Capítulo 41

Uriel cerró los ojos e intentó vislumbrar el futuro con su don, Lucifer, en cambio, sujetó a Mike por los hombros y lo zarandeo mientras le preguntaba.
—¿Qué más recuerdas? Dime que escuchaste nuestra conversación.
—Es inútil, nos fuimos antes de que pudiéramos escucharar algo.
Lucifer miró a Liliana con el rostro pálido, luego miró a Uriel.
—No puedo usar mi don, sigo viendo el mismo futuro con el cielo rojo y el sol negro.
Lucifer se acercó a una silla y se desplomó sobre ella, cuando agarró su petaca, ni siquiera la abrió, simplemente la lanzó contra la pared mientras tenía un ataque de ansiedad.
—No creo que sea tan peligroso ¿no? Es simplemente un humano.
En su ignorancia, Mike dijo lo que pensaba, aunque Lucifer lo miró mientras se reía nerviosamente.
—Si quitamos el hecho de que es inmortal en el mas estricto sentido de la palabra... sí, no es tan peligroso.
Mike no entendió las palabras de Uriel, aunque Liliana se mantenía en silencio.
—No existe la inmortalidad Uriel, eso es un término fantasioso.
Uriel sonrió, aguantando también la risa nerviosa, y miró a Lucifer.
—Luci, dile lo que ocurrió alrededor de 4900 años antes de Cristo.
Lucifer dejó de reírse poco a poco y, con ojos llorosos, le explicó a Mike su experiencia.
—Ese "humano" como tú lo has llamado, es Caín el primer asesino. Cuando me enteré de que Padre lo maldijo, tuve ganas de fastidiarlo y aparecí en la Tierra. Lo primero que hice al llegar fue arrancarle la cabeza, después fui a divertirme un poco, aunque a las pocas semanas lo vi de nuevo y al regresar al lugar donde le corté la cabeza solo me encontré su cuerpo.
Mike pensó por unos momentos, aunque después sonrió macabramente y sus ojos brillaban.
—¿Y si todo su cuerpo se destruye a la vez, como si fuera aplastado por el peso de un mundo entero?
Liliana salió del espejo, tomando su forma translúcida y miró a Mike, deseando que lo que decía era un espasmo.
—No estarás pensando en hacer que John pelee contra su padre, ¿verdad?
Mike sonrió hacia Liliana mientras asentía repetidamente con su cabeza, aunque Uriel y Lucifer no entendían de qué hablaban, podían imaginar que no era buena idea.
—De todas formas, Mike, ¿tienes un arma o algo para que John se haga tan fuerte?
Liliana se rió y contestó a Uriel.
—No es algo tan bueno... es la gran técnica secreta Destrucción del Gobernante Ardiente.
Liliana habló con desdén, haciendo que Uriel levantara una ceja y Lucifer comenzara con su risa nerviosa de nuevo.
—Es un nombre ridículo.
—Lo que sea... pero si es capaz de destrozar a ese inmortal, por mí como si el nombre da a entender que está por encima de todo. No quiero descubrir si Caín me guarda rencor por lo que le hice. ¿John puede usarlo?
Al escuchar la pregunta de Lucifer, Mike se congeló, aunque Liliana lo miró y sonrió a la vez que usaba su dedo índice para golpear el brazo de Mike.
—Venga señor intelecto, contesta a Luci...
Mike midió sus palabras y habló mientras, lentamente, se movía hacia la puerta.
—"Usarlo" tiene muchas formas de definirse, pero podría decirse que lo tiene medio dominado.
Lucifer se levantó y miró a Mike, haciendo que éste diera un paso hacia atrás.
—¿Cuánto es "medio dominado"?
—No mucho... quizá unos minutos más de entrenamiento... horas... días... de... pende...
Mike se vio obligado a hablar cada vez mas lento, ya que Lucifer lo miraba con sus ojos rojos, se había enfadado al tener una falsa esperanza.
—Haber... Luci, Mike, tranquilizaos, ya se nos ocurrirá alguna forma de lidiar con Caín. Además debem...
Uriel habló intentando calmar el ambiente, pero poco después ocurrió una explosión que destrozó la pared y lanzó a los tres al suelo, mientras que Liliana volvía al espejo.
—Bien, bien, bien... ya me había cansado de tanto inútil... ¿por qué no se me ocurrió robar armas al genio del intelecto superior?
Lucifer fue el primero en levantarse, y sonrió al ver a la persona que los había atacado. Llevaba en su hombro un bazuca y vestía una túnica dorada, su rostro estaba oculto tras un agujero negro.
—Me has ahorrado el buscarte... ¡y tengo mucho estrés ahora mismo!
Lucifer se abalanzó contra Omega, aunque su agujero negro se deformó, como si sonriera, y apretó el gatillo mientras apuntaba el cañón del bazuca al pecho de Lucifer.
A los pocos segundos, una esfera negra de 25cm de diámetro salió del cañón, enviando a Lucifer a volar varios metros, atravesando la pared. Mike reconoció ese bazuca como una de sus armas, aunque Omega no tenía ni idea de cómo usarla apropiadamente.
—Me voy a quitar cada grano en el culo ahora mismo, empezando por los dos angelitos, seguido por el científico y luego iré a por John.
Lucifer, apoyándose en la pared, miró a Omega y sonrió al escupir sangre.
—Sigues estando como un cencerro... ¿dónde has dejado a tu perro faldero y tu gata inútil? Además, ¿vas a luchar todo el rato con algo que solo me hace cosquillas?
Aunque Lucifer habló de esa manera y no tenía rasguños en su piel, su ropa estaba rota y sus órganos internos tenían daños severos. No sabía como lo había hecho Mike, pero notó que esa esfera negra pesaba varios quintales.
—Claro que no... sólo me divierto antes de que papi John aparezca... eso estará muy interesante, estoy deseando veros desesperaros en sus manos. Además, hay algo más divertido si cabe, ¿adivinas qué es espejo estúpido?
Liliana sintió un escalofrío, el mismo escalofrío que sentía cuando su hermano Ouroboros aparecía.