Capítulo 35

Narra Benjamín.

Lucas se quedó en silencio, agachó la cabeza y de repente escuché que estaba llorando.

—¿Cuando? —preguntó sin levantar la vista.
—Justo el día que abriste los ojos... Después nos avisó Eugenia y vinimos para acá —le conté sin apartar la mirada esperando que me mire también. —Lo siento, siento mucho lo que te hice.
—Suponía que había pasado algo entre ustedes —levantó la vista y se secó las lágrimas con la bata que llevaba puesta —porque después de que mis padres, los chicos, y hasta tu familia... Me contaran que estaban siempre juntos y que se habían apoyado mutuamente, era raro ver cómo delante mío se evitaban la mirada y apenas cruzaban palabra.
—Si, estuvimos muy unidos... Pasamos muchísimo tiempo juntos. Como ya sabés estuvo en mi casa... Nos apoyamos mutuamente. Nos consolamos, nos entendimos...
—Así que seguís sintiendo cosas por ella.
—La amo, Lucas. Perdoname pero es lo que siento. —le dije de forma sincera.
—¿Y ella a vos?
—No lo sé. No sé si me ama pero algo siente... 
—¿Y Delfina?
—La quiero como nunca quise a ninguna pero no la amo como amo a Alai.
—¿Cuánto tiempo se va a quedar en España? 
—Cómo unos nueve meses más ¿Por?
—Andate con ella. —me pidió enseguida.
—¿Qué? —no estaba seguro de haber escuchado bien.
—Besaste a mi novia estando yo en coma. Me lo debés. Quiero recuperarla, la necesito... Tengo por delante meses de rehabilitación y no sé si voy a conseguir volver a andar... Alai es lo único que me da fuerzas.
—Alai no puede ser tu psicologa ni tu enfermera, y creo que hizo y hace muchísimo ya como para que quieras darle lastima.
—No quiero dar lástima ¡Pero estuve en coma y no puedo andar! —se notaba alterado —¡Es la realidad! —suspiró —Además todavía no me dejó así que tengo la oportunidad de intentarlo.
—No te dejó porque no le diste la oportunidad de hablar y porque ella es consideraba con tu situación —me puse en pie. —No puedo creer que me pidas que me vaya —negué con la cabeza.
—Benja, podés cuestionarme lo que quieras pero vos sos un cobarde. —sentí que lo dijo con ira— Tenés a Delfina y decís que la querés pero besaste a mi novia, que supuestamente, la amás hace años, y aún así no dejaste a Delfina. Además, tampoco luchaste por el amor de Alai ¿Si te dio igual besarla estando yo así por qué no intentaste algo más?
—¡Porque sos mi familia! ¡¿Sabés lo basura que me siento por sentir lo que siento y por hacer lo que hice?! —estaba empezando a enojarme pero también me estaban dando ganas de romper a llorar.
—¡No necesito que me tengas pena, Benjamín!
—No es pena Lucas, sos mi familia. Siempre reprimí mis sentimientos porque estabas con ella y jamás creí que ella se pudiera fijar en mi... Hasta que pasó todo esto ¿Sabés lo que sufrimos por lo que te pasó? ¿Las noches que lloramos por vos? ¡Hasta fui a rezar para pedir que te despiertes!
—¡¿Se supone que tengo que darte las gracias?! 
—No, sabés que no —intenté calmarme —Solo quiero que me entiendas.
—¿Te importo yo más que ella?
—Qué pregunta idiota, Lucas. Vos sos mi hermano de toda la vida... Por eso siempre respeté tu lugar... Y te pido perdón por haberla besado pero no me aguanté más porque la amo ¡¿Escuchás lo que te digo?! ¡La amo y no puedo dejar de amarla! —me acerqué y lo agarré de la cara, apoyando mi frente con la suya y mirándolo a los ojos —Te quiero, hermano. Y ojalá no sintiera lo que siento pero no puedo cambiar mis sentimientos ni lo que hice. Espero que me entiendas y me perdones. 
—Si querés que te perdone déjame que lo intente una última vez... Y vos intentá seguir tu vida con Delfina y ser feliz. —me aparté de él. —Si ella no quiere estar conmigo lo voy a aceptar pero no quiero que le digas nada que la confunda... No quiero que ahora te pongas a hablarle de tus sentimientos y que ella dude cuando yo le pida que se quede a mi lado.
—Me estás matando, Lucas —aguanté las ganas de llorar —Me estás pidiendo que me aleje de ella... Y que me aleje de vos.
—Perdoname pero si me querés, hermano, espero que me des la oportunidad de recuperar mi vida y mis planes... Todo se puede acomodar y vos tenés al lado a alguien que querés... Podemos ser todos felices.

Me acerqué a la ventana y me quedé mirando fuera. Alai estaba sentada en un banco, leyendo un libro. A pesar de todo ella nunca se iba de su lado. Empecé a pensar que, tal vez, me evitaba porque le dolía decirme que se había confundido y que al despertar Lucas descubrió que lo quería a él... A lo mejor alejarme de ellos era lo mejor tanto para ellos como para mi. Llevaba demasiado tiempo sufriendo por amor y yo también me merecía ser feliz.

—Está bien —me dí la vuelta y lo miré —Me voy a ir —me acerqué a la cama. —Espero que puedas recuperar tu vida y ser feliz pero si me alejo de ella también tengo que alejarme de vos —me fui hacia la puerta.
—Gracias —dijo a mis espaldas —Ojalá me entiendas y no me odies. 
—Yo te pongo por delante de todo —me di la vuelta y volví a mirarlo —Pero vos la estás poniendo por delante a ella. —contesté y me fui.

Salí del hospital y volví a casa. Ahora que ya había 
hablado con Lucas me tocaba la parte más difícil que era contarle la verdad a Delfina y esperar que quisiera seguir conmigo.
Cuando llegué estaba en casa con mi mamá tomando unos mates así que tuve que quedarme varias horas ahí pero ni bien pude le pedí que subamos a mi apartamento.

—Tú familia es increíble —me dijo cuando se sentó en el sillón.
—¿Querés una copa de vino?
—Prefiero un café.
—Yo voy a servirme vino.
—Te faltan varias botellas —dijo cuando se fijó en mi mueble bar —¿Estás tomando mucho?
—Siento que me hace falta. —le serví el café y me senté a su lado.
—Entonces no deberías tomar esto —me sacó la copa y me pasó el café —¿Pasa algo con Lucas? 
—No, él está bien. Se está recuperando... Aunque me pidió que me vaya a España con vos.
—¿Como? —me miró sorprendida.
—Creo que hoy se rompió un poco nuestra amistad —ella me abrazó porque rompí en llanto pero enseguida la aparté —No, Delfi... No merezco que me consueles...
—No entiendo nada Benja... Me estás preocupando.
—Hace un mes pasó algo entre Alai y yo —la miré —Nos besamos.