Inefable Melodía

Capítulo 2

02|| Espectacularmente Horrible

Blair

Hora de empezar con el show.

Antes de cruzar aquellas puertas me coloqué mis Ray–Ban oscuras, agarré bien mi precioso bolso Louis Vuitton y, lo más importante, dibujé una brillante sonrisa en mi rostro a la vez que mis cinco guardaespaldas se colocaban justo en la puerta para rodearme y poder contener a la multitud.

Me gustaba viajar, me gustaba el avión, pero odiaba las entradas y salidas de los aeropuertos.

—¿Estás listas? – miro de soslayo a mi mánager y asiento levemente.

Estaba tan acostumbrada a estas situaciones que han pasado de ser mi peor pesadilla a ser algo totalmente natural.

Si a mi niña de cinco años le hubiese dicho eso probablemente no lo hubiese creído.

En cuanto la puerta de la limusina se abrió, saqué la mejor sonrisa que tenía en mi arsenal y me dispuse a bajar del lujoso vehículo, para ser recibida por un montón de cámaras, micrófonos, carteles y gritos.

Mis guardaespaldas no tardaron ni un segundo en colocarse a mi alrededor y empezar a alejar a todas aquellas personas iban empujando el pequeño cordón policial para poder llegar hasta mí.

Sonreí a todos y agarré con fuerza mi equipaje antes de comenzar a caminar por aquel mar de personas, la mayoría, periodistas que solo hacían hacer las mismas preguntas de siempre.

“Blair ¿irá Camerón contigo?” “¿Son ciertos los rumores sobre vuestra relación?” “Blair ¿qué opinas sobre la polémica que hay formada ahora con la cantante Jessica Lennon?” “Blair tu nueva película ha sido todo un éxito ¿tienes algún plan para celebrarlo?”

Me dediqué a sonreír e ignorar todas la preguntas.

Por otro lado, se encontraban mis seguidores, aquellos que si me sacaban más de una sonrisa con las cosas que les escuchaba gritar, como un: “¡Blair, te amo!” “¡Cásate conmigo, Blair!” “¡Camlair, forever!”

Saqué una pequeña carcajada al escuchar eso último sin poder evitarlo y negué levemente con la cabeza continuando con mi camino.

Los fans tienen muchas ideas locas y fueron ellos los que llamaron Camlair a mi supuesta relación con Cameron.

—Pararse un segundo – ordeno a los guardias y me acerco con precaución a la vaya donde se encontraban el grupo de varios niños y niñas pequeños.

Sin duda aquellos fans que me conmovían el corazón eran los más pequeños que llevaban esperando por mí desde hace horas junto a sus padres solo para conseguir una foto o un autógrafo conmigo. Agarré uno de los rotuladores que tenía una pequeña la cual estaba en brazos de su padre y le firmé el pequeño póster que llevaba de una serie que hice cuando yo tenía su edad.

—¡Blair, una foto, por favor! – pide un padre que tenía a sus dos hijos en brazos.

—¡Blair con mi hijos también, por favor!

Empezaron a pedir muchos padres al unísono.

—Blair, debemos irnos – informa Juliana.

Me mordí el interior de la mejilla algo indecisa, pero aquella caritas de ternura derrumbaron toda coraza que tenía.

—Solo será un segundo.

Dos de mi guardaespaldas cogieron a los pequeños que se encontraban cerca y los pasaron por encima de la pequeña vaya. Los niños se acercaron a mí con una gran sonrisa que les devolví, antes de mirar a la multitud de móviles que hacían fotos para tenerlas de recuerdo.

Estuve solo segundos antes de dales una última sonrisa a los pequeños, claro que para no crear una polémica y que el próximo titular de las revistas fuera un: “Blair solo complace a sus fans más pequeños”. Me vi en la obligación de en el corto camino que me quedaba para entrar al aeropuerto firmar algún póster, camiseta, brazo e incluso coger al móvil para hacer una foto donde aparecieran la mayoría de las personas.

En fin, todo un caos.

Supongo que eso me pasa por tener en el fondo un buen corazón y no poder resistirme a un pequeño puchero.

Casi solté un suspiro de alivio cuando logré adentrarme en el aeropuerto, solo que, como era de esperar allí había más periodistas y más fans, por lo que tuve que contener aquel gesto que podría verse horrible.

…..… ♦ …….

El aire escapó de mis labios con pura complacencia cuando por fin logré sentarme en el cómodo y lujoso asiento del avión.

No hay nada mejor que un viaje largo en primera clase y en un avión, donde nadie puede buscarte ni nadie puede molestarte. Ya probé ir una vez en la zona común y me niego a repetir la experiencia.

—Comienzan nuestras seis horas y cuarenta y siete minutos de vuelo. ­– informa Juliana sentándose en el asiento frente a mí.

Coloco mis gafas sobre mi cabeza y observo a Juliana que se encuentra perfectamente sentada en su asiento y dando una imagen impoluta de ella misma.

—Puedes relajarte un poco ¿sabes?

—Me relajaré cuando termines con la premier de Andrew, es el último evento que tienes antes de tus vacaciones.

Apoyo la cabeza en mi puño a la vez que un sentimiento amargo me recorre el cuerpo entero al escuchar su nombre.




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