Inevitable

Capítulo 21

No perdió el tiempo, apenas llegó a Mystic Falls se apresuró a dirigirse a la mansión Mikaelson. Elijah no sabía si quizá era mejor ir al cementerio primero, pero optó por reencontrarse con su familia. Aunque quería ir solas a ver la tumba de Kol y hablar con él de alguna forma, pensó que primero tenía que reportarse ante su familia. 

Rebekah siempre había sido una chica sensible, quizá no la estaba pasando nada bien. Y Klaus, sobre sus hombros pensaba una gran responsabilidad. Se había hecho cargo de todo desde la muerte de Kol y había tenido que ser fuerte para Rebekah. Klaus y Kol siempre se habían llevado muy bien, se atrevía a decir que fue el hermano que más amó. Para él esa muerte debió ser un duro golpe. Elijah solo esperaba que su presencia logre hacerlos sentir mejor, que tengan claro que con su llegada podían apoyarse en él si lo necesitaban, era el hermano mayor después de todo.

Lo que no esperó al llegar fue ver a una extraña en la familia. Elijah apenas había recibido una breve información sobre la muerte de Kol, no tenía de quién era esa mujer y porque sus hermanos parecían tener tanta familiaridad con ella. Sin querer frunció el ceño, no lograba entender qué estaba pasando ahí. La mujer parecía haber estado llorando, al principio se esforzó por sonreírle pero quizá al notar la expresión bajó la mirada con algo de timidez. Rebekah y Klaus lo miraron sorprendidos como si no creyeran que en verdad él estaba ahí. 

Fue Klaus el primero en acercarse a él. A pesar de su confusión, Elijah se quedó mirando a su hermano en silencio hasta que segundos después recibió de él un fuerte abrazo fraternal que correspondió inmediatamente. Había pasado mucho tiempo desde que no veía a Klaus y en ese abrazo sentía cuanto en verdad su hermano necesitó su compañía todo ese tiempo.

—Estas al fin en casa —le dijo Klaus posando las manos sobre sus hombros y mirándolo con una sonrisa. 

Elijah también sonrió, iba a responder, pero entonces Klaus se apartó un poco para darle paso a Rebekah. Su hermana había corrido hacía él y también lo abrazó con fuerza.

—¡Te hemos extrañado mucho, Elijah! —Sentía su voz quebrada, pobre de ella. Rebekah y Kol tuvieron casi la misma edad, siempre estuvieron juntos de pequeños, fueron inseparables. Esa muerte debía haberla destrozado.

—Ya estoy en casa —contestó él acariciando sus mejillas—, y no me iré a ningún lado. 

Era hermoso que la familia esté nuevamente reunida, aunque dolía en el alma la ausencia de Kol. Hubiera sido aún más bello estar los cuatro juntos, pero casi no conseguía recordar la última vez que pasó aquello. Ahora solo se tenían el uno al otro, los tres estarían juntos siempre.

—Elijah, tenemos que presentarte a alguien.

Por un instante gracias a ese reencuentro se olvidó por completo de la presencia de la extraña en casa. Se preguntó en ese momento si acaso sería alguna amiga de Rebekah. La chica avanzó tímida hacia ellos, apenas en ese momento notó su vientre, era una mujer embarazada.

—Ella es Caroline, está viviendo con nosotros desde que sucedió lo de Kol. Es nuestra cuñada, esposa de nuestro hermano. —Aquello lo sorprendió bastante. ¿Esposa de Kol? ¿En qué momento sucedió eso? Durante la guerra quizá, aquello era un poco difícil de asimilar.

—Entiendo su sorpresa —dijo de pronto esa mujer—. Lamento incomodarlo, sé que este era un momento familiar y yo...

—No, no. No es eso, es solo...—No sabía cómo explicarse. La última vez Kol seguía comprometido con Elena, sabía que escribía cartas a sus hermanos durante la guerra pero jamás contó nada acerca de esa mujer—. Disculpe, no esperaba una sorpresa de este tipo. No es que sea malo, solo es increíble. Jamás imaginé que mi hermano se atrevería a sentar cabeza. Debió de estar muy enamorado de usted —le sonrió a aquella mujer. Si estaba en lo cierto además de ser su cuñada esperaba también a su sobrino, era parte de su familia.

—Nos amamos mucho, es cierto. Es un gusto conocerlo, Elijah. Kol me hablaba de usted.

—¿En verdad lo hacía? —preguntó algo incrédulo. A pesar de todo no habían estado en buenos términos todos esos años de guerra, pensó que quizá si habló de él fue solo para maldecirlo.

—Si, se lamentaba de que no haya comprendido sus deseos de luchar por el país, pero que lo disculpaba por eso. Sabía que usted lo amaba mucho y solo tenía miedo de perderlo. Estuve a su lado cuando le escribió aquella carta, ojalá el mundo no hubiera sido tan cruel. Ojalá se hubieran encontrado antes para arreglar todo.

Cuando hablaba, a Caroline le brillaban los ojos. Parecía a punto de llorar, la voz se le quebraba. No dudaba que decía la verdad, así como tampoco dudaba que él mismo sentía deseos de llorar. Maldita sea, no pudo encontrarse con su hermano antes para una reconciliación, se tuvo que conformar con frías cartas. Era injusto.

—Lo de Kol ha sido lamentable para todos —dijo Rebekah de pronto—, pero Caroline está aquí con nosotros y lleva en su vientre a quién será una alegría para nuestra familia. ¿Los has notado, Elijah? Ella está embarazada —bajó la mirada nuevamente hacia su vientre, ya no le quedaban dudas.

—Felicitaciones entonces, me alegra saber que mi hermano nos dejó a un sobrino a quien malcriar —rieron bajo. Rebekah se secó las lágrimas, Caroline también se restregó los ojos suavemente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.