Inevitable

Capítulo 44

Matt pronto decidió que nada tenía que hacer ahí, no comprendía lo que estaba pasando, pero lo que sea era asunto de familia. Se retiró con discreción mientras Rebekah llevaba a las hermanas De Martell al segundo piso para que se calmen, y los Mikaelson iban con los caballeros recién llegados al despacho para hablar a solas. 

Caroline estaba muy alterada, jamás la habían visto así, ella y su hermana casi no querían separase. Rebekah mandó a preparar algún té calmante, en el estado en que estaban no podían sacarle siquiera una explicación.

En cambio Aiden y Joshua parecían más serenos, o al menos con más predisposición de hablar. Los hermanos estaban angustiados, principalmente Klaus. Lo único que quería era correr donde Caroline, abrazarla y no soltarla hasta que se calmase, ella lo necesitaba a su lado. Pero esos hombres habían dicho que un gran peligro estaba cerca y tenía que evitarlo a toda costa. Lucien ya le había informado antes, se decían muchas cosas de Tristán De Martell, y ninguna de ellas era buena.

—Entiendo que esta es una situación de emergencia —empezó a decir Elijah quien aparentaba más serenidad—, pero necesitamos entender lo que está pasando. Si nuestra familia corre peligro queremos saberlo todo.

—Por supuesto —dijo Joshua. 

Todos habían tomado asiento, Klaus había servido vasos de whisky para todos, entendía que sea lo que sea que iban a hablar sería duro. Y temía, porque Caroline jamás había reaccionado de esa manera, no quería que nada le haga daño, sabía que la historia que estaba por escuchar era terrible.

—Bueno, empecemos por el origen de todo. Aiden y yo somos dos hombres de naturaleza peculiar. Diferentes, por así decirlo. Y estamos juntos hace bastante tiempo. —Ninguno de los Mikaelson dijo nada, sólo asintieron. Entendieron pronto lo que eran esos dos, y la verdad no les importó mucho, lo único que deseaban era la verdad—. Hace unos años conocimos a Tristán De Martell, él estaba buscando novios para sus hermanas, y por alguna razón al enterarse de nuestras peculiaridades fue más insistente.

—El trato era claro —siguió explicando Aiden—. Nosotros jamás las tocaríamos, eso era bastante obvio. Solo nos casaríamos para mantener las apariencias, dada nuestra situación eso era necesario. Así que fuimos con él hasta su propiedad en Washington, ahí conocimos a las hermanas De Martell.

—Empezamos a darnos cuenta de las cosas, luego nos enteramos de otras más. —Los hombres intercambiaron una mirada, pareciera que dudaban de seguir hablando.

—Por favor —dijo Klaus—, tenemos que saberlo. Entiendo que no quieran ventilar algo íntimo. Pero nosotros somos familia de Caroline, ella es una Mikaelson. Vamos a cuidarla, pero necesitamos llegar a la verdad.

—Verá... —continuó Josh—. No es nada fácil. Él les hacía daño de muchas maneras. A veces las golpeaba cuando consideraba que le desobedecían, ellas le tenían mucho miedo, pánico en realidad. No solo eso, él... Dios, es que es terrible. Les hacía daño, ya dije. Pero la razón por la que quería a dos hombres como nosotros de maridos de sus hermanas era para que no las tocara nadie, solo él. —Fue fácil deducir lo demás. Elijah no salía de su asombro, Klaus había palidecido, estaba paralizado. No quería escuchar lo demás, oh no, por favor, no a su Caroline, no quería creer eso.

—Él las...

—Si, caballero, abusaba de ellas. No había consumado el acto aún, pero eso no importaba, con todo lo demás aquello es solo una pequeñez.

—No...— Apenas fue capaz de murmurar. El vaso se le cayó de las manos y se rompió en el piso. Klaus no conseguía imaginar a una inocente Caroline sometida a esos abusos, a una niña, a una adolescente viviendo con miedo de su propio hermano. Ese Tristán era un monstruo.

—Caroline era mi prometida —continuó Aiden—, pero en ausencia de Tristán ella conoció a Kol, ahí fue que se enamoraron.

—¿Él lo sabía? —preguntó Elijah de pronto, apenas había salido de su asombro con toda esa historia.

—Si —contestó Aiden—, ella le contó. Él incluso le pidió la mano de Caroline a la madre de las chicas, pero Tristán armó todo un alboroto. Finalmente ellos tuvieron que huir para casarse, fue lo que les quedó. Nosotros desaparecimos un tiempo también, dimos el trato por anulado. Pero Tristán nos buscó en Londres con Aurora, insistió con el compromiso.

—Nos llegamos a casar —continuó Josh—, pero huimos la noche de bodas, nos fuimos los tres. Sabía que Tristán quería estar con Aurora, por eso la rescatamos. Y verán, creímos que todo estaría bien. Nos fuimos a París, pero Tristán nos perseguía. Estuvimos en Francia, España, Portugal. Finalmente decidimos regresar a América, logramos despistar al hombre. No solo nos está persiguiendo, nos está dando caza. —Y ahora sí parecía preocupado, los dos lo estaban—. Mandó hombres a perseguirnos, matones. Querían acabar con nosotros para recuperar a Aurora, ese hombre está en verdad loco, se las ha ingeniado para anular el matrimonio, para denunciarnos por secuestro. Nos han perseguido, hemos escapado por un pelo.

—Eso es terrible —dijo Elijah preocupado—. ¿Pero creen que ese hermano demente venga hasta acá a buscar a su hermana? ¿Será posible?

—Solo hay dos opciones —dijo Aiden—. Sembramos una pista falsa, nos disfrazamos y separamos para abordar el barco a América, pero contratamos gente para que se haga pasar por nosotros y vaya a Rusia. Así que o bien Tristán sigue esa pista falsa, o viene directamente para acá.




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