Infierno

Secretos

En cuanto sonó el tercer golpe, Ezequiel y Camila prácticamente saltaron de la cama, la chica tomó sus pertenencias mientras el chico comenzaba a salir por la ventana.

Cuando Camila bajó, vio a Ezequiel forcejear con dos hombres, sus rostros estaban deformados… parecían mutantes al lado del ángel. Al momento que Ezequiel y Camila cruzaron miradas, el chico percibió en los ojos de su amada temor y él no permitiría eso. Abrió las alas blancas como la nieve y con sus piernas cogió impulso para salir disparado al cielo. Derribó a sus atacantes y cuando volvió su vista a la chica, ella ya no estaba.

 

***

 

Cuando Ezequiel se elevó por los aires, una mano tapó su boca y con la otra la rodearon por la cintura. La arrastraron a una limusina negra que estaba estacionada frente al pórtico de su casa, como Camila se resistía demasiado entre dos la metieron al vehículo. En cuanto entró, Camila vio a un chico uno o dos años más grande que ella, según sus cálculos, con la mirada fija en la ventana. Detrás de unos lentes negros se escondía un gran misterio ¿quién era él y qué quería con ella?

A pesar de que el joven vestía con elegancia, Camila sabía que su traje y corbata no escondían las malvadas intenciones que tenía. El semblante preocupado de la chica cambió por uno serio, por alguna razón se aseguró no dejarse amedrentar por un chico como el que tenía enfrente. Cruzó sus piernas y posó sus manos entrelazadas en su rodilla; observó detenidamente al chico, tenía un rostro atractivo, eso era cierto, y por su postura se dio cuenta de que era elegante como un pavo real, con un semblante serio y de cierta forma confiado. Pero en el momento que se giró hacia Camila y se retiró los lentes, la forma en la que miraba a la chica hizo que se le cortara la respiración y su pulso se acelerara.

Era una mirada tan profunda, una mirada en la que te puedes perder tratando de encontrarte. Que te consume y te hace desear más y más, como una droga. Del tipo de miradas que te roban el aliento, el hambre y el sueño. Que te aterran pero tienes curiosidad por comprender a qué te enfrentas.

Y sin saberlo, Camila se había condenado, quería conocer su vida, que es lo que oculta detrás de la fachada de Bad Boy. Y sobre todo quería conocer el corazón del chico. Muy grave error. Decidir el mal en lugar del bien, experimentar la tortura que puede haber durante el camino al descubierto de un rostro cruel con corazón noble.

Por otro lado Adam nunca había experimentado algo cercano al amor, que no fuera el de su familia, y aunque le gustaría recordarlo no podía; su deseo por complacer al Diablo, se habían vuelto como el aire que respira. Pero al ver la mirada de Camila lo asaltó el deseo de, por primera vez en los tres últimos años, contradecir las órdenes que le habían dado.

Camila, era una dulce Paloma atrapada en las garras de un León, en una jungla donde habitan las peores bestias; Adam quedó cautivado por ella, por esa inocente Paloma… y estaba dispuesto a perderlo todo con tal de ganar a Camila, aunque fuera su amistad, aunque fuera solo un deseo quería ser parte de la vida de la chica; no la parte mala, no causarle temor, no tenerla amenazada, tal vez la parte buena de su alma tenía ganas de experimentar el amor… un amor que podría ser su perdición.  La cuidaría, la protegería sin importar qué, eso lo decidió en cuanto sus miradas se encontraron.

Ahora Camila estaba confundida, sentía cosas por Ezequiel pero tenía la intención de conocer mejor a la persona que estuvo dispuesto a matarla, aunque no se daría por vencida para seguir con vida, sin ser esclava o una maldita y eso lo demostraría. Pero sería un secreto el conocer bien al chico, primero lo probaría para ver si aún quiere eliminarla y ella se defendería, actuaría indiferente hasta que el chico que tenía en frente comprobara que valía la pena intentar, sería un secreto que guardaría hasta estar segura de qué es lo que quería. Porque así como no puedes dejar de amar a alguien de la noche a la mañana, tampoco puedes, de cualquiera de las formas, amar a alguien que te puede lastimar con tanta facilidad y actuar como si nada, o bueno… si puedes pero Camila no es de esas chicas, si ella ama tiene que ser recíproco por que ¿de qué te sirve el amor si no es correspondido?

 

***

 

Ezequiel estaba como loco buscando en todas partes a Camila, revisó de arriba abajo toda la casa cinco veces. Se elevó por los aires buscando a la chica en un radio de tres kilómetros, fue al cuartel de los Ángeles en busca del paradero de la chica, pero la señal que esta desprendía estaba estaba bloqueada.

No sabía donde estaba, ya no había que asegurar que no se la habían llevado, el enemigo de los Ángeles había logrado su objetivo: encontrar a Camila y eliminarla. Ezequiel había perdido a la chica que amaba, y no pudo impedir que eso pasara… y eso es lo que más le enfadada.

Se vengaría, vengaría la muerte de Camila, acabaría con cualquiera que hubiese tenido que ver con ello y cuando llegara a quien lideraba a los demonios de la tierra lo haría pagar muy caro. Haría pagar a Adam muy, muy caro. Solo que el destino a veces juega con sus objetivos.




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