Mike tras el viaje con John, tenía un sentimiento agridulce respecto a sus alas, no le había gustado la velocidad a tanta altura, pero ahora que veía a John levitar levemente sobre el suelo, siendo inmune al terremoto, tenía una leve envidia.
—Mike, hay problemas...
Mike reconoció la voz al instante y miró al espejo, pero la mujer no estaba en él, sino a su lado en un cuerpo semitransparente, ahora podía ver que vestía un camisón rojo con los pies descalzos.
—Deja que adivine... tu hermano está viniendo.
La mujer asintió, pero antes de que pudiera hablar, Mike la interrumpió.
—Hay que joderse... como si no tuviéramos suficiente ya encima, ahora viene el bicho raro. ¿Se puede evitar de alguna forma o retrasarlo algún tiempo?
La mujer asintió y miró a John.
—Ha sido John quién lo ha atraído, si me usas en él, puede haber una probabilidad aunque muy reducicida.
Mike resopló.
—Soy más de números, no lo voy a entender si no me lo dices en porcentaje.
—Puede que alrededor de uno por ciento, incluso puede que sea menos de cero.
Mike sonreía mientras miraba a la mujer.
—Me gusta ese porcentaje... dime lo que tengo que hacer.
La mujer asintió y desapareció, en ese momento, el color de los iris y el cabello de Mike cambiaron por un tono rojizo y todo lo que necesitaba saber estaba en el interior de su mente.
Mike se levantó mientras que el terremoto se volvía cada vez mas leve. Apuntó su brazo izquierdo hacia John a la vez que su mano derecha apretaba los laterales del brazalete. El espejo emergió del brazalete y reflejó a John antes de que Mike lo cogiera.
—Liberar asimilación de primer nivel.
Cuando habló, las piedras con forma de rosa brillaron mientras crecían, sus tallos formaron un arco y las rosas, cuando se unieron, formaron la cuerda del arco, poseyendo en el centro una hendidura con forma de una rosa de dos colores, una mitad roja y otra mitad morada.
Mike colocó el espejo en el centro del arco y tiró de la cuerda. Mike se mantuvo paciente unos segundos antes de que el espejo se rompiera y se formara de sus trozos una pared hecha de agua, en la cual reflejaba a John con tres cadenas, una plateada, una dorada y una negra, las tres con un candado diferente.
—Llave de la Flecha Luminosa...
Una flecha plateada apareció en la cuerda, y cuando Mike la soltó, la flecha atravesó la pared de agua haciendo que su punta tomara la forma de una llave que impactó con el candado plateado en forma de estrella.
—...libera las cadenas de la vida.
En el momento que la flecha giró, el sonido de una cerradura abriéndose fue escuchada por Mike haciéndolo sonreír, mientras John fue envuelto por una luz plateada que tomó la forma de una armadura a su alrededor. Una vez que la luz amainó, John reconoció la armadura, era la misma que usó Pyhryus, por lo que dejó de levitar, unió sus alas y se las colocó alrededor de su cuello como si fuera una bufanda. La armadura tomó un color celeste con bordes dorados, haciendo que John sonriera al recordar a su antepasado psicótico que le hizo pasar por un infierno.
—Bien... recordando el carácter que tenía el vejestorio tengo que hacerte una pregunta... ¿cómo lo prefieres? ¿asado, a la brasa o carbonizado?
John se bajó la visera del casco y caminó hacia Adán, aunque ninguno entendía lo que ocurría, Adán recordaba perfectamente esa armadura perteneciente a Pyhryus.
Mike ayudó a Lucifer y a Uriel a retirarse. Una vez que estuvieron a una distancia segura, Lucifer sacó su petaca y la tiró al darse cuenta de que estaba vacía. Mike por su parte activó en uno de sus saltamontes la función de grabación.
John estaba frente a Adán, de la visera del casco salían dos puntos rojos que miraban fijamente a Adán.
—No me has contestado señor perfecto.
Adán sonrió y miró a John, creyendo todavía en su superioridad.
—¿Crees que tengo miedo de ti aunque tengas la armadura de ese dragón? No me hagas reír human...
Antes de que pudiera terminar, John le propinó a Adán un golpe en su barbilla obligándolo a callarse.
—No solo tengo su armadura, también tengo un poco de su conocimiento. ¿De verdad crees que ese viejo esquizofrénico de Pyhryus no tendría información sobre ti? Creo que incluso si me tuviera que enfrentar contra Fenrir ahora, podría aguantar sus golpes al menos.
Al escuchar sus palabras, Lucifer chilló, siendo seguido por Mike.
—¡No anuncies ruinas lagarto sin cerebro!
—¡Suficiente hemos tenido con uno!
John simplemente asintió en su dirección y juntó sus manos a modo de disculpa.
Cuando Adán vio que John ni siquiera parecía preocupado por él, decidió sorprenderlo con una finta, pero cuando golpeó la armadura, su puño se rompió, haciendo que sus huesos salieran a la superficie y comenzara a derramar sangre.
John miró a Adán e intentó alcanzarlo con su mano derecha, pero lo esquivó, aunque Adán no logró esquivar la otra mano y terminó siendo agarrado por el cuello.
—Eres omnipresente, no omnipotente, pero aún así tienes que dejar de usarlo por unos segundos, esa es tu debilidad. Si hablamos de tu cuerpo... aparte de que eres mejor que un humano normal en todos los aspectos, sigues envejeciendo y muriendo al final.
John se levantó la visera, mostrando sus ojos sesgados y su rostro lleno de escamas que le crecían irregularmente.
Su puño derecho se envolvió en llamas celestes y sonrió hacia Adán, aunque para Adán esa sonrisa era siniestra, ya que sus dientes eran todos largos y afilados.
—Ahora, sabiendo eso, tengo que preguntarte algo... ¿puedes aguantar el fuego de un dragón?
Tras preguntar, John no esperó y golpeó a Adán en su estómago, aunque sus llamas no tardaron en calcinar el cuerpo de Adán por completo, dejando solo un esqueleto negro con trozos de carne quemada.
—Supongo que al final es carbonizado.
Mike miró a la mujer en el espejo, la cuál asintió, luego miró a John.
—¿Nos prestas una mano... una pata... o lo que sea que tengas?
John miró a Mike antes de sonreír y caminar hacia ellos.
—Supongo que a estas alturas es una pata... creo.
John sujetó a Lucifer. Una vez que tuvieron una cierta distancia, Uriel habló con Mike.
—Exactamente ¿cómo has logrado que John diera un salto tan enorme en su fuerza? Además, ¿qué demonios le has hecho al artefacto? ahora mismo parece un accesorio para una mujer.
—Eso puede esperar, si intento explicártelo voy a tardar bastante...
Uriel asintió, mientras miraba en el horizonte como el sol bañaba con su luz del alba toda la ciudad. Al mirar atrás, observó la zona en ruinas tras la lucha contra Adán, incluso el lugar donde John lo había "carbonizado" seguía siendo pasto de las llamas celestes y las piedras y tierra de su alrededor se derretían.
En ese momento, ninguno se acordó de que Adán no apareció sólo, en algún momento de la pelea, Eva desapareció.