Inevitable

Capítulo 49

Washington, tiempo atrás

No lo veía desde antes de su fiesta de compromiso con Aiden. La noche en que Tristán la amenazó le quedó bastante claro que no podía siquiera intentar un acercamiento con Kol, sino lo pagaría muy caro. Si en caso Kol intentó verla lo ignoraba, quizá Tristán se encargó de mantenerlo lejos de ella. No dudaba que Kol esté buscando la manera de acercarse, sabía que la amaba, además él le había prometido que haría cualquier cosa por salvarla. Le creía, él la amaba, él haría todo lo que prometió hacer.

Pero ella tenía mucho miedo, por más que deseara escapar e irse con Kol, ya sabía de lo que Tristán era capaz. Primero mataría a Aurora, después la violaría, y finalmente también iba a matarla. Lo creía capaz de eso, él ya lo había dicho, sus hermanas eran suyas y de nadie más, si quería las mataba para que nadie más las toque. Así que tenía que apartarse de Kol, porque él también corría riesgo de muerte. Sabía que el regimiento se iría en cualquier momento, ¿y si quizá estaba planeando regresar luego por ella cuando las aguas se calmaran? Ojalá que si, y ojalá cuando lo hiciera no sea demasiado tarde.

A pesar del susto que sentía por las posibles consecuencias de cualquier descuido, Caroline se aventuró a salir a pasear por los jardines de su casa. Era media tarde y Tristán estaba fuera, por suerte. Aurora estaba tocando el piano como siempre a esa hora, pero ella de lo único que tenía ganas era de despejarse lejos de ahí. Caminaba silenciosa, pensando en los posibles pasos a dar para escapar de eso sin perjudicar a nadie. 

No quería que le hagan daño a su hermana, y si tenía que renunciar a Kol para salvar a Aurora lo haría sin dudarlo. Caroline caminó, dio varias vueltas por los jardines, caminó hasta cruzar los arbustos, siguió por un camino rodeado de árboles, caminó sin mirar atrás. Y cuando se dio cuenta ya estaba algo lejos de su casa.

Fue sin querer, como un impulso incontrolable. El corazón le latió acelerado, ella recogió su falda y empezó a correr sin pensar en nada. Se le nubló el juicio por un tiempo indefinido, Caroline corrió sin parar mientras lloraba, corrió, apretó los ojos y no se detuvo. Lo único que quería era alejarse para siempre de ese maldito lugar, no quería volver nunca más a esa mansión, por nada del mundo iba a voltear atrás. En medio de su huida apresurada terminó tropezando con las raíces de unos árboles y cayó al piso. Se quedó un rato ahí llorando, poco a poco logró calmarse y darse cuenta de la locura que había cometido. "La va a matar por mi culpa", se dijo alarmada. Tenía que volver a la mansión pronto.

Se dio cuenta que estaba cerca al campamento de los militares, unos metros más allá estaban las primeras carpas. Descubrió de pronto que tenía dos opciones: Volver a casa, o ir a buscar a Kol. Se quedó paralizada, no sabía qué hacer. Si iba por el hombre que amaba, su hermana podría pagar las consecuencias. Pero si no iba por él aunque sea para verlo por última vez se iba a arrepentir para siempre. 

Así que caminó hacia el campamento, no sabía si aquello estaba bien o mal, o si lamentaría esa decisión luego, pero ya era muy tarde para retroceder. Algunos militares empezaron a mirarla con curiosidad y pronto se corrió la voz. No pasó mucho hasta que Kol se abrió paso entre ellos. Al verse ambos corrieron al encuentro del otro y se abrazaron con fuerza, él la apretó contra su pecho para calmarla pues Caroline no dejaba de llorar.

Todo pasó muy rápido, apenas si fue consciente de eso. Kol la llevó a su carpa, la que compartía con Enzo, aparentemente él no estaba en ese momento en el campamento. Le dio algo de agua, ella bebió con calma y no dijo nada hasta sentirse tranquila. Estaba temblando, mientras más pasaban los minutos más se convencía de que eso era una locura, que lo había arruinado todo.

Amor, ¿qué ha sucedido? ¿Han estado bien Aurora y tú? Ella asintió. Ese miserable de tu hermano vino aquí a retarme a un duelo, por poco me mata, estuvo a punto de dispararme por la espalda. Los demás tuvieron que intervenir y el general Saltzman lo echó de aquí. He querido acercarme desde entonces, pero ha sido imposible. ¿En verdad estás bien? ¿Te ha hecho algo? Ella asintió, quería contener las lágrimas pero ya no podía, otra vez estaba llorando—. Caroline, si ese miserable te ha tocado te juro que... negó con la cabeza—. ¿Entonces qué pasó?

¡Ha amenazado con matar a Aurora! gritó entre lágrimas—. Me dijo... me dijo... quería que me aleje de ti empezó a explicar con la voz temblorosa—. Dijo que si volvía a verte iba a matar a Aurora en mi delante y luego acabaría conmigo, ¡tengo mucho miedo, Kol! Él la abrazó, Caroline lloró apoyando su rostro en su pecho. A pesar de la amenaza de Tristán, ahí estaba.

Tranquila, él no va a hacerle nada a Aurora. Ni a ti, te lo juro.

Tú no puedes hacer nada, Kol. Él lo va a hacer, quizá ahora mismo él...

No, no. Eso no está pasando, solo lo dijo para amenazarte, y lo consiguió. Mira cómo te tiene. Temblando, lloriqueando asustada como una niña—. Esto era lo que él quería lograr. Caroline asintió, Kol tenía razón. La única intención de Tristán había sido controlarla con el miedo, sabía que ella no haría nada que lastime a Aurora —. ¿Pero es que en verdad crees que es capaz de cumplir con sus amenazas?




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