Inexorable

CAPITULO 11

NARRA CLARISSA

Me paso una mano por el rostro, agotada de todo lo que esta situación está despertando en mí. De lo que estoy imaginando y no debería. Es una conversación casual, no hay nada de malo.

—La gente habla. Ya están diciendo cosas solo porque me diste la beca. No quiero causar inconvenientes.

—La gente siempre hablará.

Me levanto del sofá, cruzando los brazos, caminando por la habitación como si intentara escapar de algo que no tiene forma.

—No quiero que me relacionen contigo de la manera equivocada.

Él sigue mis movimientos con la mirada.

—¿Qué manera sería esa?

—No quiero que me tachen de ser tu amante. No quiero causar problemas.

El peso de mis palabras hace que la tensión se vuelva palpable. No reacciona de inmediato. Solo exhala con lentitud, como si estuviera procesando mi respuesta.

—¿Crees que eso afectaría tu vida?

Lo observo con incredulidad.

—¡Claro que sí! No quiero estar en medio de problemas con tu esposa.

Él suelta el aire con calma, sin demostrar alarma.

—No tendrás problemas con ella.

Mi cuerpo se calienta de frustración.

—Eso no lo sabes.

—No puedes controlar cómo reaccionará el mundo. Yo sí.

Me quedo en silencio. ¡qué arrogante! Y como en todos los casos, respiro hondo.

—Será la última vez que acepte un favor de ti.

—Si eso es lo que quieres, está bien.

Cruzo los brazos.

—Y no deberías meterte tanto en mi vida.

Su expresión sigue serena.

—Pero ya lo hice.

Aprieto la mandíbula. ¡porque no solo dice que bueno!

—No es tu problema. Ya no quiero que lo hagas.

Él exhala con calma, como si mis palabras no fueran más que un intento inútil de alejarnos de algo que ya está ahí.

—Y sin embargo, aquí estamos.

Me giro hacia él, sintiendo la frustración latir en mi pecho.

—No quiero que esto sea más complicado de lo que ya es.

Mantiene su mirada fija en la mía, sin una pizca de duda.

—No es complicado.

Mi cuerpo se calienta.

—Lo es.

Parece que soy la única que lo miera, tal vez yo soy la que está mal. Su sonrisa aparece apenas, casi como si se divirtiera con mi resistencia.

—Solo si decides que sea complicado lo será.

Me paso una mano por el cabello, sintiendo la tensión expandirse.

—Eres imposible. Intento dejar claro que no quiero ser asociada contigo.

Él levanta una ceja, sin perder la calma.

—Eres terca.

Nos miramos, como si cada palabra fuera un desafío. Cruza los brazos, apoyándose contra la mesa con una expresión calculada.

—¿Cuánto tiempo vas a seguir peleando contra todo?

—No estoy peleando contra todo.

—Sí lo haces.

—¿Y qué? ¿Tienes problema con eso?

Sonríe apenas.

—No. Solo creo que desperdicias demasiada energía.

Aprieto la mandíbula.

—¿Disculpa? —Su postura sigue relajada, pero sus ojos destilan desafío.

—Te obsesionas con demostrar que no necesitas ayuda. Intentas demostrar que no eres mi amante. ¿a quien le importa eso? ¿Quién va a creerte? ¿Quién sabe la verdad? ¿a quien le importa esa verdad?

Mi cuerpo se tensa.

—Mi vida podría arruinarse… —. Guardo silencio cuando me doy cuenta de la verdad.

A él no le importa que pase con mi vida, no le afecta ni le interesa. Ni siquiera puede entenderlo. No entiende que mi vida cada día se arruina más, que su “ayuda” inicia a afectarme de manera negativa. En algo tiene razón, pierdo mi tiempo intentando explicarle.

—No necesito tu ayuda. No más.

Él suelta una leve risa seca tras mi silencio.

—Claro que la necesitas. O hace diez años no hubiera despedido a todos mis guardias porque una mocosa se metió a mi oficina.

Mis manos se aprietan contra el borde del sofá.

—No me conoces lo suficiente para decir eso.

—Te conozco más de lo que crees.

Las palabras golpean más fuerte de lo que deberían. Enderezo la espalda, negándome a ceder.

—Ayuda y salvar son dos términos distintos. Y hay un limite muy delgado entre lo que está bien y mal.

Él inclina la cabeza con un gesto tranquilo.

—No intento salvarte. Pero… ¿no quieres pasar ese límite?




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.