Imparables

Capítulo 35

Katheryne Blanc

Después de horas de vuelo, habíamos llegado a Rusia. Bajamos del avión y nos dirigimos a una casa. En todo el vuelo no habíamos dicho nada. Así que decidí darle su espacio ya que todo lo que estaba pasando era mi culpa. 

 

Estaba, cocinando cuando comenzó a sonar mi celular.         -Halo.        Conteste.

-Te la estás pasando bien en Rusia.

-Duges.           Hable mirando que Danielle, no entrara.

-Necesito que dejes lo que estas asiendo y te vengas ya mismo a Francia.

-Estoy en una misión.            Conteste.

-Olvida la maldita misión y vente en el primer vuelo.

-Es muy peligroso, hacer eso ahora mismo.

-No te preocupes ya tengo un plan. Mañana mismo, te necesito acá.

-Está bien, mañana mismo estaré en la oficina.

-Cuídate mucho.          Hablo colgando. 

 

Estaba pensando en cómo iba a dejar a Danielle. Cuando escuche que, se acercaba.            -¡¡Katt!!

-Me decías algo.           Respondí mirándolo, ya que estaba muy pensativa. Porque no entendía porque Duges, había acabado con esta misión de tantos meses.

-Pasa algo.           Hablo, mirándome preocupado.            -¿Quién te llamo?

-Número equivocado.           Respondí

-Segura estas pálida.           Hablo acercándose a mí.

-Sí, está todo bien.             Le respondí, con una sonrisa.           -Saldrás.

-Sí, pero volveré pronto. Solo necesito hacer algo.

Estaba a punto de hablar, cuando alguien comenzó a toca la puerta. A lo cual reaccione a ver la puerta.

-Está bien, no te preocupes.           Hablo Danielle, caminando hacia la puerta. Dejando pasar a un hombre de unos cuarenta y cinco años.           -Katt, él es un viejo amigo Nicolás.

-Mucho gusto, Katheryne.           Hable con una sonrisa a lo cual, el me sonrió y me saludo.

-Mucho gusto señorita, soy Nicolás. 

 

Después de haber almorzado y haber reído. Danielle, salió con su amigo.

***

 

Danielle Ivanov

-Necesito que la cuides.            Hable mirando a Nicolás, él era el único en que podía confiar. -Quédate con ella, necesito que la cuides por mí.

Danielle, te puedo armar un equipo ya mismo, si quieres.           Hablo mirándome.           -Con los mejores hombres, solo dime y lo hare.

-Nicolás, cuídala sí.

-No lo hagas.         Respondió.         -Podrían huir juntos.

-Nos encontrarían, tengo que hacerlo.

-Entonces déjame hacerte un equipo con los mejores de mis hombres.

-Lo hare solo.             Respondí mirándolo con una sonrisa.           -Tienes que protegerla, casi la matan y no quiero perderla.

-¿Y tú Danielle?

-Estaré bien, solo necesito que la cuides.

-No te preocupes amigo, que la mantendré a salvo.           Hablo mirándome.          -Pero que harás.

-Necesitó saber, quien está detrás de todo esto.           Dije mirándolo.            -No puedo dejar que la hagan daño.

***

 

Katheryne Blanc

-Sal de ahí.          Hable caminando.          -Nicolás, te estoy viendo.

-Cuando te distes cuenta.           Hablo saliendo.

-Desde que salí de la casa, te vi seguirme.

-Soy bueno en lo que hago.            Respondió con una sonrisa.

-Lose, pero no soy tan tonta como crees.           Respondí con una sonrisa.

Ahí fue cuando el comenzó a mirar a ambos lados.           -Tenemos que irnos ahora.          Hablo mirándome.

-¿A qué te dedicas?            Pregunte, curiosa.

-No es tiempo de hablar, tenemos que irnos.            Respondió, mientras caminaba mirando a todos lados. 

 

Ahí fue cuando apareció un hombre, apuntándonos. A lo cual reconocí, fue el que entro a mi casa y destruyo todo.

-Solo ponte atrás de mí.          Hablo Nicolás.          -Te prometo que te sacare de aquí.

-Lose.            Dije mirándolo con una sonrisa.           -Enserio, no te distes cuenta que te seguía.           Volteé a ver al hombre que nos estaba apuntando.            -Asi que tu otra vez.

-Enserio tanto me extrañaste.           Hablo mirándome.

-Como nunca, solo que ayer no me pude defender. Pero ahora sabrás quien soy.             Hable con una sonrisa.

-Enserio, porque no lo vemos ahora.

Ahí fue cuando saque mi arma y dispare a su mano. El soltó el arma y comenzó a gritar.          -¡¡Maldita perra!!

-Agarra el arma, Nicolás.            Hable apuntando al hombre que se estaba quejando de dolor.            -Eres un maldito, así que dime quien te mando.

-¡¡Jamás lo haría!!            Exclamo, mientras agarraba su mano para que no se desangrara.

-Enserio.          Hable apuntando a su cabeza.

-No eres capaz.            Respondió con una sonrisa.

-Enserio eso crees.            Hable jalando el gatillo.          -Habla ahora o disparare.

-Hazlo, jamás te lo diré.          Hablo, sin quejarse.

Sin responderle, jale el gatillo y el hombre cayó al suelo.

-¿Quien eres?               Pregunto Nicolás, mirándome.

-La voz de experiencia.              Hable guardando mi arma.             -Necesitas ir a ayudar a Danielle.

-¿Y tú?

-Ya vez que estaré bien.            Hable saliendo del lugar. 



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En el texto hay: dolor venganza accion armas guerra y amor

Editado: 12.01.2021

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