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Evie

Escuche el sonido de cortinas corriéndose y los rayos del sol me pegaron directamente en la cara, ante eso, me coloqué la almohada en la cara para poder seguir durmiendo.

—Es hora de levantarse princesa, no querrá llegar tarde a clases—

Me senté de golpe en la cama, esa voz masculina no era la de Jay, ni la de Carlos o de ninguna persona que conocía, volteé a ver a quién había corrido las cortinas y me encontré con un chico de cabello negro, tenía un cierto aire de realeza, además de que lo que más me llamó la atención de él, eran las manzanas envenenadas de su abrigo.

—¿Te encuentras bien, princesa? ¿Tuviste una pesadilla?—

¿Por qué me dice princesa?... Mejor pregunta, ¿dónde estoy?

Comencé a ver bien la habitación donde me encontraba, una de las paredes estaba cubierta con hojas de dibujo, las cuales tenían mis futuros diseños y en ese mismo lugar, estaba mi máquina de coser.

—Por cierto, pequeña manzana, Ms. Villa y Cruella la esperan luego de clases para discutir sobre los nuevos diseños de esta temporada—

¿Cruella? ¿Diseños para esta temporada? ¿De qué está hablando? La mamá de Carlos nunca en su vida vería mis creaciones y mucho menos las usaría en algo, lo sé por experiencia, ella misma me lo dijo en la Isla.

La confusión en mi cara debía ser muy obvia, ya que él se sentó a mi lado en la cama, poniendo una de sus manos en mi frente, revisando si no tenía fiebre.

—Apple, ¿está todo bien?—

Una voz femenina había hecho esa pregunta y me giré para ver quién había entrado al cuarto.

¿Quién es esta señora?

—Mi reina, creo que la señorita Evie no se encuentra muy bien, no tiene fiebre, pero luce desorientada, ¿deberíamos llamar a un médico?—Dijo el chico llamado Apple.

Un momento... las manzanas envenenadas en su abrigo, "mi reina", ¿acaso esta mujer era...? No, no podía ser, no la recuerdo así.

—Mamá...—Susurré

Ella alcanzó a oír mi susurro, también se sentó a mi lado y me acomodó unos mechones de cabello, brindándome una sonrisa.

—Cariño, ¿te sientes muy mal? Si es así, no te preocupes por la escuela, le enviaré una nota al Hada Madrina—

Me hablaba con tanto amor... confirmado, esta mujer no era mi madre, o al menos la que yo conozco.

Negué ante su pregunta, la escuela era la manera más rápida de encontrarme con mis amigos, así que faltar no era una opción,  espero que los chicos sean los mismos que conozco y no estén cambiados.

—Me encuentro bien, solo tuve una pesadilla algo fuerte que me desorientó, pero no es nada grave, lamento preocuparlos—Dije, sonriendo un poco para que me crean.

—¿Segura princesa? No hay ningún problema en que te quedes en el castillo por hoy—Habló Apple.

Me levanté de la cama de un salto, para acercarme a mi armario de par en par, y volteé a ver a ambos con una gran sonrisa.

—Muy segura, Apple, no pienso perder un día de clases, además, no quiero dejar esperando a la señora Cruella y a Ms. Villa con mis diseños—

Tengo que encontrarme con los chicos antes de que meta la pata y se den cuenta de que no soy la Evie que conocen.

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