Indescriptible

CAPITULO 11

Aria

El finde semana llegó, y con ello los últimos días del bimestre. Era estresante, en un día podíamos llegar a resolver 4 exámenes. Todos con más de 15 preguntas, a eso sumarle que teníamos más de 15 materias durante el año.

Durante esos días, todos los alumnos se preocupaban por tener los apuntes al día, por cumplir los trabajos o recuperar alguna nota. El mínimo para aprobar era 12.

Yo no me preocupaba por ese asunto, más bien ayudaba a algunos a aprobar, igual tenían chance en los 3 bimestres que restaban, pero había algunos que pedían mi ayuda para eso.

Marcus era uno de ellos, Nicolás también. Hoy tenía reunión con el primero, a las 4.

Escuché el timbre sonar, quién sería un sábado por la mañana. Apenas era las 9am.

—¡Voy! —Calcé las pantuflas de Garfield para bajar corriendo a ver quién era.

Escuché varias voces masculinas.

—¿Quién?

—Aria, soy Gregos.

Rápidamente revise mis prendas, estaba al menos presentable. Abrí la reja y me encontré con esa mirada café que tanto me gustaba.

—Hola. —Sonreí acercándome lentamente.

Vi a todos ahí, supuse se irían a jugar Fut. Estaba Mark, Tom, Caleb y… Leonardo esperándolo unos pasos detrás de él.

—No avise que venía. ¿Cómo estás, todo bien? —Lo veía ¿avergonzado?

—Si, todo bien. Aunque me pareció raro que alguien se apareciera a las 9 de la mañana un sábado. La mayoría duerme hasta tarde.

El me rodeo mi cintura con sus brazos y me atrajo hacia sí, correspondí de inmediato. Me gustaba su olor, ya me lo estaba memorizando.

—Y que hacen aquí, no creo que sea una visita grupal —comenté mientras acariciaba su cabellera.

—No hermosa, iremos a jugar a la cancha por la casa de Benjamín. —Asentí, sabía a dónde irían.

—Y… viniste a visitarme de pasada —bromee.

—No, igual quería verte de cualquier manera.

Romántico, piensa en algo cursi también.

—Yo también quería verte —aseguré—. Hoy…

Iba a contarle que hoy iría a ver a Marcus, pero él ya me estaba quitando la respiración con sus labios. Obviamente no iba a negarme, seguí su ritmo.

No era un beso rudo, era suave, delicado, como si tomará el tiempo para recordar este momento.

—Ahora no quiero separarme de ti —dijo al separarnos.

—No quiero romper su burbuja, pero Benjamín llamó diciendo que nos espera en 30 min —Intervino Leonardo.

Abrace su cuello, no queriendo separarme.

Gregos me atraía desde unos meses después de su ingreso, y eso fue hace algunos años. Su personalidad me gustaba, una mezcla de rudeza y dulzura. Al menos conmigo se comportaba de esa manera, trataba que tuviera más tino con el resto de personas, sin embargo, eso teníamos aún que trabarlo.

—Tengo que irme.

Quería morder sus labios.

—Te diría que no, quédate, pero tus amigos me matarían. —Reí acariciando su rostro.

Recuerda no perder el control.

—Amor, puedo venir más tarde. —Mi pulso se aceleró y deje de respirar por milésimas de segundos.

Amor, amor, AMOR.

Decir que me paralice es poco, no sabía que responder, o bueno sí. Es solo que llevo años viendo a personas diciéndose amor, cuando la realidad es otra. Para mi era algo más profundo, no iba diciendo amor a todo el mundo.

La mayoría de las relaciones en la actualidad se basaba en la hipocresía. Hacían o decían cursilerías, cuando engañaban a sus parejas, las mentiras eran pan de todos los días, borrar los mensajes de los celulares.

Y no digo que Gregos y yo íbamos a terminar así, recién empezabamos. Pero me aterraba a la idea de que él fuera como algunos chicos o la gran mayoría.

No quiero que rompa mi corazón

—Claro… —Él por supuesto notó mi comportamiento.

Vi en sus ojos desilusión, quería decirle que él no era el problema. El problema era yo, tenía miedo.

—Vámonos. —Interrumpieron en grupo los chicos.

Me dio un último beso, pero fue diferente a todos los anteriores, un poco seco.

Y yo tuve un impulso, no quería que se fuera enojado o frustrado. Así que agarre su cuello y lo jale hacia mí y lo bese a mi ritmo, demostrando en aquel beso que todo está bien, que me gustaba y mucho. Lleve el ritmo por unos 2 minutos, que parecieron eternos, pero no me queje cuando sentí su sonrisa.

—Me gusta estos impulsos. —Me dio un beso en el cuello y se fue.

Sonreí y entré a casa, este día ya tenía suficientes emociones.

***

Recordaba la casa de Marcus un poco más grande la última vez que vine. Supongo que, con la llegada de su hermano, los espacios se redujeron para todos.

Marcus me recibió sonriente como siempre, su personalidad era única.

Siempre le digo que nunca pierda su chispa.

—Llegas tarde —me acusó.

—Si, la puntualidad no es lo mío.

—Ni el seleccionar a tu novio tampoco. —Apareció Nicolás con un vaso de jugo.

¿A qué venía ese comentario?

Mire a Marcus esperando alguna respuesta, él solo se encogió de hombros.

—No sabía que sería una reunión grupal. —Forcé una sonrisa.

Sabía el sermón que se me venía encima, y no tenía ganas de escuchar que hablarán mal de Gregos, simplemente eran mis elecciones y mis gustos.

—Te molesta que este aquí… —Rodé los ojos.

Los ignore por unos 5 minutos mientras ordenaba mis apuntes. 

Recibí un mensaje de mi chico, preguntándome qué hacía.

G: ¿Qué haces preciosa?

A: Estoy ayudando a Marcus para los exámenes bimestrales

A: Y tú… 

G: ¿¿¿Marcus está en tu casa??? ¿acaso se asomaban celos?

A: No, yo vine a la suya. Olvide decirte en la mañana

G: Voy a recogerte

A: No hace falta, Nicolás está aquí. Podemos irnos juntos



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 22.05.2024

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