Inevitable

Capítulo 11

Washington, tiempo atrás

¿Los has visto ya? Caroline negó con la cabeza. Desde hace varios días que Tristán estaba fuera de la ciudad atendiendo algunos asuntos. Su madre había caído enferma y ella era quien se hacía cargo de la casa por ser la hermana mayor. 

La guerra seguía y la situación en las ciudades era terrible, por lo que optaron por mudarse temporalmente a una casa de campo en Georgetown que tenían cerca de la ciudad. Así estarían más tranquilas, lo que menos quería Tristán era que las molestaran. Pero quizá no imaginó lo que iba a suceder, no pudo prever algo así. Cerca de casa, en los campos, un regimiento del ejército de La Unión acababa de instalarse. 

Habían llegado esa mañana y según decía la servidumbre sería una cuestión temporal. Aún así varios vecinos ya los habían visto y se hablaba si quizá sería mejor ir a presentarse en nombre de toda la vecindad y ofrecer su apoyo. Caroline también creía que eso era lo ideal, pero sabía no era la indicada para hacer algo así. La familia De Martel era la más rica e importante, era implícito que debía de ser ella quien dé el paso.

¿Pero qué dicen los demás? preguntó Aurora nuevamente.

El señor Lauder dice que sería bueno organizar una cena invitando a los oficiales, solo a los de más rango.

Sí, también creo que eso es lo ideal. Pero, ¿cuál es el problema entonces?

Que dicen debe hacerse en casa, en nuestra casa. Es la más grande y lujosa, somos la familia más importante. Solo que no sé si tengo la autoridad para eso. No lo sé, Aurora. A Tristán no le va a gustar saber que recibimos militares acá sin su permiso.

Pero bueno, está mamá. Si ella autoriza no creo que haya problema, además no es que fuéramos a estar a solas con oficiales. Estarán todos los vecinos.

Eso también lo sé. Pero es complicado, Aurora. Si Tristán se molesta....

No deberíamos pensar en qué va a pasar si Tristán se molesta o no dijo en voz baja y desviando la mirada. Claro, tenía miedo hasta de decirlo. Las dos tenían miedo. Caroline estaba segura que a Tristán no le iba a gustar para nada que estén haciendo ese tipo de fiestas en casa sin él presente. Ellas rodeadas de hombres, quizá guapos o quizá no. Eso no importaba, hombres eran hombres, y a su hermano no le gustaba que nadie se le acercara ni las mirara. 

Era casi una niña cuando empezó a darse cuenta que eso que Tristán hacía estaba mal, muy mal. Que era terrible. Siempre fue tan bueno y protector, siempre las cuidaba. Desde que murió papá fue su hermano quien se hizo cargo de todo, quien las protegía. Y de niña se sentía bien eso. Amor, protección. Él las amaba, por eso siempre las quería cerca, les hacía muchos cariños, por eso las besaba siempre. 

Caroline creyó que eso era normal, pero pronto supo que los hermanos de sus amigas no hacían eso, que ni siquiera las tocaban. "Está mal", se dijo cuándo empezó a sentirse incómoda por primera vez. Sabía que a Aurora también le pasaba, que no le gustaba que Tristán la siente en sus piernas, que hasta le daba miedo.

Para cuando sus cuerpos empezaron a cambiar ya Caroline tenía seguro que ese amor de Tristán no era bueno. Que los hermanos no se pueden amar de esa manera. Que aquello solo era para esposos y gente casada. Pero tenía miedo, no sabía cómo decirlo, no sabía cómo oponerse a él. Si era tan bueno, siempre las cuidaba. Quizá él tampoco sabía cómo amar, quizá por eso creía que acariciándolas y besándolas de vez en cuando hacía bien su labor de hermano, quizá las amaba mucho. Esa especie de aceptación dio paso al terror un día. La verdad Caroline ni siquiera se daba cuenta que ya eran todas unas señoritas, que eran mayores y bellas. 

Hasta que en una fiesta un caballero invitó a bailar a Aurora varias veces, su hermana sonreía encantada, se sonrojaba, parecía estar en el cielo. Caroline se sintió feliz al ver eso, su hermana sonreía con un hombre, le coqueteaba. Era la primera vez que pasaba algo como eso, y también la última. De pronto Tristán apareció en el salón, Caroline nunca lo había visto tan enojado, estaba rojo de furia. Tomó a Aurora del brazo y la apartó con fuerza de aquel caballero, a quien golpeó fuerte con su puño. Aurora empezó a llorar asustada y ella hizo lo posible por contener las lágrimas cuando en medio del escándalo Tristán las cogió del brazo a las dos y las sacó casi a rastras de la fiesta. 

Durante el camino a casa en la carroza ellas contenían las lágrimas, les daba miedo llorar delante de Tristán. Caroline no entendía qué pasaba, qué habían hecho mal, por qué se molestó tanto. Pero una vez estuvieron a solas en casa fue que habló y bastante claro.

No te quiero cerca de ningún hombre, Aurora. Ni a ti, Caroline. Se acabaron los bailes para ustedes.

Pe... pero... ¿Por qué? preguntó Caroline titubeante.

¿Es que acaso no me escuchas, Care? ¡No quiero a ningún hombre cerca de ustedes! Son muy jóvenes, no saben nada de la vida. Los hombres son malos, solo quieren aprovecharse de las damas lindas como ustedes. Por eso las estoy cuidando, nadie les va a hacer daño.

Pero ,Tristán, ese caballero no hacía nada malo, no me lastimo, él no...




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