Indescriptible

CAPÍTULO 12

Aria

Hoy cumplía una semana como “enamorada” de Gregos.

Usualmente veía que la mayoría de las parejas celebraban cada mes, el día que empezaron o un día que marco el inicio de su relación. Y yo pensaba celebrar de esa manera. Sin embargo, Montes tenía otros planes.

Pide permiso para salir un rato en la noche. Te tengo una sorpresa.

Eso decía su mensaje ayer por la noche.

Al llegar a la escuela, me encontré con Leonardo. Estaba llegando al igual que yo. Se le veía un poco ojeroso, como si no hubiera dormido lo suficiente.

—Hey, no tienes buena pinta —dije en tono de burla.

—No dormí muy bien, estuve terminando unos trabajos de inglés. No me va el curso, y el profesor no colabora mucho. —Torció sus labios. Se veía realmente cansado.

 —¿Y por qué no me pediste ayuda?, te hubiera enseñado gramática, y de paso practicábamos la pronunciación.

Él iba a responder cuando desvió la mirada a la entrada, su hermano venía con dirección a mí.

—Amor. —Me comió la boca en frente de algunos compañeros—. ¡Feliz primera semana! —Susurró sobre mis labios, sus ojos brillaban.

Sonreí, aunque tenía el rostro ardiendo producto de la vergüenza.

Aún no me acostumbraba a las demostraciones de afecto en público, me parecía algo incómodo que algunos se nos quedasen viendo.

Él notó mi nerviosismo y me abrazó, besando suavemente mi frente.

—Feliz primera semana… En mi defensa, no sabía que celebraríamos cada semana. Lo siento. —Sonrió acariciando mis mejillas con sus pulgares.

—A mí me basta con un abrazo y un beso, aunque no me quejaría si me haces un baile súper sexy. —Le di un codazo suave.

—Muy gracioso. —Rodé los ojos.

—Solo es broma. Por cierto, ¿pediste permiso para la noche?

Ese tema todavía no lo habíamos tocado.

Ayer conversando con mamá, le dije la verdad. Que estaba saliendo con Gregos, y que hoy tenía una “cita” con él. Quedamos en que por hoy sí podría salir, luego él tendría que ir a conversar con ella para pedir… su permiso.

Yo lo veía como anticuado, pasado de moda. Ahora nadie hacía eso. Hice, propuse mil cosas y se negó.

No podía solo decirle “mamá ya tengo enamorado, y es tal persona...”

Teníamos que pedir su permiso.

<<Tiene que venir a presentarse conmigo, y pedir permiso para salir contigo. Si no es así, no habrá más salidas Aria.>>

Esas fueron sus palabras.

Imaginé una escena, donde Gregos se presentaba a mi casa y hablaba con Alexa sobre mí. Y sólo podía imaginarme a mi madre haciendo muchas preguntas, mostrando fotos mías de pequeña y advirtiendo a Montes para que no lastimase mi corazón y sobre todo no manchará mi honor.

Y la verdad, no era buena idea. Me parecía mejor la idea de inventar excusas para vernos al menos una vez al mes o…

—¿Todo bien? —Interrumpió mi pequeño análisis de la situación.

—No. Si, bueno no lo sé. —Lo jalé de la mano hacia mi asiento, ya que faltaba poco para que ingresará el profesor de ética.

—Cuéntame. —Otro beso en mis labios—Quiero detalles—. Un beso en la curvatura de mi cuello.

Si seguíamos así, no podría expresar ni una sola palabra. Y lo peor, es que no eran besos calientes, eran besos tiernos. Necesitaba pensar y las pequeñas caricias que él me hacía no ayudaban a la causa.

—Detente, necesitamos hablar. —Lo miré a los ojos, esto era serio.

—Hablemos. —Su expresión cambio por una más seria.

—Tengo permiso para salir hoy, pero no para otras salidas…

—¿Qué? ¿Porqué?

—Mi mamá quiere que vayas a presentarte y pidas permiso para estar conmigo. —Se quedó en blanco como asimilando mis palabras.

Temía que dijera que no.

Él pareció confundido, luego abrió los ojos al percatarse del significado de mis palabras.

Definitivamente lo veía difícil, no creo que él esté dispuesto a eso por mí.

—Quiere decir que no te dejará salir si no voy —Asentí lentamente.

Yo ya estaba esperando alguna negativa de su parte, pero recibí otra respuesta.

—Lo haré, iré la próxima semana. —Abrí los ojos por la sorpresa, definitivamente no me la esperaba.

—¿Enserio? Digo, ¿irás? —Asintió y me dio un beso en la frente.

—Haría eso y más por que estuviéramos juntos. —Amaba esa sonrisa, sólo aparecía conmigo.

Quién lo diría, él es diferente cuando está conmigo.

—Tranquila, saldrá bien —dijo al ver mi silencio.

Rogaba porque fuera así.

Nuestra charla terminó al llegar el profesor de Ética.

Me sentía tranquila, mucho más tranquila.

No dudaba de él. Sabía que juntos podríamos hacer que esto funcione.

***

En el receso pude hablar con Ingrid y Cass, les conté un poco de todo lo que rondaba mi mente en ésta última semana. Me escucharon detalle a detalle…

—No puedo creer que tu mamá pusiera esa regla. Es una costumbre… Antigua.

Claro que sabía eso.

—Pues a mí, me parece genial que Alexa quiera analizar a Gregos, es lo mínimo que debería hacer. Ganarse a tu madre sería un punto a su favor. —Había algo cierto en el comentario de Cass.

Me puse a pensar en la salida de esta noche, dejé de escuchar a las chicas.

Quería verme bonita, y necesitaba ayuda de Ingrid. A ella se le daba mejor la moda y la estética.

—¿Nos estás escuchando Aria? —No.

—En la noche es nuestra primera cita, necesito ayuda. —Sonreí hacia ambas.

Cassia rodó los ojos y dijo que eso se lo dejaba a Ingrid. En cambio, la otra, se ofreció a ayudarme por la tarde, dijo que quedaría fenomenal.

Al salir de la escuela fui directo a casa, quería estar ya bañada para cuando Ingrid llegase.

Estaba nerviosa, era mi primera cita con un chico, y ese chico era el cual me había gustado por los últimos dos años, aún no me lo creía del todo.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 22.05.2024

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