Imperio de el destino

8

Emma Bennett.

Desde que Aiden me dijo que era solamente de él, no hay espacio para dudas: lo decía en serio.

Y no solo de palabra.

Desde entonces, Aiden se ha estado comportando de una forma tan posesiva, tan controladora...

La lista sigue y sigue.

Es obsesivo, celoso, protector hasta el extremo, y siempre se asegura de que no de un solo paso sin que el este enterado.

Y lo peor de todo es que, por mucho que lo niegue en voz alta, me encanta.

Estoy en la librería que Aiden me había regalado.

Es un pequeño santuario personal, un lugar en el que él ha acertado con todos y cada uno de los libros que llenan sus estanterías.

No solo eso, sino que ahora la librería esta completamente modificada, con cristales a prueba de bombas y balas, y más seguridad de la que hubiera imaginado necesaria para un lugar lleno de libros.

Pero eso es parte del paquete: Aiden nunca hace las cosas a medias.

Mientras hojeo un libro en la planta baja, veo a Jason subiendo las escaleras con un enorme ramo de flores en las manos.

No son las típicas rosas rojas, no, son un ramo de tulipanes naranjas, vibrantes y llamativos, como si quisieran decirme algo sin necesidad de palabras.

Frunzo el ceño cuando Jason se acerca a mí, extendiéndome el ramo.

Lo miro detalladamente, preguntándome qué se supone que significa todo esto.

Jason esboza una leve sonrisa de medio lado, una que me dice que él sabe perfectamente lo que esta pasando.

—Aiden te las envía —dice con su habitual tono de voz neutral.

Abro los ojos un poco más de lo habitual, sintiendo cómo me pongo un poco colorada.

Aiden no es de los que envia flores... pero aquí estan.

Justo cuando Jason se dispone a irse, lo llamo.

—Jason —dije, y él se detiene en seco, girándose para mirarme.

Se que lo que estoy a punto de preguntarle es un poco atrevido, pero Jason es la persona que mejor conoce a Aiden.

Si alguien puede darme un consejo sobre cómo manejar lo que esta sucediendo entre nosotros, es él.

—Quiero preguntarte algo —digo, sin dejar de mirar las flores en mis manos—. Sé que tú conoces a Aiden mejor que nadie, y... necesito un consejo sobre cómo llevar las cosas con él.

Jason se quedó en su lugar, observándome con esa calma que siempre lo caracteriza.

Aiden confia en él más que en cualquier otra persona, hasta el punto de que siempre esta presente cuando hacemos cualquier cosa, salvo cuando estábamos en la intimidad.

Aunque, incluso entonces, Aiden le ordena que se de media vuelta.

—Aiden es una persona complicada —dice Jason finalmente, negando lentamente con la cabeza—. No puedo decirte mucho, solo que seas paciente y no lo juzgues demasiado rápido. Él... tiene sus razones para ser como es.

Asiento, comprendiendo lo que dice, aunque se que hay mucho más detrás de esas palabras.

Jason baja las escaleras, volviendo a su puesto, dejándome con el ramo de tulipanes y mis pensamientos.

Cuando vuelvo mi atención a las flores, veo que hay una nota entre ellas.

La saco y la habro con curiosidad, preguntándome qué tipo de mensaje habra decidido Aiden incluir.

Al leerla, no puedo evitar sonreír.

Para mi lectora favorita: Si los tulipanes fueran libros, los habrías leído todos a esats alturas. Pero como no lo son, espero que disfrutes al menos mirándolos... y pensando en mí mientras lo haces. —A.

No puedo evitar reírme un poco ante la nota.

Es tan de Aiden: su caracteristico humor, pero con ese toque de romanticismo que siempre me toma por sorpresa.

Aunque no lo admita, hay algo dulce en todo esto, algo que me hace sentir cálida por dentro.

Continuo leyendo el libro que he estado hojeando antes de la llegada de Jason, pero después de un rato, siento que necesito un cambio de ambiente.

La librería, por mucho que me encante, comienza a sentirse un poco sofocante.

Me levanto, tomando el ramo de flores y el libro entre mis manos, y bajo las escaleras, dejando atrás el silencio y la calma del lugar.

Mientras camino hacia la puerta, no puedo evitar pensar en lo que Jason ha dicho.

Paciencia y no juzgar demasiado rápido.

Es un buen consejo, pero se que sera más fácil decirlo que hacerlo cuando se trata de alguien como Aiden.

Sin embargo, al ver las flores en mis manos, no puedo evitar sonreír de nuevo.

Por mucho que sea complicado,hay algo en todo esto que me dice que v laale pena intentarlo, aunque sea un poco caótico.

Sentada en la cafetería con Lily y Blake, no puedo evitar sentirme un poco fuera de lugar.

Delante de nosotros, el enorme ramo de tulipanes que Aiden me ha enviado ocupa una silla entera, llamando la atención de cualquiera que pasa cerca.

Blake lo mira con una mezcla de incredulidad y diversión, mientras Lily se rie como si hubiera ganado la apuesta de su vida.

-Sabía que esto iba a pasar, Em -dice Lily, esa sonrisa de "te lo dije" en su rostro, que me ha repetido ya demasiadas veces-. Al final, ustedes dos iban a terminar juntos.

Pongo los ojos en blanco, pero no puedo evitar sonreír.

Lily siempre ha sido buena para predecir cosas antes de que siquiera sucedan.

Le doy un sorbo a mi café frío, intentando enfocar mis pensamientos y no el calor que sube por mi cuello.

-Es impresionante, Emma -dice Blake, con un tono que muestra más sorpresa que otra cosa-. Cuando Jake se entere, probablemente le dé un infarto.

Me rio, imaginando la cara de Jake cuando descubra todo esto.

Conociéndolo, seguramente pondra el grito en el cielo.

Aunque, claro, eso es un problema para otro día.

Respiro hondo, sintiendo una mezcla de ansiedad y duda en el pecho.

-No sé cómo manejar todo esto -admito, moviendo la pajita en mi vaso-. Nunca he estado en una relación. Ni siquiera pensé que alguna vez lo estaría.



#5953 en Novela romántica

En el texto hay: #mafia, #secuestro, #primos

Editado: 12.11.2024

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