lastimen nuevamente a Kirill, Christelle toma su teléfono y se aleja en dirección al tocador para damas, necesita lavar su rostro y relajarse para poder hablar con tranquilidad, con lágrimas y angustia no ha conseguido absolutamente nada, debe actuar.

–Necesito que hagas la trasferencia de la que hablamos hace tiempo–le indica al encargado de llevar sus finanzas.

–Enseguida, señorita Grenne–responden sin cuestionar absolutamente nada a pesar de la gran suma que debe ser transferida, hace tiempo que se encontraba preparado para realizar dicha transacción.

Christelle termina la llamada, se mira en el espejo enjuagando su rostro, no puede seguir llorando de esa manera, si tan solo no hubiese sido tan obstinada y pagado desde el comienzo, en ese momento no estarían ahí. Él se encontraba en su hogar preparando todo para volver a su mundo y vida, su misión ha terminado, no como lo creyó al principio pero curiosamente sentía una gran tranquilidad de que terminara tal como lo hizo. Al escuchar sonar su teléfono sonríe, «Hacer todo difícil nunca es buena idea.» piensa esperando algunos segundos más de los que acostumbra para responder.

–Señorita Grenne, ¿Cómo continua su conquista?–cuestiona con tono burlón–. Dejando eso de lado, ¿Será que tiene buenas noticias para mí?

–Miserable, le parece muy divertido, ¿Cierto? Él está luchando por su vida mientras usted únicamente piensa en su dinero.

– ¿Debería sentirme mal por un par de seres que engañan a una pobre joven únicamente por conveniencia y no conforme con eso, contratan a un asesino a sueldo para deshacerse de ella? No me haga reír, usted solita se puso en esta situación, ¿Tiene mi dinero o deberé volver a actuar? No sé cuál de las dos opciones me hará más feliz e incluso estoy tentado a elegir la segunda.




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