Katheryne Blanc
-No puedo creer la mala suerte que tienes. Dijo Fredd, mientras abría su cerveza sentado en el Sofá.
-¿Mala suerte? Pregunto Eliza. -Es mejor tenerlos cerca.
- Es verdad, así sabremos más de ellos y sobre todo lo que hacen. Dije sin mirarlos.
-Así podremos acabar más rápido con él y con todos sus agentes. Respondió Eliza. -Además Danielle es como todos ellos.
-Danielle es diferente. Hable
-Diferente. Hablo Eliza mirándome.
-Sí. Respondí -Lo que dijo Danielle me dejo intrigada. Dije en voz alta.
-Que fue lo que te dijo.
-Que el asesino mato a su prometida.
-Es por eso que piensan que es un hombre. Hablo Fredd, mirándome.
-No lose, pero lo averiguare. Respondí. -¿Tú qué crees? Le pregunto a Fredd
-No te preocupes que te ayudare a averiguarlo. Hablo Fredd dándome una sonrisa.
-Gracias Fredd.
-Solo te puedo decir es que debes de tener mucho cuidado cuando estés con Danielle. Hablo Fredd.
-No me descubrirá, pero te prometo unas mil veces que me cuidare.
-Estoy completamente segura que no te descubrirá, pero lo que quiero decir es que no te encariñes o la palabra seria no enamorarte de ese agente. Dijo Eliza, mirándome sé que Eliza vio algo en mí cuando dije que Danielle era diferente. Y eso me asustaba.
-Eli, me conoces desde hace años. Dije mirándola. -Así que sabes perfectamente que jamás podría enamorarme.
Esa palabra solo significaba problemas para mi familia ya que era una asesina, además los mejores policías y diferentes agencias me querían atrapar y ponerme tras la reja esa es una de las razones que personas como nosotros jamás podríamos ser felices. Y una de las cosas de nuestro trabajo era no sentir amor propio ni quiera por nosotros mismo ya que eso nos hacía tener debilidades. Bueno eso es lo que yo hacía creer a Duges. Lo único que le deje claro es que a mi familia no se toca si ella sigue mis reglas yo seguiré siendo la asesina más despiadada que ella quiere que sea.
Pero en el fondo de mí. Sé que Danielle Ivanov es un riesgo para mí, el mayor riesgo que Duges me pudo haber mandado. Así que si no hago bien mi trabajo, podría estar en la cárcel o muerta incluso mi familia así que no puedo arriesgar todo esto y perderlo. Eso jamás, así que enamorarme de Ivanov no está en mis planes.
Una asesina saliendo con el agente que quiere meterla a la cárcel. Eso nunca me lo hubiera imaginado hace unos años cuando lo vi por primera vez.
Quise convencerme que el solo era una misión. Pero no puedo hacerlo, sé que si me acerco más a él, perdería la cabeza por ese hombre que me quiere tras las rejas. Es por eso que tengo que terminar lo antes posible con mi misión o que sea demasiado tarde para mí.
***
-Tenemos trabajo que hacer. Hable, cuando estábamos sentados alrededor de la mesa. -Como dije, la mujer tiene treinta años, Isabelle Cambar. Aparecer hace crees a niñas menores darle una mejor vida, pero hace todo lo contrario, las prostituye, llevándolas a sus club.
-¿Cuándo lo quieres hacer? Pregunto Eliza.
-Hoy mismo, personas como ellas no deben estar en este mundo. Dije mirándolos.
-Claro que sí. Asintió Fredd. -Manos a la obra.
Y así comenzamos a investigar más a, Isabelle Cambar, sus horarios, lugares favoritos, rutinas, hábitos, todo lo que nos facilite llegar a ella, fecha, hora y lugar de su muerte.
-El sábado hay una fiesta, de caridad supuestamente. Comienza a las siete, en uno de los mejores hoteles. Hablo Fredd. -Y hay otro hotel al frente, lo suficientemente cerca y alto para hacer el tiro perfecto y desaparecer sin levantar sospechas. La policía tardará un poco más y nos dará algo de tiempo extra, para salir. Finalizó Fredd.
-Perfecto, hagámoslo. Dije mirándoles. -Mañana iremos a ver el hotel. Todos asistieron y sin más que decir salimos de la oficina.
***
Esa noche tuve que irme a casa sin verlo... es decir..... Tenía que hablar con él, no es como si quisiera verlo de nuevo. Eso jamás iba a pasar solo era una misión y tenía que cumplirla como sea. Al llegar a casa, me puse un camisón y me eche a descansar, pero no lograba dormir.
Ya que no lograba dormir me dirigí a la cocina a buscar un vaso de agua ya cuando la estaba bebiendo el sonido del timbre hizo que la derramara sobre mí.
-Este día no pudo ser mejor. Dije en voz baja mientras me dirigía a la puerta.
En cuanto abrí la puerta no puede estar más sorprendida, era Danielle, estaba muy golpeado. Tenía la cara ensangrentada y sus puños con heridas, tenía el traje roto y parecía que se iba a desmayar.
-¿Lo lamento, no sabía a dónde ir? Pensé que tal vez.... Quiso terminar pero se empezó a caer.
-¡¡Por Dios!! Danielle, ¿Quién te hizo eso? Hablé ayudándolo a levantarse. -Debemos ir a un hospital para que te revisen, si tienes alguna costilla rota o fracturas. Dije observando como estaba.
-Katheryne, por favor, hospitales no, solo ayúdame con las heridas. ¿Por favor? Pidió mirándome a los ojos.
-Pero Danielle..... Lo miré y decidí ayudarlo. -Vamos adentro. Le pedí que se aferrara a mi cuello para poderle ayudar y entrar en la casa.
Ya estando dentro lo recosté en el sofá y fui al baño por el botiquín, hay tenía todo para poderle ayudar a Danielle, cuando lo tuve regresé de inmediato a la sala, entonces allí estaba Danielle desmayado.
-¡¡Danielle!! Despierta Danielle. Hable totalmente asustada pero cuando me levanté para tomar el celular, me detuvo fuerte por el brazo.
-Por favor, Katt.... no lo hagas, no llames a nadie. Estaré bien te lo prometo. Habló casi susurrando.
No sabía que le había pasado pero todo esto tenía un nombre Duges. Y lo confirmé cuando le quite la camisa, tenía varios cortes en el cuerpo, conocía esas cortadas, era aterrador verlo es ese estado. Saqué gasas y desinfectante para limpiar las heridas, necesitaba ayudarlo de cualquier modo. Danielle, solo se quejaba y se removía del dolor, cuando le preguntaba si quería que me detuviera se negaba con la cabeza, Danielle era muy resistente, el había sido casi entrenado como yo, soportaba tanto dolor sin perder el conocimiento.