Liliana sentía a Ouroboros, aunque no podía saber dónde se encontraba, podía sentir su presencia en el universo.
—Tenemos que irnos todos ¡Ya!
Uriel se levantó, desplegó sus alas y a una velocidad imperceptible, agarró a Mike y desapareció. En cambio, Lucifer miró a Omega, tenía ganas de asesinarlo, aunque no era el momento adecuado.
Omega simplemente sonreía y señaló a John, que salía de la cocina, las lágrimas salían de sus ojos como un par de torrentes, aunque sus iris eran rojos. Al ver a John en ese estado, Lucifer lo miró sin comprender lo que le ocurría.
—El "pequeño John" está aquí... ¿la has recordado ya? ¿Has recordado quién era Guilea antes de tomar ese nombre y cuerpo, o vas a ponerme las cosas difíciles?
John se llevó a la cabeza ambas manos mientras rugía, aunque a oídos de Lucifer, no era un rugido, era un llanto de dolor.
Pronto, un aura oscura empezó a emerger del cuerpo de John, siendo seguido por sus alas, su cola y varias escamas en su rostro y manos, sus dientes y uñas se caían una por una y eran reemplazadas por garras y colmillos, y a su vez, su sangre salpicaba el suelo.
Lucifer se acercó a John e intentó agarrarlo, aunque John se percató de lo que intentaba Lucifer y fue él quien agarró su brazo, lanzándolo después por la pared derrumbada por la que había entrado Omega. Luego, John miró a Omega.
—Sigues siendo una bestia salvaje... es imposible manejar a un idiota sin cerebro, aunque nunca lo has tenido. ¿Quieres bailar?
El agujero negro en el rostro de Omega se disipó, mostrando su pelo rubio y ojos celestes, y sonrió hacia John.
Al instante siguiente, Omega salió volando varios metros del interior de la casa, siendo seguido por John, mientras que a varias manzanas de distancia, Lucifer, Uriel, Mike y Liliana en el espejo, observaban a John que caminaba lentamente hacia donde Omega había aterrizado.
—¿Por qué se comporta igual que cuando luchó contra Sundrac?
Mike formuló su pregunta, aunque ni Lucifer ni Uriel podían responderla, Liliana sí podía hacerlo pero decidió mantener su silencio.
—Lo más importante ahora no es John o el idiota loco de Omega, es el anillo macabro...
Uriel asintió, dándole la razón a Lucifer, pero en el mismo momento que se dieron cuenta, se formó una cúpula alrededor de la ciudad... no, abarcaba incluso más allá de la ciudad, podría llegar a abarcar todo el país.
La cúpula era como una especie de líquido verde, aunque la luz no se veía afectada por el efecto del pigmento verde y podían ver con normalidad.
—¡Ésto es...!
Liliana sabía qué ocurría, ya que lo había visto en más de una ocasión en otros universos.
—¿Qué es esa pared, muro o lo que puñetas sea? ¿Qué demonios es?
Mike le preguntó a Liliana, ya que al mirar la cúpula le recordó cuando vio la sonrisa de Ouroboros.
—Es... un escudo... pero cualquiera puede entrar pero nadie salir... es una habilidad de Ouroboros... Aegis Reverso.
Lucifer y Uriel evitaron preguntar, ya que sabían que debería tratarse de Omega al ser un siervo de Ouroboros.
—En cualquier caso, ahora estamos encerrados... somos un blanco fácil ya sea para mi hermano, para Omega, incluso para los Eliminadores.
Mike, que se negaba a creer que fuera imposible salir, miró donde estaba el bastón Ru Yi Bang, el extremo que se alzaba hacia el cielo estaba también pegado con la cúpula.
—Mirando el lado bueno... ese tío con la túnica de mendigo también está atrapado.
Al pensar en Omega, los cuatro se dirigieron a la parte de la ciudad donde estaban ocurriendo varias explosiones.
Omega esquivaba las garras de John, el cual se movía lento, en su rostro se veían varias líneas de lágrimas secas.
Al ver a Omega sin el agujero negro, los tres se sorprendieron ya que se parecía a Arthur, aunque Liliana negaba con la cabeza.
—Adam... no creí que llegaría el día en que lo vería morir...
—Estás muy segura de eso.
Liliana miró a Uriel y suspiró.
—En el universo original, John se negó a quitarle la vida porque nunca lo vio como un problema, aunque después de lo que ocurrió... hizo un pacto con Ouroboros, aunque eso no significa que tenga el poder que tiene mi hermano.
Uriel miraba, igual que los demás, a John intentando golpear con sus garras a Omega con mucha lentitud, aunque sin éxito.
—Aún así, ¿por qué piensas que Omega va a morir?
Omega agitó sus dos manos, haciendo que en ambas aparecieran dos espadas. La que sujetaba su mano derecha era una katana negra, Lucifer y Uriel la reconocieron como la Muramasa que el John de su universo utilizó, mientras que la que estaba en su mano izquierda era una espada con la hoja plateada y el mango dorado.
—Porque siempre pensó que la ira y la tristeza es lo mismo... incluso aunque tenga un arma maldita y una sagrada, es inútil.
Omega intentó apuñalar a John con Muramasa, aunque atravesó la palma de John. Sin embargo, no se esperó que John avanzara y sujetara la mano que sostenía a Muramasa, por lo que en su desesperación, atravesó el estómago de John con su otra espada.
Al cabo de unos segundos, John usó su mano restante para sujetar el cuello de Omega, y éste, intentaba mover ambas espadas, pero la regeneración de John había sido tan extremadamente rápida que unió su piel con las hojas.
Antes de que Omega pudiera decir nada, John abrió su boca, mostrando una hilera de colmillos, y a los pocos segundos, toda la cabeza de Omega se bañó en llamas celestes.
John soltó el cuello de Omega, ahora con su cabeza siendo un cráneo carbonizado y semi derretido, y se dejó caer en el suelo, sus lágrimas volvieron a brotar de sus ojos.
Lucifer y Uriel guardaron silencio, ambos pensaban que la ira y la tristeza no era lo mismo, pero no creían que hubiera semejante diferencia en John.
—Uno menos... queda el anillo genocida...
Para romper el hielo, Lucifer volvió a hacer un comentario sarcástico.
Ninguno pensaba que, muy lejos de allí, Caín sonreía en su dirección. En su rostro se formaban un par de grietas de las que emanaba una leve luz blanca.