MUSCULITOS
—Estas paranoica mujer, ¿sabes quién es la unica persona que brilla? Edward Cullen —Astrid no entendia lo que estaba diciendole.
—No dije que brillara el en si, sus ojos estaban brillando —metio una lechuga a su boca y nego con la cabeza.
—Probablemente eran lentes de contacto, Kya los ojos de las personas no brillan entiendes, tal ves y solo lo imaginaste —estaba mas que segura de que no lo habia imaginado, ademas desde hace días siento que alguien me esta observando, es escalofriante.
—Vale, gracias por la ayuda. Vamos a la practica, se nos hace tarde —ser animadora no es algo que me gustara enrealidad, pero mi madre era la lider de su escuadra cuando era joven, en esta misma escuela, por lo tanto, citando sus palabras: “Es mi obligacion seguir su legado”.
Menuda tonteria.
—¡Kya! Raven estaba buscandote —la rubia Stacey se acerco a mi trotando, de una manera muy curiosa a decir verdad.
—Ese chico esta loco por ti, es como un Cris Evans, ¿por qué no aceptas de una ves ser su novia? —Raven es el chico “mas guapo de la escuela” tal ves me gustaria si tuviera mas cerebro que musculos.
—Recuerdo haber dicho la razon como unas ciento cincuenta mil veces —Stacey rodo los ojos y desenvolvio una paleta.— Ademas prefiero a Cris Hemswort —le guiñe un ojo y sonrei. Lanzo una carcajada y nego.
—Estas loca —eso esta mas que claro.
—Como una cabra —llegamos a la cancha de futbol, donde estaban todos los chicos del equipo.
Como me gustaria que fueran como esos chicos de las peliculas que tienen el cuerpo de un dios griego y estan todos buenos. Bueno pues el equipo de mi escuela es un monton de tipos flacos y que de dioses no tienen nada.
Es por eso que Raven se cree lo mejor, digamos que es el chico que mejor cuerpo tiene, ademas de que, siendo honesta, es guapo; pero, para nada inteligente.
Fui a los vestidores sin esperar a Astrid, no estaba pensando en nada mas que en los ojos que vi anoche. Una cosa rara que hago para meditar es subir al techo de mi habitacion, en realmente facil hacerlo por mi ventana. Y se puede ver todo de ahi, incluso ojos que brillan, estoy segura de que era un hombre, o al menos es lo que parecia ser por su silueta. Pero cuando trate de verlo con la linterna de mi celular ya no estaba, hizo puf de la nada.
Saque el uniforme y me vesti lo mas rapido posible, siempre he odiado que la gente me mire cuando estoy en una situacion intima o incomoda, supongo que eso es normal. Sali con el uniforme ya puesto y amarrando mi cabello en una cola alta. Siempre me a agradado como soy, no soy nada fuera de lo comun, mis ojos son marrones, mi cabello es cafe claro, ondulado por herencia de mi madre, en una melena hasta los hombros, pero bastante rebelde por su cantidad.
En cuanto a cuerpo no tengo mucha figura despampanante, soy un poco plana y delgada, pero de igual manera me gusta mi cuerpo, no necesito tener muchas curvas.
—Bien chicas —el silbato de la señorita Mackenzie resono en toda la cancha. —Empiezen el calentamiento, practicaremos la rutina cuando vuelva —empece a calentar hasta que mi mirada choco con una figura sentada en las escaleras, entorne mis ojos tratando de ver mejor a la persona, pero solo veia el rostro borroso de un chico, que aparentemente estaba fumando un cigarrillo. Me acerque a Lindsay y pregunte:
—Linds, ¿sabes quien es el chico sentado alla? —señale discretamente hacia donde estaba el chico. Miro atentamente, aunque parecia que tampoco veia bien.
—No veo bien, lo siento, por que no te acercas disimuladamente y miras a ver si lo conoces —le dije un gracias y siguio con sus estiramientos.
No parece ser una buena idea or a husmear lo que hace el chico, solo por curiosidad, que no tiene fundamento, deberia quedarme aqui.
¿Cuánto se tardara la señorita Mackenzie?
Bien, no es un plan suicida ni nada por el estilo, es fingir que perdi algo, acercarme a donde el chico y ver si lo conozco, solo eso, no es un crimen. Fui a la graderia con inseguridad, y cuando ya estuve subiendo empezo el teatro de buscar mi pendiente imaginario, hasta que note que el chico ya no estaba sentado ahi.
¿¡Cómo!?
Estaba ahi hace apenas unos segundos, no es posible que se fuera sin que me diera cuenta, ¡estaba aca!
—¿Buscas algo? —una voz de hombre hizo que de un salto en mi lugar, y suelte un pequeño gritito. Gire rápidamente encontrandome con el chico que estaba sentado hace unos segundos, creo.
—Mi pendiente —tape mi oreja izquierda con la intención de que no se vea que traía dos aros. Sonrió burlonamente y sin decir nada se sentó.
Tuve el tiempo de observarlo, definitivamente no es de la escuela, ademas parece tener unos veinte años. Es guapo, tienes ojos muy lindos, son celestes muy claros, como el agua. Su cabello es rojo, muy rojo, y no parece ser teñido, sus facciones son muy varoniles, y dado que solo traer una camiseta y unos tejanos puedo ver que igual tiene un cuerpo ejercitado.
El humo del cigarrillo hizo que salga de mi trance, musculitos desconocido estaba fumando, y todo el humo estaba llegandome a mi.
—¿Fumas? —estoy medio estúpida al parecer.
—No —contesto con un semblante serio, no parece ser una persona muy divertida. Frunci las cejas a su respuesta.
Estaba apunto de decir algo cuando la señorita Mackenzie sonó su silbato, y luego grito mi nombre.
—De acuerdo... Adiós —baje de la graderia lo mas rápido que pude y corrí a la cancha. Todos los chicos del equipo ya estaban sentados y listos para vernos practicar.
Que asco, solo lo hacen para ver cosas que no deberían ver.
En toda la practica no pude dejar de pensar en el chico musculitos, ¿por qué lo dejaron entrar? No es de la escuela, y parece muy sospechoso, ademas de que no se a movido en toda la practica, y siento que me mira a mi, es una mirada muy conocida.
—Muy bien chicas, eso es todo por hoy, nos vemos mañana —todas nos despedimos y la mayoría se dirijio a los vestidores, yo me acerque a mi bolsa y saque una botella de agua, me cambiare cuando ellas no estén ahi. De reojo mire al chico en las graderias, estaba hablando por teléfono, y parecia muy enojado.
Tome un sorbo de agua y decidi que dejaría de acosar al chico, es una buena idea.
—Hola preciosa, estuviste genial hoy —oh genial, el galán Raven llego, que molestia.
—Alejate —siempre trato de hablar lo mínimo con el. Rompimos hace tres años y el aun no lo supera, bueno yo no se por que fui su novia en primer lugar.
—Oh vamos princesa, acaso no me extrañas —trato de abrazarme y fue cuando reaccione, mi puño estampó contra su cara, no quiero ser muy maldita pero me da asco que un pervertido como el me toque.
—No me digas princesa, no me toques, ¡no te me acerques! Entiende de una ves que no quiero nada contigo, ahora o te largas o te largas —sin decirme nada mas dio vuelta y se fue. Jamas me a gustado la violencia, pero estoy arta de que me acose todo el tiempo.
Estoy pensando en poner una orden de restricción.
—¿No te cambiaras? —nisiquiera me habia dado cuenta de que las chicas ya habían salido de los vestidores.
—Oh si, te veo en la cafetería —Astrid asintió y se fue con Stacey y Linds. Caminé a los vestidores y fui a mi casillero, quisiera no irme de aqui.