Inevitable

Capítulo 52

Caroline se estaba sintiendo terrible, no solo porque era la primera vez que viajaba en barco, sino por la despedida con Klaus. Todo había sucedido tan rápido y tan de pronto que no lograba asimilarlo. El corazón le latía acelerado de solo evocar el recuerdo de lo que hicieron esa noche, de la forma en que se entregaron al otro como si fuera una despedida. 

Quería llorar a todo momento, no quería aceptar que todo se acabó y quien sabe cuándo volvería a verlo. Ni siquiera sabía si saldría bien librado por todo ese asunto de los asesinatos de Lucien. Conocía bien a Tristán y sabía que cuando este se enterara que ellas estaban lejos no dudaría en vengarse y destruir a Klaus. Haría que lo arresten, o quizá intentaría matarlo él mismo. La idea de que mientras ella huía con su hermana podría ser el fin de Klaus la torturaba. No debió dejarlo solo, tuvo que estar a su lado, acompañarlo, darle su apoyo y su amor.

Tampoco procesaba del todo la idea de lo que hizo Klaus para cubrir a Lucien. Intentaba no culparlo, pero sabía bien que no era inocente. Encubrió asesinatos que lo beneficiaron, era cómplice de ese monstruo. Klaus había hecho cosas terribles antes de conocerla, como tener muchas amantes, permitir que su amigo asesinara en su nombre, entre otras artimañas bastante sucias. Él se lo dijo varias veces, que no la merecía, que ella era demasiado buena para un hombre como él. 

Y aún así a Caroline nunca le importó, porque lo amaba con todo el corazón. Era inevitable sentirse así, desde la muerte de Kol ese hombre se convirtió en todo para ella. Su héroe, su amigo, su amor. Lo amaba a pesar de todo, y de verdad quería perdonarlo por todo aquello. Solo quedaba esperar, no tenía idea de cómo serían las cosas. Solo deseaba que jamás le pase nada a ese hombre, porque si lo perdía a él también se volvería loca.

Cogió al pequeño Kol entre sus brazos. Tenían camarotes lujosos en primera clase, y su habitación era bastante espaciosa. Necesitaba acostumbrarse a eso, el vaivén del barco iba a volverla loca y pronto enfermaría. Sería un viaje largo, y eso que aún no llegaban siquiera a New York. Lo que necesitaba era un poco de aire fresco, subiría a cubierta a distraerse un poco, quizá así se le pase. Además no quería estar sola, se pondría a llorar todo el día sin contenerse. 

Abrigó a su bebé y subió a la zona de la cubierta para pasajeros de primera clase, ahí vio a Aurora al lado de Joshua y Aiden. Los tres parecían muy entretenidos, reían, se divertían. Para su hermana eso era una liberación, la oportunidad de una nueva vida, la posibilidad de construir todo de cero y ser feliz. Le alegraba por ella, se lo merecía. Ojalá pudiera ser tan feliz como Aurora, pero simplemente no podía estar tranquila sabiendo que dejaba a su amado a la merced del monstruo de Tristán.

—Hola Care, ¿cómo te sientes? —le preguntó una vez estuvieron cerca—. ¿Ya mejor?

—Un poco, nunca había estado en un barco, ya te imaginas.

—Oh tranquila, ya pasará. Estuve igual los primeros días cuando fui a Europa, pero con tanto viaje acabé por acostumbrarme.

—Si, eso espero.— Los dos chicos la miraban atentos, ¿acaso esperaban que les dijera algo más? Bueno, había algo que si quería decir—. Por cierto, Aiden —dijo mirando al caballero—, lamento mucho lo que pasó entre nosotros. Yo lo dejé plantado, lo humillé. Solo espero que ahora entienda mis razones.

—Descuide, Caroline, ahora las entiendo perfectamente. Mire no más, nosotros hemos arriesgado todo por Aurora, porque es nuestra amiga y no íbamos a permitir que Tristán le hiciera daño.

—Aunque aún pueden casarse —bromeó Josh—, después de todo es viuda, y Aiden aún necesita una esposa.

—Estoy segura que Aiden no quisiera a una mujer con un bebé como esposa —siguió bromeando ella. Tenía que distraerse, así que lo intentaría.

—El bebé es una ternura, y yo no me hago problemas. Aunque después de lo visto en el muelle dudo mucho que la señora quiera quitarse el apellido Mikaelson.— Aiden sonrió apenas y ella correspondió. Claro, debieron haber visto su beso con Klaus—. Y entiendo que debe ser duro separarse de él ahora.

—Lo es, pero entiendo que es lo mejor. Estaremos bien, las cosas se solucionaran y podremos seguir con nuestras vidas.— Los tres asintieron. Un camarero pasó con unas copas de champagne que los caballeros aceptaron de buena gana, ellas pidieron agua o algún jugo.

—Será un viaje entretenido —les decía Josh—. Esta noche hay un baile en el salón, sería bueno que vayan.

—Ahí estaremos —aseguró Aurora. El camarero regresó con lo que las damas pidieron. Mientras lo tomaban, Josh miró de lado y soltó un comentario.

—Uh... qué raro —dijo pensativo.

—¿Por qué? —le preguntó Aiden.

—Pues no sé, me pareció ver al señor Lucien por ahí, detrás de esa pared —señaló—. Pero luego no vi a nadie. Cosas mías, o quizá un tipo que se le parece.

—Seguro —comentó Caroline—, no hay razón para que Lucien esté aquí.— Y considerando lo que Klaus sabía de él no creía que consintiera que vaya con ellas en el barco.

—Bueno, entonces deberíamos aprovechar para buscar a ese tipo parecido esta noche, siempre creí que era apuesto. ¿No estás de acuerdo, Aurora? —bromeó Aiden y ella también rio.

—Pues si, y creo que yo le gustaba. Pero es un tipo extraño, así que prefiero no acordarme de él.— Caroline compartía la opinión. Era mejor no nombrar ni saber nada de ese asesino nunca más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.