PRÓLOGO

En el mundo hay, ángeles y demonios ... Los ángeles se encargan de cuidar y guiar a los humanos por el camino de la luz, en cambio, los demonios se encargan de pelear contra los ángeles para llevar a los tentados a la perdición eterna.

Todos vivimos , crecemos , reímos , lloramos , pensamos y morimos.

Al morir, las almas pasan por el "Juicio Final", allí las almas son clasificadas en tres categorías.

· Cielo: allí van las almas que acumularon a lo largo de su vida, varias buenas acciones, contrarrestando el mal vigente en su interior.

· Purgatorio: allí las almas, que están entre la luz y la oscuridad, esperan el veredicto del "Juicio Final", para ir al cielo o al infierno, deben esperar que los humanos en vida les recen, oren o den plegarias a su persona, en cambio si son utilizados para actos impuros o son ignorados por odio por los que los vieron en vida, los condenan al infierno.

· Infierno: allí van los pecadores, que a lo largo de su vida solo causaron dolor y angustias a las personas a su alrededor, que jamás se arrepintieron, ellos tienen la pena máxima, nunca poder dejar el infierno, a menos que puedan hacer caer a un "humano" en el mal camino haciendo que tome su lugar en el infierno.

"El Cielo, el Infierno y el Purgatorio se separan en tres ciudades, cada una tiene sus propias leyes aunque muy pocas en común".

Hay reglas en las 3 ciudades que se aplican de manera universal.

· Nadie puede dejar su ciudad, ya sea por cualquier situación o complicación, totalmente imposible.

· No se pueden mezclar, ángeles, demonios y purigianos, bajo ninguna circunstancia , llegue el caso la máxima autoridad de la ciudad debe tomar responsabilidad de este hecho con la destitución y reencarnación sin honores.

· Están prohibidos los humanos.

El destino es muy cruel con nosotros pero no podemos evitarlo, esta en nuestra sangre, en nuestros cuerpos y nuestra alma...

Díganme... ¿Qué podría haber hecho?.

Sin saber, sin pensar, sin dejar de ver... Yo seguí tus pasos.