Mal Plan
Adam
La música se escuchaba por la calle, pese a estar aún a varios metros del local. Sin embargo, desde lejos ya podíamos observar bastantes gorilas trajeados y con cara de muy pocos amigos.
Es obvio que ahí se encuentran personas muy conocidas y que están forradas de dinero, pues, normalmente no suele haber más de tres seguratas en las puertas, ¿pero hoy? Parece que ahí dentro está el mismísimo presidente del gobierno.
La seguridad se ha triplicado.
—Esto es una maldita locura –comento a mis amigos que van unos pasos delante de mí –. Hay demasiada seguridad, no vamos a entrar ahí ni de coña.
—No seas negativo, Adam – me reprocha Camila.
—Esto será pan comido – dice Mark frotándose las manos como si estuviera rozando la victoria –. Será entrar y salir, una foto con ese pibón y viviré feliz toda mi vida.
—O con Cameron.
—No puedo creer que os esté siguiendo es esta estupidez – respondo siguiendo sus pasos –. Nos estamos jugando el acabar entre rejas por una simple foto.
—¡No es una simple foto! – espetan al unísono.
Rodé los ojos y decidí cerrar la boca.
Son demasiado tercos como para dar marcha atrás, mucho menos cuando ya están aquí. Tendría que haber dicho que no a este par de lunáticos, pero había olvidado su terquedad y locura.
Si esto llega a salir bien, juro que ambos me van a deber un gran favor.
Cami alzó la barbilla y caminó con seguridad directa a la puerta, hasta que dos de los seguratas que la doblaban tanto en peso como en altura se le pusieron delante.
—Identificación.
—Somos RZ5, estamos en la lista de invitados – asegura Camila con tranquilidad.
Según tengo entendido, RZ5 es una banda que ha empezado a ser conocida hace unos meses y fue invitada a la premier, aunque hoy mismo comunicaron su imposible asistencia, pese a eso, la lista de invitados de la fiesta es enviada siempre con antelación o al menos Cami está segura de eso.
El segurata empieza a ojear una larga lista de invitados buscándonos mientras yo observé de reojo como Mark tenía dos de sus dedos cruzados.
—RZ5, aquí estáis – afirma y mi amigo el menos simulado sonríe ampliamente como si esa fuese la mejor noticia de su vida –. Ahora necesito vuestra identificación personal.
—¿Es necesaria? – inquiero saber y él hombre asiente.
—Necesito algo que me corrobore que sois ustedes.
—Verá es que venimos de un largo viaje y hemos olvidado en el hotel las identificaciones, pero si no nos cree podríamos cantarle algo – no pude evitar mirar a Mark como si fuera idiota.
—Sin identificaciones…
—Por favor, señor, hemos hecho un largo viaje, ha sido un pequeño olvido, anda déjenos pasar, somos nosotros – pide Cami, pero el hombre parece no querer ceder –. Oh mañana recibirá una gran regañina por no dejarnos pasar y que podría costarle su trabajo.
El hombre la mira con puro fastidio. Obviamente odia el chantaje, pero el hecho de que parezca pensárselo y la seguridad con la que Cami ha pronunciado cada palabra hace que el hombretón parezca rendirse.
O al menos vi la derrota clara en sus ojos, todos la vimos.
—¡Oliver! – el hombre gira el rostro al ser llamado y de pronto una mujer con el pelo recogido en una cola, alta, con una Tablet en mano y vestida de una forma muy elegante aparece ante nosotros.
—Dime señora – la mujer rueda los ojos.
—Llámame Juliana, Oliver, guárdate el formalismo para los jefes no para mí, por favor – pide en un tono que deja claro que se lo ha dicho más de una vez.
—¿Necesita algo?
La mujer fue a decir algo, pero antes de pronunciar un solo sonido nos miró de golpe con los ojos entrecerrados.
—¿Y ustedes sois?
—Son RZ5 – responde el segurata y la mujer eleva una ceja mirándonos.
—Ya claro y yo Britney Spears – comenta con pura ironía –. RZ5 no ha podido presentarse a la premier por varios inconvenientes.
Mierda.
El segurata se cruzó de brazos y Cami y Mark compartieron una mirada que dejaba claro que para eso no tenían respuestas. No pude contener el suspiro que se me escapó cuando observé la desilusión en los ojos de ambos.
—Verá, es que mis amigos no han podido conseguir entradas para la premier y solo quieren una foto con Cameron y con Blair, al parecer es lo que más felices les hará en la vida.
El segurata suelta un bufido y la tal Juliana los observa con una pequeña mueca.
—Cameron no ha asistido a la premier, hoy tenía un entrevista en España – comenta la mujer mientras empieza a buscar algo en su bolso –. Y lamento deciros que Blair ha tenido que marcharse ya.
—¡¿Ya?! – preguntan sorprendido y la mujer asiente sacando tres folios de su enorme bolso de marca.
—Sí, pero aquí tenéis – nos tiende los folios –. Tres autógrafos, firmados por ella.