In the darkness

7. Aretes

1967

Son muchas sensaciones cuando estoy cerca de él. Quiero estar así más tiempo.

Bailamos al ritmo de la musica, un ritmo lento, creo que me estoy enamorando.

Mi corazón late muy rapido cuando sus manos estan en mi cintura, la musica esta por acabarse.

Nos miramos sin hablar, nos soltamos y cada uno se va por su lado.

Vania

Despues de pnsarlo mucho solo existe una explicación; son los padres de Valentín y Cesar porque no creo que sean vampiros... ¿O, sí?

Continuo observando las fotos, maravillada por ver algo nuevo, el mundo dónde mi madre creció. Hay muchas cosas que quiero saber, tengo que saber todo sobre mi mamá antes de volver a mi país. Creo que despúes de todo no fue mala idea que mi padre me trajera aqui, porque en esta casa deben estar todas las repuestas a mis preguntas.

***

Estoy ayudando a inflar globos y mis cachetes me están empezando a doler, se supone que Cesar se fue a la tienda a comprar un inflador pero hasta ahora no viene.

No habrá bebidas alcoholicas porque somos menores de edad asi que solo habrá Soda. Me siento un poco decepcionada porque esperaba que si huebiera. La fiesta comienza a las nueve de la noche muy temprano para mí supongo que asi son las fiestas en este país.

Solo me falta un globo por inflar y Cesar no viene con el maldito inflador. Listo, terminé.

-¡Ya llegué! -grita Cesar.

-Demasiado tarde ya terminé de inflar los globos. -digo molesta.

-Debiste esperar, Vania, no es mi culpa -se encoge de hombros.

Abro la boca, pero luego la cierro porque me duele las mejillas.

-No discutan, niños, gracias por traer el inflador ¿Por que tardaste? Estaba preocupada -mi tía le acomoda el cabello.

Salgo de la sala para alistarme para el cumpleaños ¿Que debería ponerme? ¿Sexi? ¿Elegante? ¿Casual? No importa porque todo lo que me pongo me veo hermosa.

Mi telefono suena y contesto sin ver quién es.

-¿Hi?

-Mira atrás -esa voz masculina la conozco. Hago caso.

-¿Valentín? ¿Cómo sabes mi número?

-Quiero darte esto- me entrega un par de aretes. Lo recibo aún confundida.

-Se supone que debo darte un regalo a tí -me rió un poco.

-Esto es un regalo de bienvenida, cuidalo mucho -me da un abrazo y luego se va.

Este abrazo no lo sentí romantico sino fraternal.




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